Empresas fantasmas adquieren al menos
60 por ciento del alcohol que se importa
Aumenta la producción de bebidas adulteradas
Los elevados precios, por excesivo gravamen, han obligado
a regresar al sotol: especialistas
PATRICIA MUÑOZ RIOS
El incremento en impuestos a las bebidas alcohólicas
?que de por sí son de los más elevados a nivel mundial? no
ha desincentivado el consumo de estos productos en el país, sólo
ha provocado un aumento en la producción clandestina, el mercado
subterráneo y la importación ilegal, y ha obligado a los
mexicanos de clase media y baja a regresar a la cerveza, el aguardiente,
el sotol, el mezcal a granel y hasta el pulque en zonas rurales, productos
que son de alto riesgo y baja calidad.
La
errática política fiscal establecida para este sector se
agravó con la reciente miscelánea, en la que se elevaron
los impuestos hasta 60 por ciento para algunas bebidas, propiciando así
que casi 30 por ciento de este mercado se encuentre en la economía
informal, sostuvieron Manuel Paullada, presidente de la Comisión
para la Industria de Vinos y Licores, y el gerente de Consultores Internacionales,
Juan Manuel Gordillo.
En tanto, el diputado Salvador Escobedo, de la Comisión
de Salud, defendió que el gobierno tenía que elevar los impuestos
en rubros como el de los alcoholes, porque precisa recaudar más.
Asistentes todos ellos al Seminario Permanente sobre Investigación,
Cultura y Salud, organizado por la Fundación de Investigaciones
Sociales AC (FISAC), convinieron en que el consumo de alcohol en México
no ha disminuido, pero se ha distorsionado totalmente y se ha dado el fenómeno
de "sustitución" de productos caros por baratos.
La doctora Haydeé Rosovsky, investigadora del Instituto
Nacional de Psiquiatría, comentó: dado que los gravámenes
han encarecido el alcohol, en algunos mercados incluso es más accesible
y barato adquirir mariguana y otras drogas que una botella de tequila.
Al director general jurídico de la Secretaría
de Salud, Gonzalo Moctezuma Barragán, le tocó abrir el seminario,
en el que expuso que entre las autoridades "hay gran preocupación"
por la relevancia que ha adquirido la adulteración de bebidas alcohólicas
en México.
El funcionario agregó que en zonas indígenas
del país no sólo se mantiene el excesivo consumo de estos
productos, sino que ahora se asocia con bebidas elaboradas en forma clandestina,
que son altamente peligrosas para la salud pública de estas comunidades.
Estos grupos de consumidores, dijo, son los más
vulnerables por su bajo poder adquisitivo; son los de mayor riesgo y representan
para el gobierno un reto importante, por lo que se requiere el desarrollo
de marcos normativos y jurídicos para combatir las adicciones, que
comprendan desde acciones de educación, prevención, tratamiento
y control de la publicidad, hasta modificaciones legales para desalentar
esta demanda.
Para Manuel Paullada, representante de esta industria,
el problema es que el sector formal que produce vinos y licores está
perdiendo terreno frente a la proliferación de bebidas alcohólicas
al margen de la ley: "los niveles de carga fiscal que alientan el contrabando
y la producción ilegal redundan finalmente en una menor recaudación
fiscal y en la desaparición de empresas formalmente establecidas,
que cumplen con sus obligaciones fiscales y administrativas".
Paullada dio algunos datos: cuando menos 30 por ciento
del total de litros de bebidas alcohólicas que se consumen en la
actualidad es adulterado; 60 por ciento de los 110 mil litros de alcohol
potable que se importa anualmente es adquirido por empresas fantasmas
que están al margen de la ley.
Además, hay un nula acción administrativa
de combate al contrabando, se generaliza la venta de aguardiente a granel
en el país, no hay acciones de vigilancia efectivas para frenar
la producción ilegal, hay desplazamiento de productos, y el gobierno
está dejando de recaudar casi 35 por ciento de los recursos que
podría recuperar.
El gerente de Consultores Internacionales, Juan Manuel
Gordillo, señaló que México se encuentra entre los
países desarrollados que mayores gravámenes tienen para las
bebidas destiladas. Por ejemplo, Alemania tiene un promedio establecido
de 14 por ciento de gravámenes para estos productos; España,
7.54 por ciento; Francia, 16.0; Italia, 7.10, y México en promedio
26 por ciento, pero algunos productos están castigados ahora con
60 por ciento.
Así, México posee una de las cuotas por
litro de alcohol puro más altas de la OCDE, y va contra la tendencia
mundial, que es la de reducir estas tasas, sobre todo para productos como
la cerveza. Previó que habrá mayores distorsiones en el mercado
de bebidas en los próximos años, por la proliferación
de prácticas desleales de comercio en este rubro, así como
la multiplicación de productoras informales y sin ningún
control sanitario, principalmente en la zona centro-sur del país.
El peso mayor de todas estas medidas fiscales recaerá
sobre todo en la producción y venta de tequilas, cuyos precios al
consumidor se han elevado cuando menos 30 por ciento, dijo el especialista,
y agregó que también habrá efectos negativos en el
empleo que genera la cadena de vinos y licores; en la generación
de divisas, que anualmente es de aproximadamente 479 millones de dólares,
y en la aportación al erario, que es de 6 mil 401 millones de pesos.
Al diputado Salvador Escobedo, miembro del PAN, no le
quedó mucho que decir, aunque primero defendió el trabajo
de los legisladores, al señalar que éste no fue menor, y
que establecer incrementos a estos impuestos fue menos malo que los aumentos
diferenciados que se querían establecer al IVA, por ejemplo.
También exhortó a la Secretaría de
Salud a intensificar los programas de prevención y tratamiento contra
las adicciones, y a la de Educación Publica a informar sobre la
situación actual de los menores con problemas de adicción.
Además habló de que es preciso aplicar las regulaciones en
materia de publicidad, las cuales están en el papel y no se cumplen.