ASTILLERO
Julio Hernández López
SI LAS URNAS tuvieran vida, probablemente estarían
en plantón de protesta en algún lugar, defendiendo su existencia,
constantemente puesta en riesgo. Hace pocas semanas el presidente Vicente
Fox advirtió que no permitiría que la transición política,
presuntamente derivada de su triunfo electoral, fuera transada. Desde el
domingo reciente los priístas están inmersos en una lucha
a muerte para ver cuál de los dos bandos contendientes hizo mayores
suciedades comiciales. Ahora, brigadas de activistas del Consejo General
de Huelga (CGH) de la UNAM han recorrido escuelas y dependencias de esa
casa de estudios para robar urnas y generar violencia que inhiba o cancele
el proceso de selección de quienes integrarán la comisión
que organizará el congreso de esa universidad.
TALES AGRESIONES contra el espíritu electoral,
y su recipiente natural, que son las urnas, conllevan la exaltación
de ánimos autoritarios aunque se expresen mediante consignas presuntamente
democráticas o democratizantes. El presidente Fox quisiera, en realidad,
un sistema político en que su pura voluntad ?presuntamente llena
de buenísima fe? se cumpliera a pie juntillas: una transición
sin transas querría decir, en realidad, una transición diseñada
al gusto personal del Presidente, aunque en ella se realizasen transacciones
a favor del zedillismo, el madracismo y la elite empresarial, como hasta
ahora se ha hecho. De la vocación transística del priísmo
poco o nada hay que decir que supere el descarnado retrato a dos manos
que en estas horas pintan los artistas de brocha gorda que aspiran a presidirlo.
MENCION APARTE merece la irrupción robaurnas de
miembros del CGH que se sienten llamados a impedir a toda costa la realización
de un anunciado congreso universitario. Marginales y disminuidos, los grupos
cobijados bajo la bandera de la oposición al citado encuentro escenificaron
ayer una página más de violencia política en instalaciones
de la UNAM. Validos de alegatos ideológicos esquemáticos
y rutinarios, y dirigidos o acaudillados por personajes que han sido formal
e irrevocablemente expulsados de esa casa de estudios, los mencionados
opositores pretendieron impedir que se eligiese a 22 representantes que
integrarían la Comisión Especial para el Congreso Universitario
(CECU), pues entienden todo este proceso como parte de la gran maniobra
con que se trataría de dar cumplimiento a los planes de debilitamiento
de la UNAM que desplegaron Ernesto Zedillo, como presidente, y Juan Ramón
de la Fuente como su comisionado personal desde el gabinete. El planteamiento
central de ese movimiento podría ser discutido, pero lo importante
de este momento es que una parte notable de su expresión política
concreta se mueve entre el lumpenismo, la infiltración y la obcecación
ultrista, y que el grueso de la comunidad universitaria les rechaza o elude,
ya sea por convicción, ignorancia, apatía o miedo. Escenas
como las vueltas a vivir ayer sólo ayudan a aislar aún más
a un movimiento declinante, y fortalecen las posibilidades de consolidación
del priísmo-zedillismo representado por De la Fuente.
NO NADA MAS esta columna se atreve a lanzar prédicas
moralizantes o estratagemas políticas. Por enésima ocasión
el obispo Onésimo Cepeda ha tocado los terrenales y pecadores rumbos
de la polaca (es decir, la política, no la patria de Su Santidad).
Cualquier organizador de transporte asistido a urnas de elección
priísta (evítese, por favor, el uso del término acarreo)
podría suscribir con entusiasmo la insólita profesión
de fe no panista hecha por el futuro anfitrión del pontífice
(¡milagro, el consistorio cardenalicio sí aprobó la
canonización de Juan Diego, y por tanto se confirma la visita polaca
el 30 de julio!). "México necesita organizaciones políticas
fuertes para poder salir adelante", dijo el mártir del campo de
golf, y agregó, mientras verificaba que la próxima visita
papal no coincidiera con alguna corrida de toros en la Plaza México:
"Miren, si el PAN se desgasta y se divide, pues pierde. Pero si el PRD
o el PRI se debilitan luego de sus elecciones internas, entonces el escenario
es de 70 años más con el PAN, ¿no creen?" (Por cierto,
Enésimo ha confirmado que el presidente Fox desea asistir a la misa
de canonización de Juan Diego, al igual que una decena de gobernadores,
"no sólo panistas" sino también priístas, como el
apuntalador de paredes Arturo Montiel.)
EL PRESIDENTE Fox asistió, en tanto, a otra especie
de misa, como fue la lectura del informe de labores del ombudsman
federal José Luis Soberanes, quien insistió en el riesgo
que para los derechos humanos significan "las actividades que en los últimos
meses se han encomendado a elementos de la Policía Federal Preventiva",
debido a que no existen "normas claras sobre la actuación de esta
corporación en materia de prevención del delito". No ha precisado
el informe del presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos
que un elemento fundamental en esas preocupaciones es la militarización
casi a tope que se ha dado en dicha policía presuntamente civil.
Pero tampoco puede restársele intención política al
hecho de acompañar el tema de la PFP con un párrafo inmediato
en que se advierte: "lo mismo sucede en el caso de la participación
de efectivos militares en tareas de seguridad pública. Debe tenerse
presente que ésta no es una función del Ejército Mexicano,
el cual sólo en vía de excepción, y nunca como regla,
debe contribuir a estas labores".
ASI COMO Onésimo se hace como que el toro le habla
(en sus crónicas radiofónicas), el Presidente de la República
ha hecho como que no oye los sermones y las llamadas a misa de la CNDH.
Ayer, por ejemplo, Fox prefirió sumergirse gustoso en el baño
de burbujas que él mismo se organiza a la menor provocación
con motivo de los presuntos avances en materia de derechos humanos que
en su administración se habrían dado. Tomando como ejemplo
las liberaciones que ha hecho de presos por razones políticas (ecologistas,
pescadores y "el señor Gallardo"), el guanajuatense no se cansa
de pregonar que México ha llegado al paraíso de los derechos
humanos (aunque el color dominante en ese panorama sea el verde, más
precisamente el verde olivo).
YA PARA cerrar esta columna con complejo de urna maltratada,
se dejará aquí la respuesta que dio el presidente Fox a la
pregunta que ayer le hizo Tony Berman, uno de los miembros de la North
American Broadcasters Association, que sesiona en nuestro país,
respecto a la manera como podría asegurar "que cualquier periodista
pueda expresar y hablar acerca de cualquier historia, y qué protección
va a tener". Sin música de Allá en el rancho grande de
por medio, el Presidente expresó un compromiso basado en la palabra
personal más que en el marco institucional:
?TENEMOS COMO principio fundamental de este gobierno democrático
el ejercicio pleno de las libertades. Lo hemos declarado públicamente
una y otra vez. Lo hemos hecho desde que aspirábamos a ser gobierno,
durante la campaña electoral. Entonces, lo primero es que nuestra
palabra está de por medio, y ese es el mejor compromiso que podemos
establecer en esta materia.
¡AH, EL México de las palabras (y las urnas)!