Dejan plantada a Gabriela Rodríguez los presidentes de cuatro comisiones del Senado
Los Estados deben actuar unidos en defensa de los migrantes, plantea relatora de la ONU
Propone afinar medidas preventivas del éxodo irregular desde los países de origen
Durante una reunión de trabajo con la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios de la Cámara de Diputados, la relatora especial para los Derechos Humanos de los Migrantes, de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Gabriela Rodríguez Pizarro, dijo que si se quiere luchar contra actos transgresores de las garantías, no se debe ignorar la xenofobia de grupos extremistas, el crimen trasnacional organizado, la trata y tráfico de personas, las detenciones arbitrarias, malos tratos y explotación laboral, y simultáneamente afinar medidas de prevención de la migración irregular desde el Estado de origen.
Rodríguez Pizarro resaltó que el desafío del nuevo siglo es crear un marco de gestión en el que se respeten los derechos humanos, se prevenga el tráfico de personas y se vea con seriedad el tema, "porque hay muchas vidas de por medio". Además, dijo que si los Estados desean superar los obstáculos para la protección plena y efectiva de los derechos humanos, es necesaria una acción conjunta.
Posteriormente, la relatora recibió un desaire en la Cámara de Senadores, toda vez que al encuentro en el que participarían los presidentes de cinco comisiones, sólo asistió el panista Jeffrey Jones Jones, quien no supo conducir la sesión ni proporcionar la información solicitada por la visitante.
Ante la ausencia de legisladores, el salón Isidoro Olvera, del Senado, se llenó con asesores e invitados de la cancillería, y a mitad de la reunión, Jones Jones se disculpó con la relatora. Le dijo que apenas les informaron de su visita y como fue "de última hora" no pudieron organizar el encuentro.
Sin la presencia de los presidentes de las comisiones de Relaciones Exteriores, Relaciones Exteriores para América Latina, Relaciones Exteriores para América del Norte y Derechos Humanos -los panistas Fernando Margáin y Cecilia Romero, y los priístas Silvia Hernández y Sadot Sánchez-, el único legislador no sabía qué hacer.
Por principio, Jones Jones, presidente de la Comisión de Asuntos Fronterizos, pidió a Rodríguez Pizarro que informara del objeto de su visita y de los sitios que habrá de recorrer. La visitante respondió que viene a recabar datos para presentar un informe a la ONU. Dijo que le interesa sobremanera lo que el Senado haga en la materia, y en cuanto a la agenda pidió a su asistente que la leyera al senador y los presentes.
El senador Jones Jones seguía sin saber qué hacer y para ganar tiempo preguntó si alguno de los asesores quería hablar. Entonces, Karla Arrieta, de la subsecretaria de Derechos Humanos de la cancillería, dijo que seguramente a Rodríguez Pizarro le interesaba saber si existe alguna ley sobre niños migrantes en tránsito y la legislación en materia de migrantes y nuevas iniciativas que haya en el Senado.
Pero ni así logró controlar la sesión el panista. Le dio la palabra a Saúl Vicente Vázquez, quien se presentó como secretario de derechos humanos del PRD y leyó un escrito sobre la situación de los migrantes.
Desconcertada, la relatora señaló: "Uno de los poderes del Estado mexicano es el Senado, me interesa por ello profundamente, y vuelvo a insistir, recibir información de ustedes". Esto no fue posible y 35 minutos después salió del salón.
Antes, durante una reunión en la Cámara de Diputados, la relatora reconoció que la migración de mexicanos y su aportación a la generación de bienes constituyen un factor muy importante para la economía estadunidense, así como para las comunidades de origen, por lo que no se debe satanizar esta situación ni hablar de la migración irregular como una invasión.
Rodríguez Pizarro consideró que así como resulta positiva la migración, es importante conocer los riesgos de un tránsito irregular de un país a otro, por lo que es indispensable promover apoyos a una política específica sobre este tema por parte del gobierno.
A su vez, la presidenta de la comisión, la priísta Irma Piñeyro Arias, advirtió que es necesario que la ONU asuma enérgicamente su responsabilidad para definir acciones que fortalezcan la defensa, integridad y derechos humanos de los migrantes en el mundo, particularmente en América Latina.
Agregó que no es con acciones coercitivas ni con persecuciones como se resolverá el fenómeno de la migración, y aseguró que es necesario establecer mecanismos de comunicación para propiciar una sana convivencia, que privilegie las garantías de hombres y mujeres que aportan al desarrollo del país vecino.
Acciones de gobierno
Rodríguez Pizarro se entrevistó en privado con el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, José Luis Soberanes Fernández, y por la noche se reunió con el secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, quien le explicó la política mexicana para enfrentar el problema de la migración y las acciones que ha emprendido el gobierno federal para salvaguardar los derechos humanos de los migrantes en ambas fronteras.
En esa reunión se habló de la colaboración de México para instrumentar acciones al nivel internacional para enfrentar las secuelas del problema migratorio, particularmente las relacionadas con el tráfico de personas y la forma como se pueden inhibir los abusos de autoridades a los derechos de los migrantes.
La víspera se reunió, en las instalaciones de la ONU en México, con más de 20 organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y de defensa de migrantes, que le entregaron la publicación Migración: México entre sus dos fronteras 2000-2001, elaborada por el Foro Migraciones, en el que participan decenas de grupos sociales.
En esa investigación se destaca que en ambas fronteras, tanto la norte como la sur, se ejerce violencia contra los migrantes. "Ocurre en ambos casos, una violencia institucionalizada". Tapachula, se resalta en el libro, es la puerta más grande de las migraciones terrestres que provienen del centro y el sur del continente americano, y en los últimos años se ha convertido en un importante sitio de paso para quienes, desplazándose por aguas internacionales, pretenden adentrarse a territorio mexicano evitando a las autoridades migratorias y a las bandas de asaltantes.
El Foro Migraciones destaca en dicha investigación que "entre 1995 y 2000, por esa frontera -sur- fueron expulsados 453 mil 995 extranjeros indocumentados".
Mientras, en la frontera norte, sólo por la garita de Mexicali fueron deportadas 86 mil 138 personas entre enero y mayo de 2001. Y entre 1998 y 2000, han fallecido en su intento por cruzar de manera ilegal hacia Estados Unidos mil 236 personas. (ciro perez, andrea becerril, alonso urrutia y victor ballinas)