Se africaniza la desnutrición en
México
Indígenas menores de cinco años, con deficiencias
similares a los más pobres del continente negro
ANGELES CRUZ
La desnutrición que afecta a 44 por ciento de los
indígenas menores de cinco años en México es similar
a la de las naciones más pobres de Africa. En el país, la
deficiencia, que se manifiesta en baja talla, está presente en dos
de los 10 millones y medio de individuos de este grupo de edad.
Lo anterior se desprende de la Encuesta Nacional de Nutrición
(ENN) 1999, la que destaca que la desnutrición se mantiene como
un problema de salud pública. Indica que a pesar de que en la última
década el problema se abatió 50 por ciento, el avance es
insatisfactorio, ya que es inferior al registrado en países en desarrollo.
Además, los promedios nacionales encubren grandes desigualdades
entre zonas urbanas y rurales.
De continuar con la prevalencia de desnutrición
y baja talla, advierte, se requerirán 15 años para alcanzar
niveles compatibles con un buen estado de desarrollo (de 3 a 4 por ciento).
La ENN asegura que la desnutrición provoca defectos
en el crecimiento y la respuesta inmunológica, es decir, la capacidad
del organismo para defenderse de las enfermedades. Incluso tiene repercusiones
en la reproducción. Las mujeres con antecedentes de deficiencias
nutrimentales tienen hijos con bajo peso al nacer, lo que aumenta el riesgo
de morbimortalidad.
Subraya que la desnutrición durante la niñez,
además de estar estrechamente ligada a las condiciones de pobreza
y marginación, afecta el desarrollo de capital humano y puede tener
repercusiones en la salud y supervivencia de la siguiente generación.
Juan Rivera, director del Centro de Nutrición y
Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), detalló
los resultados obtenidos en la encuesta. Dijo que 30 por ciento de los
niños padece anemia y que el problema se agudiza entre uno y 2 años
de edad, ya que la mitad de los menores sufre la enfermedad. La principal
razón, explicó, es que 66 por ciento de los menores tiene
deficiencia de hierro y otros micronutrimentos.
En general, dijo, los niños menores de 11 años
presentan alguna deficiencia de vitaminas A y C, zinc y ácido fólico.
De los 10.5 millones de menores de cinco años que
hay en México, casi dos millones presentan baja talla, 800 mil tienen
bajo peso y un poco más de 214 mil padecen emaciación, la
forma más grave de desnutrición crónica.
El especialista comentó que la desnutrición
en la infancia se origina por el bajo nivel de lactancia materna. Mientras
la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que 100 por
ciento de los recién nacidos se alimenten con leche materna, en
México este porcentaje es de apenas 40 por ciento al nacer y de
10 por ciento a los seis meses.
Rivera afirmó que es mucho lo que podría
hacerse para superar este rezago, sobre todo si se toma en cuenta que únicamente
2 por ciento de los niños de origen mexicano que viven en Estados
Unidos presentan retraso en la estatura, comparado con 18 por ciento ?en
promedio? de los que viven en México.
El estudio divide los resultados por regiones y señala
que en la zona sur el índice de baja talla para la edad (desmedro)
es de 28 por ciento, pero en las á-reas rurales la cifra es de 32.2
por ciento. Esta prevalencia se encuentra entre las más altas de
América Latina.
Con relación a los niños de 5 a 11 años
de edad, la investigación muestra que de los 15 millones 609 mil
500 personas que conforman este grupo de edad, más de dos millones
presentaron baja talla, que es una forma crónica de desnutrición.
La Encuesta Nacional de Nutrición también
indica que uno de cada cinco de esos menores presenta anemia, y un porcentaje
similar tiene sobrepeso u obesidad, lo que a decir de Jaime Sepúlveda,
director del INSP, es indicativo de sus expectativas de salud en la edad
adulta.
La investigación fue presentada ayer en la Secretaría
de Salud (Ssa). Ahí, Juan Rivera, quien tuvo bajo su responsabilidad
la realización de la ENN, afirmó que el problema de la desnutrición
persiste en parte porque, a pesar de que durante años se ha invertido
gran cantidad de recursos económicos en programas asistenciales,
éstos no han llegado a quienes realmente los necesitan.
Hace apenas algunos años comenzó a cambiar
esta situación. En 1988, 45 por ciento de los niños desnutridos
estaba en la zona sur del país, pero sólo recibían
15 por ciento de los beneficios de los programas gubernamentales, mientras
que 50 por ciento de esos recursos se distribuían en la zona metropolitana
de la ciudad de México (ZMCM).
Para 1999, 55 por ciento de las deficiencias nutrimentales
se ubicaba en el sur, pero esta zona ya recibe 40 por ciento de la ayuda
alimentaria; 10 por ciento se entrega en la ZMCM.
El especialista recomendó la aplicación
de programas integrales para combatir la mala nutrición, que incluyan
la distribución de alimentos con micronutrimentos, suplementos con
vitaminas y minerales, así como garantizar la atención primaria
a la salud.