Promete espectáculo teatral el próximo
19 de marzo en el Foro Sol del DF
La música se ha vuelto estúpida por fines
económicos, dice Roger Waters
El pop actual es narcotizante, repetitivo y hasta
veladamente pornográfico, considera
''David Gilmour es un gran
cantante y guitarrista pero no tiene capacidad para escribir''
ARTURO CRUZ BARCENAS
Roger Waters al teléfono, ayer, desde su casa en
las afueras de Londres: "La música ha enmudecido y se ha vuelto
estúpida por los fines económicos". Y remata: "Este enmudecimiento,
embrutecimiento de la cultura popular, es un producto directo... no me
quiero meter ni atacar a Britney Spears, ni a las bandas de niños
que cantan, pero cuando a los jóvenes les das atole con el dedo
y les das este tipo de música, lo único que pasa es que se
narcotizan, se idiotizan y aceptan. Este pop lindo es la panza de un oso
?como una figura feliz?. Este pop desencantado es narcotizante y repetitivo.
Si me lo preguntan, diré que es veladamente pornográfico".
Pink Floyd, grupo que encabezó, se separó
en 1985, "desde entonces ?añadió Waters? para mí todo
ha sido un proceso liberador y nadie debería usar el nombre del
grupo. La música debe basarse en sentimientos reales, sino es mejor
no hacerla. El arte tiene la función de iluminar la condición
humana, pero cuando sucumbe por motivos económicos se vuelve estupidez".
Waters
es considerado maestro de la música conceptual y ofrecerá,
acompañado por una banda de virtuosos, un concierto el próximo
19 de marzo, en el Foro Sol de la ciudad de México, como parte de
su In the flesh world tour. Hasta ayer, iban vendidos 27 mil 540
boletos, de un aforo de 40 mil. Pidió al público que vaya
a verlo que asista con la disposición de ver una interpretación
teatral.
Expuso que le gusta mucho el disco UK Computer
de Radio Head, pero el nuevo "no tanto". Radio Head, precisó, es
una banda experimental que piensa muy bien lo que escribe. Sobre cómo
logra comunicar letras introspectivas en espectáculos masivos, dijo
que en sus inicios Pink Floyd buscó presentar teatro-rock, pero
posteriormente recurrieron a más elementos visuales para hacer sentir
la música al público, para comunicar los sentimientos de
las canciones.
"En 1977, en el Animal tour empezamos a usar más
elementos visuales imponentes, inflables, juegos de luces, etcétera.
Ya como solista hice algo parecido, aunque de menor dimensión, pero
básicamente lo que yo sé hacer es teatro-rock. Cuando volví
en 1990, en una gira, no sabía a qué tipo de público
me iba a enfrentar, por eso empecé con algo simple: una pantalla
detrás de mí, desde donde proyectaba transparencias. Hoy
uso video y se pueden ver escenas de películas. Quiero que la gente
vea y sienta algo más cercano a una pieza teatral".
-¿Eres un genio?
-No. Soy un artesano y un músico que ha logrado
lo que siempre se propuso. Tengo facilidad para ponerme en contacto con
mis propios sentimientos, más que otras personas. Eso es involuntario;
a veces tengo un sentimiento como de estar embarazado y siento que algo
debe salir. Tal vez sea la facilidad para crear una empatía con
gente que tiene problemas o está experimentando dolor. Tengo la
capacidad intelectual para saber que el mundo es un lugar imperfecto y
que eso debe ser comentado por los artistas.
"Es una combinación de todos esos factores lo que
me permite decir algo que es importante y agradable para muchas personas."
-Dices que eres un artesano. ¿Eso es lo que le
falta a la música?
-Sí, quizá. Pero si debo decir la verdad,
diré que no me importa la industria de la música. Una canción
mía tiene un verso inicial y uno final donde expreso esto último:
"Cuando mis neuronas conspiren/ a dirigir mis pensamientos/ lejos del divorcio
y de los deportes competitivos/ de regreso al lugar donde todos los ríos
se juntan/ y se dirigen al mar.
"Cuando mi sinápsis haga una pausa/ en la búsqueda
por el aplauso/ cuando mi ego deje ir/ mi parte del barco/ entonces déjame
enfocarme en el amor/ que es precioso para mí/ y entonces seré
libre". (Fragmento de su canción Each small candle.)
-Para ti, ¿Pink Floyd se ha convertido en un estigma?
-No. Toqué 20 años en esa banda. Hicimos
muy buen trabajo. Y punto.
-Gilmour y otra persona han dicho que seguirán
ostentado el nombre de Pink Floyd...
-Nunca hubo ninguna orden de la Corte. Nos separamos porque
yo dije que nos teníamos que retirar y que nada ni nadie se debía
llamar Pink Floyd. Ellos pensaron de manera diferente. Yo tampoco me quisiera
llamar hoy Pink Floyd.
-¿Qué quieres representar para la gente?
-Honestidad, verdad, integridad, vocación, equidad;
la idea de que los seres humanos podemos vivir en condiciones armoniosas;
cualquier idea que esté en armonía con cualquier cosa que
se acerque a la idea de Dios.
