Compañía Nacional de Opera, comienzo de temporada
La Compañía Nacional de Opera (CNO) del Instituto Nacional de Bellas Artes comienza este domingo su temporada de 2002 con La italiana en Argel, ópera en dos actos de Gioacchino Rossini, considerada entre ''las cumbres" del género bufo.
Será prácticamente su estreno escénico en el Palacio de Bellas Artes, puesto que a principios de los años sesenta fue presentada sólo en concierto. Las direcciones escénica y concertadora están a cargo de Hernán del Riego y Jesús Medina; y el elenco lo integran Carla López Speziale (24 y 26 de febrero) y Grace Echauri (28 de febrero y 3 de marzo), José Medina, Stefano de Peppo, Oziel Garza, Claudia Cota, Gabriela Therry y Arturo López Castillo, acompañados por la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes.
Inaugurar temporada con este título resulta significativo para el proyecto que Raúl Falcó busca impulsar para la ópera no sólo del Palacio de Bellas Artes sino del resto de la República, pues la compañía también es responsable del programa Opera en los estados.
''Vamos a buscar la máxima apertura, dentro de altos parámetros de calidad, en relación con cantantes y solistas mexicanos. Además, procuraremos conciliar de la mejor manera posible las lagunas que existen en el repertorio, con grandes compositores cuyos títulos no se hacen mucho aquí o nunca se han presentado", explica el funcionario.
''La italiana en Argel es una muestra de lo que buscamos respecto de los autores, pues de Rossini estamos limitados sólo a El barbero de Sevilla y Cenicienta. Pero es también buen ejemplo de la política de apertura hacia directores (tanto concertador como escénico), reparto e iluministas."
Falcó asegura que, por provenir del medio teatral, tiene ''gente diferente" a la que en años anteriores se encargó de los montajes operísticos; entre los directores escénicos, menciona a José Caballero, Hernán del Riego, Benjamín Cann y Juan José Gurrola.
Señala que gran parte de las producciones estarán concebidas para salir del Palacio de Bellas Artes y ser itinerantes. Inicialmente, ese es el caso de la mencionada ópera rossiniana, que está propuesta para ser llevada a Jalapa y Monterrey, y de Pescadores de perlas, de George Bizet, que está apalabrada para presentarse también en el Festival Cervantino.
Las producciones de la compañía operística podrían ocupar otros escenarios de la capital de la República pues, según el funcionario, en la actualidad se encuentran en pláticas con el Teatro de la Ciudad, que está en proceso de remozamiento.
Asimismo, dependiendo de la partida presupuestal, se podría continuar con el montaje de óperas de cámara en el teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque, como se hizo el año pasado con La voz humana y La noche de un neurasténico.
El titular de la compañía manifiesta su interés por continuar la tendencia iniciada hace algunos años de presentar ''programas arriesgados", y en ese sentido considera que ''este es un año retador".
Adelanta que además de La italiana en Argel, la temporada incluirá, en marzo, La noche de un neurasténico y Caballería rusticana, de Nino Rota y Pietro Mascagni, respectivamente, bajo la dirección de Gurrola y en una misma función.
El próximo junio se montará el Tríptico, de Giacomo Puccini, que abordará El tabarro, Sor Angélica y Gianny Schichi, con el propósito de presentar al público gran número de solistas nacionales".
Pescadores de perlas, de Bizet, está programada para septiembre y para el Festival Internacional Cervantino. Y para fin de año se presentará El sueño de una noche de verano, de Benjamín Britten. ''Esta obra, en particular, es la propuesta más arriesgada de la temporada y me parece muy importante hacerla porque, a pesar de que Britten es uno de los compositores de ópera más importantes del siglo XX, nunca se ha hecho en México".
Raúl Falcó reitera su interés en proseguir el proceso de renovación de la ópera mexicana y recalca que el suyo es un proyecto incluyente en todos los órdenes:
''Será el público el que haga las exclusiones, el que determine quiénes son sus favoritos y quiénes no. Al final, la ópera es para el público, la hacemos con esa consciencia y a él le toca decidir si le parece o no."
ANGEL VARGAS