Crece la posibilidad de que resurja el fenómeno climático
Se alistan gobiernos para enfrentar daños por El Niño
REUTERS
Londres, 3 de marzo. Las naciones de todo el mundo se están preparando para enfrentar desastres en 2002, apenas cinco años después de que un devastador patrón climático, El Niño, azotó el planeta, causando la muerte de más de 20 mil personas y daños por unos 34 mil millones de dólares.
Los principales centros meteorológicos han dicho en las últimas semanas que están aumentando las posibilidades de que reaparezca El Niño, fenómeno ocasionado por el calentamiento poco usual de las aguas del océano Pacífico, el cual provoca sequías, tormentas de nieve, inundaciones e incendios.
Recientemente los meteorólogos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) expresaron que El Niño podría regresar en la primavera, aunque su intensidad era incierta.
Por su parte, la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Mancomunidad, en Australia, manifestó que podría aproximarse otro ataque del fenómeno climático, que los pescadores peruanos bautizaron El Niño porque aparece cerca de la Navidad.
Según la Oficina Australiana de Meteorología, el riesgo de que reaparezca el fenómeno es de 50 por ciento.
Meteorólogos de China, Tailandia, Perú y Sudáfrica dicen que El Niño podría estarse formando, pero, aunque las temperaturas del centro del Pacífico están elevándose, todavía es temprano para predecirlo. Los expertos señalan que en las próximas semanas se sabrá con certeza.
El académico Jim Fox, quien pronosticó acertadamente en 1998 que El Niño provocaría que Indonesia tuviera que importar arroz, hecho sin precedente, aseveró que 10 de 11 indicadores que había observado señalan que el fenómeno está en proceso.
El Niño ocurre de cada dos a siete años, y dura entre 12 y 36 meses cada vez.
El Niño de 1997-98, el peor que se haya registrado, mató a 24 mil personas, desplazó a seis millones y afectó a unos 111 millones, según la NOAA.
Durante el periodo en el que se registra el fenómeno, las aguas cálidas del Pacífico invierten su curso y se dirigen hacia el este; es decir, a Sudamérica. Los vientos alisios ecuatoriales son mitigados e incluso cambian de dirección, provocando corrientes de aire de gran altitud, llevando los trastornos climáticos mucho más allá del Pacífico.
En 1997 la sequía amenazó a millones de personas en Africa y azotó a Brasil, donde algunas de las playas más famosas de Río de Janeiro fueron arrasadas.