Pide el presidente "empuñar espadas"
para que no se repita
Marcharon opositores y seguidores de Chávez
para recordar 13 años del Caracazo
AFP, REUTERS Y DPA
Caracas,
27 de febrero. El presidente venezolano, Hugo Chávez, llamó
hoy a los militares de su país a "empuñar sus espadas" en
defensa de los derechos sociales, para evitar un estallido como el de hace
13 años, el Caracazo, que hoy fue conmemorado por decenas
de miles de seguidores y adversarios del mandatario.
Cada una de las dos marchas fue estimada por observadores
en más de 20 mil personas, aunque fuentes del gobierno dijeron que
la de apoyo a Chávez reunió más de 600 mil. Si bien
ambas manifestaciones se desarrollaron pacíficamente, hubo incidentes
aislados, como el lanzamiento de dos artefactos explosivos contra una sede
del oficialista Movimiento V República, y una bomba casera de baja
intensidad lanzada por chavistas en el exclusivo sector de Altamira.
Los opositores, que marcharon a la Asamblea Nacional,
fueron convocados por la Confederación de Trabajadores de Venezuela,
pero también se adhirieron líderes empresariales, quienes
dieron el día libre a sus empleados para que participaran en la
demostración.
Mientras los contrarios a Chávez vistieron ropas
negras y gritaron consignas como "al loco (Chávez) le queda poco",
los seguidores del mandatario formaron una marea de rojo con sus boinas,
y entonaron consignas como "no pasarán, no volverán", y "traidores".
"Hugo Chávez no saldrá", dijo el mandatario
a sus partidarios, cuando estos cerraron la marcha en el palacio presidencial
de Miraflores. El ex militar, que en 1992 encabezó una intentona
gopista contra el entonces presidente Carlos Andrés Perez, dijo
que su gobierno "revolucionario" bolivariano trabaja para superar las causas
estructurales que provocaron el Caracazo, al que consideró
similar al que sacude a Argentina.
La fecha escogida por opositores ?que esta tarde también
se congregaron en una plaza del exclusivo este de la capital? y chavistas
para sus demostraciones fue considerada inoportuna por los familiares de
las víctimas del Caracazo, el estallido social por el programa
de ajuste económico neoliberal del entonces presidente Pérez,
que fue reprimido y dejó un saldo de más de un millar de
muertos, según organismos humanitarios.