-¿Cuál es tu obra maestra?
-The wall, Dark side of the moon y Amused to
death. Pero la historia no se ha acabado. Estoy preparando un nuevo
álbum, que creo que será extraordinario, y una ópera
relacionada con la Revolución Francesa. (En esta última lleva
trabajando unos 10 años.)
-¿Qué música estás escuchando?
-Puccini, la Bohemia, Tosca... ¡muchísima
ópera! Hay un tenor que ya falleció, pero del cual adoro
su voz, el italiano Franco Corelli. Pero generalmente escucho las cosas
que estoy trabajando. Soy introspectivo. Compro discos de músicos
a los que he admirado, como el más reciente de Leonard Cohen, y
si sale uno nuevo de Bob Dylan seguramente lo compraré. Lo mismo
haré si sale otro de Neil Young.
-¿Escribirás algo sobre temas políticos?
Lo hacías cuando estabas en Pink Floyd.
-Sí. El disco que estoy haciendo ahora gira en
torno a la globalización, lo económico, y de un taxista de
Nueva York que es un refugiado político de Bosnia, que tiene peleas
con su mujer. Las historias están entretejidas en El amor a pesar
del tráfico. Además, siempre trato de ver cómo
está organizado el mundo políticamente alrededor de mí.
Y trato de darle sentido.
-Has hablado mucho de muros, ¿cuál se tiene
que caer en el mundo de la música para que ésta vuelva a
tener sentido y dirección?
-Hay una razón para eso. La música ha enmudecido
y se ha vuelto estúpida por los fines de ganancias económicas.
Es cuando el arte sucumbe a los motivos económicos. Eso lo expreso
en mi canción Perfect sense, que tocaré en el show,
en México.
-Este embrutecimiento, ¿de qué es efecto?
?Estaba viendo a Bill Clinton en la tv decir que 80 por
ciento de la población vive en una pobreza terrible y que se necesita
tiempo y recursos para remediarlo; si no se van a levantar en armas y ocurrirá
una guerra sangrienta. Esto tiene mucho que ver porque nos hemos creído
el sueño americano, este mundo del perro que se come al otro perro,
de que cada hombre es el dueño de su destino y trabaja sólo
para sí mismo. Creemos que esa es una manera buena de vivir. Hay
mucho dinero en manos de pocas personas, y a menos que cambiemos todo eso,
no podemos asegurar la sobrevivencia de la humanidad.
-¿Cuál es el papel de los artistas en esto
último?
-Inspirarnos, iluminar la condición humana; tratar
de explicar la manera como el mundo puede ser.
-Cuando eras más joven, ¿qué artistas
te iluminaron?
-Picasso. Obviamente pienso en músicos, y el primero
fue Bob Dylan.
-¿Te gusta la música que hace actualmente
Pink Floyd?
-Vi el video de Delicate sound of thunder, y me
pareció horrible. No creo que los miembros de Pink Floyd entendieran
lo que yo hacía cuando estaba con ellos. Los discos estaban hechos
por un enorme número de personas. En el primero hay 15 o 16 personas
que tenían crédito por escribir canciones. A mí no
me gustaba, pero así era.
-¿Qué no entendían tus compañeros?
-¿Qué hacía yo? Estaba escribiendo,
pensando, creando, innovando. David Gilmour, Dios lo bendiga, es un gran
cantante, un gran guitarrista, pero nunca ha escrito, y no tiene la capacidad
para hacerlo. Muchos críticos dicen que mi show como solista
es mejor que cualquier cosa que haga Pink Floyd hoy en día. Me da
mucho gusto escucharlo, pero la música es cuestión de sentimientos
reales. Si no vas a hacer eso, mejor no hagas nada.
"Los derechos de Pink Floyd son de un grupo y yo tengo
sólo una parte minoritaria. No tengo ningún poder para evitar
que sigan haciendo cosas como el reciente Eccoes, que no me gustó.
No quiero hablar mal del álbum, porque a mucha gente le va a gustar".
-¿Hay quien ve pesimismo en el pueblo inglés?
-Me da un sentimiento de profunda tristeza porque siento
que nos estamos convirtiendo en un apéndice de Estados Unidos, no
sólo en la vida política, sino en la vida cultural, y eso
forma parte del embrutecimiento de la cultura. Hoy en día me cuesta
el mismo trabajo coincidir con los laboristas que con los conservadores.
La política es una fábrica de consenso y ha perdido mucho
de su valentía. Tras bambalinas los políticos politiquean.
Frente a la gente mienten. Igual, las disqueras se han vuelto una industria
de consenso".
-¿Es rock lo que hoy se oye?
-No quiero generalizar, pero cuando yo comencé
había categorías: mánagers, compositores, escritores,
cantantes. Luego Los Beatles hicieron una revolución y nos hicieron
comprender que podíamos hacer nuestras propias canciones y que la
música pop se podía convertir en una expresión de
la cultura, como lo habían sido el blues y la música posdepresión.
Eso descubrimos. La mejor música rock sigue siendo así, la
hecha así.