Abrirá en el Museo del Carmen su primera
individual de grabado y dibujo
Expone el pintor Leonel Maciel su búsqueda ''para
alejarse del hartazgo del color''
Siguiendo la línea ofrecerá medio
centenar de obras creadas de 1978 a 2000
MERRY MAC MASTERS
Para Leonel Maciel (Petatlán, Guerrero, 1939),
el dibujo es la arquitectura del grabado y de la pintura. No obstante dibujar
a diario, a Maciel nunca se le había ocurrido exhibir esta parte
tan elemental de su quehacer. Atribuye este hecho a que ''cuando iban clientes
a mi casa a ver la obra, les mostraba dibujo y me decían: 'no, pero
es que aquí falta el color'. Me cansé de explicarles que
para poner el color, puesto que no soy abstracto, necesitaba el dibujo.
Y lo que veían, aparte de la línea, era el armazón
o arquitectura de la pintura''.
En cambio sí ha expuesto su grabado, pero mediante
los talleres, como La Parota o Guacha Bato, que lo han invitado a trabajar:
''Me encanta grabar en todas las técnicas, pero nunca se me había
ocurrido exponer en forma individual''.
Bocetos a toda hora
Por primera ocasión y gracias a la idea de Miguel
Angel Muñoz, Maciel ofrece una muestra de dibujo y grabado. Con
el título Siguiendo la línea exhibirá medio
centenar de piezas creadas de 1978 a 2000, a partir de este viernes a las
19:30 horas en el Museo del Carmen, en avenida Revolución 4 y 6,
San Angel.
De acuerdo con Maciel, no se trata de una muestra ''bien
seleccionada'', ya que nunca encontró un centenar de dibujos que
realizó en 1963, de ''las momias del Carmen''. Lo mismo sucedió
con unos dibujos sobre los ''personajes de un libro que leí hace
siglos, Mulata de tal, previos a la pintura que presenté
en Bellas Artes (1985)''.
?¿Cuándo dibuja?
?Todos los días. Por un lado, de manera formal.
Eso sí, todas las mañanas hago bocetos simple y sencillamente
porque tomo café. Utilizo servilletas ?tengo unas mil, casi me acabo
las servilletas de los cafés bocetando? y dibujo a alguien que está
por allí sentado. O son dibujos de la imaginación que en
ese momento se me ocurren. (Tengo) libretas pequeñas sobre la cotidianidad
de los cafés, desde el que lo sirve, la gente que lo toma, los boleros
en el caso de los cafés de Cuernavaca ?urbe donde radica desde 1991?,
los vendedores ambulantes, los limosneros, en fin, todo lo que ocurre a
mi alrededor. El Palacio de Cortés aparece de manera constante en
estos dibujos y últimamente en las pinturas que hago (su tema es
el café).
Jugar con los grises
-¿En algún momento se le relacionó
con el realismo mágico?
?Siempre se ha dado por etiquetar la expresión
plástica. Sí, a mí me metían dentro del realismo
mágico, cosa que a la larga me molestó, como me fue molestando
que me relacionaran con el color. Empecé a sentir la necesidad del
cambio, pero no sabía cómo. El año que estuve en Asia
se empezó a gestar el cambio hasta llegar a un hartazgo de color.
Comenzó a aparecer la figura humana como una silueta, sin que hubiera
un estudio anatómico. Sentí la necesidad de jugar con los
grises, siempre tirando hacia el negro, con algunos rosas o azules como
toques que dejo atrás de los brochazos que van encima.
Esta nueva búsqueda de Maciel no siempre ha sido
del agrado de sus coleccionistas, que le reclaman su colorido y uso de
la imaginación. Revira: ''La imaginación no es poner rábanos
en la nariz de alguien. Lo que me hartó fue la manera en que manejaba
la imaginación. También me molestó el adjetivo del
realismo mágico. Por mi naturaleza he huido de las modas. Nunca
fui amante del rock, ni de los Beatles ni de estas cosas actuales. Siempre
me he mantenido fiel, si es la música, a lo tropical, a los boleros,
pero no las rancheras. Imagínese, después de un año
en el Tenampa haciendo caricaturas, pues detesto el mariachi''.