Fue muy feo jugar así; no hay fiesta sin gente, señaló el técnico tuzo, Alfredo Tena

Ante un silencio sepulcral en CU, Pumas y Pachuca empataron 1-1

Las anotaciones fueron de Gabriel Caballero y Emerson dos Santos

MIGUEL ANGEL RAMIREZ

Al silencio sepulcral en las tribunas del estadio Olímpico de Ciudad Universitaria lo acompañó un encuentro entre Pumas y Pachuca, que únicamente arrojó algunas migajas de buen futbol.

El resultado fue 1-1, que complació al técnico visitante, Alfredo Tena, porque Tuzos sumó, pero dejó con una sensación de derrota a su colega Hugo Sánchez.

Pese a que los únicos testigos eran algunos dirigentes, personal del estadio y los representantes de los medios de comunicación, los de la UNAM cumplieron con el ritual de cantar su himno antes del inicio del trámite; no alteraron nada (los rugidos también se escucharon), pese al veto.

Sin embargo, nada es igual sin seguidores. Para Tena se siente "muy feo" jugar así. "No debe ser en el futbol. No hay fiesta si no hay gente."

Aunque podría agregarse que sin el combustible del buen balompié tampoco puede haber fiesta. Y ayer se estuvo muy cerca de eso. En los primeros 20 minutos se sentía feo ver ese traslado improductivo, sin certeza, del balón.

El Pachuca apeló a congestionar la media cancha, para evitar el desgaste físico que podría ocasionarle su dinámico contrincante.

Dos Santos, sin tino

Los auriazules mantuvieron su vocación de ir al frente, pero la insistencia en los centros al área no les dio resultados en la primera parte. Además de lo aplicados que estuvieron los defensivos tuzos, algunos pumas, como Emerson dos Santos, traían una puntería tan vacía como el escenario.

Al minuto 24 desperdició la primera gran oportunidad al no poder controlar la pelota dentro del área, cuando le mandaron un centro que lo dejó solo ante el portero Calero.

Pachuca empezó a llegar con peligro a la meta de Campos, y al minuto 33 el zaguero Rodríguez se escapó por la banda derecha; tocó para Silvani, quien mandó un centro pasado.

El envío lo recibió Santana en el área y cedió para Chitiva. Este remató y Campos logró rechazar el balón, aunque no pudo hacer nada cuando lo fusiló Gabriel Caballero para el 1-0.

La visita pudo incrementar su ventaja antes de irse al descanso, pero al 35 Caballero no pudo coronar una gran acción personal. Abrió completamente a la zaga auriazul; sin embargo, cuando se esperaba su disparo prefirió pasar para Silvani y se esfumó la oportunidad.

Pumas respondió con tiro lejano de Müller que obligó a Calero a emplearse a fondo. Después vino un conato de bronca por empujones en el área visitante, y Emerson, al 43, volvió a demostrar que andaba con la mira perdida, pues no aprovechó una mala salida de Calero en tiro de esquina y mandó el balón a un lado cuando la portería estaba a su merced.

No obstante, en el complemento se reivindicó. Barragán mandó un centro directamente al área por el sector derecho y Müller le puso la pelota, únicamente para que la mandara al fondo de la red. Era imposible que dejara ir esta vez el tanto del empate.

La igualada ocasionó que Pachuca extremara sus precauciones, mientras Pumas se animó más a ir adelante, aunque sin mejorar su productividad.

La monotonía sólo se alteró cuando el Parejita López le dio un codazo a Correa, y como el árbitro Germán Arredondo únicamente lo amonestó, el defensor tuzo buscó desquitarse en la siguiente jugada, ganándose su expulsión al minuto 74 por asestarle un cabezazo.

Casi al final del encuentro, minuto 88, Müller dejó ir el gol que pudo dar el triunfo a Pumas. El delantero apareció completamente solo, delante de la línea defensiva, pero titubeó y le pegó infame al balón.

Hugo Sánchez aseguró después que el argentino, como otros de sus jugadores, se desconcertó porque escuchó un silbatazo, que no provino del árbitro, sino de la banca del Pachuca.

Indicó que el nazareno suplente, Ulises Rangel, se percató de este recurso antideportivo, al igual que Mario Rubio, integrante de la Comisión de Arbitraje, y hasta se llamó la atención a los visitantes.

Sin embargo, ambos lo negaron al abandonar el estadio.