Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 5 de marzo de 2002
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Política

Alberto Aziz Nassif

Madrazo y la restauración

El "triunfo" de Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo no es sólo un regreso a las viejas prácticas del fraude, sino la constancia de un sistema político que sigue operando en una parte importante del país. Las elecciones internas de ese partido sirven para delimitar con mucha claridad las tensiones que se viven hoy en México entre lo que ha cambiado, los espacios de pluralidad, las alternancias en el poder, el ensanchamiento de las libertades de expresión, la división de poderes, mayor apego a la legalidad, y lo que todavía sigue tan campante: el fraude, la ilegalidad, el abuso de poder, la corrupción, es decir, lo que emblemáticamente representa el madracismo.

Un partido que presumió a fines de 1999 de que había obtenido 10 millones de votos en su elección del candidato presidencial, y que dos años después, en comicios internos, no llegó ni a 3 millones de votos válidos (su voto duro, que representa menos de 5 por ciento del padrón nacional) no es ciertamente un partido que crece. Un partido cuyos líderes obreros viven como jeques millonarios, mientras el salario de los obreros -que dicen representar- no les alcanza ni para lo más indispensable, y que además son premiados como sucedió el pasado sábado con el senador Romero Deschamps, no habla de un partido con mucha calidad moral.

Los partidos son burocracias con jerarquías que se reproducen y que administran incentivos colectivos y selectivos. El PRI ha evolucionado en los últimos años y ha extraviado los incentivos colectivos, su identidad y su ideología; pero también ha perdido poder, recursos, militantes y, por supuesto, votos. Ahora con Madrazo es factible que los incentivos selectivos, los del poder y el dinero, vayan a ser completamente dominantes. Habrá que ver cómo se legitima un liderazgo que llega a la presidencia del PRI mediante el fraude: cientos de casillas en Tabasco y Oaxaca mostraron una tomografía fraudulenta, pero los débiles instrumentos de legalidad sólo sirvieron para anular 33 de un total de mil 669 casillas impugnadas, es decir, la legalidad priísta sólo alcanzó para limpiar 1.9 por ciento de ese universo. Cuando se dan estos casos se aprecia más la existencia del Instituto Federal Electoral. Habrá que ver cómo construye credibilidad un liderazgo cuyo discurso está completamente separado de las prácticas. El problema de fondo no es nada más el señalamiento del fraude y una trayectoria de ilegalidad, sino observar cómo se premia, avanza y se fortalece este tipo de perfiles políticos.

ƑQué clase de país es México para que uno de los principales partidos políticos pueda tener un liderazgo como el de Roberto Madrazo? ƑQué tipo de país es México, donde un líder petrolero como Romero Deschamps, sospechoso de millonario fraude, es premiado como héroe? Tenemos un país en pleno tránsito democrático, lleno de fragilidades en sus avances democráticos y con amenazas restauradoras del viejo régimen. El PRI es un partido de incentivos selectivos, de maquinarias aceitadas con dinero público, de liderazgos plagados de abusos de poder, de disciplinas a prueba de cualquier arbitrariedad: es una organización de clientelas, no de ciudadanos.

El PRI llega a sus 73 años de existencia al mismo tiempo que instala a sus nuevos líderes en el mando. Para entender el suceso hay que volver a "la ley de hierro a la oligarquía" de Robert Michels, contemporáneo del PNR callista. Imaginemos que el modelo madracista que se impuso en Tabasco, es decir, división interna, control, ilegalidad, fraude y abuso del poder, querrá imponerse ahora a nivel nacional. No sabemos cuál vaya a ser el éxito con una estrategia de este tipo; por lo pronto, hay que anotar que la incipiente democracia mexicana está amenazada. Mientras la lógica de la democracia tiene como objetivo formas legales y transparencia como reguladores y contrapesos, en la lógica del poder no importa la legalidad ni las reglas democráticas, sino poner en juego cualquier estrategia para conservar y acrecentar el dominio.

La llegada de Madrazo al PRI representa el inicio de una estrategia de restauración del poder perdido el 2 de julio de 2000. El primer asalto de esta ruta fue vencer a los grupos que perdieron la Presidencia y que se agruparon en la candidatura de Beatriz Paredes; el siguiente asalto será en 2003, para ganar la mayoría en la Cámara de Diputados; y el tercero, en 2006: recuperar la Presidencia de la República. Con estos objetivos veremos cómo se mueven las fichas.

Hoy el tablero está casi definido. El gobierno foxista, el PAN, el PRD y las fuerzas democráticas ya saben quién es el contrincante, cuál es su trayectoria y hacia dónde se dirige.

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