Luis Hernández Navarro
Castro, Soros y el Muro de la Pobreza
Cuando Fidel Castro llegue a la sede de la Conferencia Internacional sobre Financiación y Desarrollo, que la ONU realizará del 18 al 22 de marzo en Monterrey, no verá a los pobres de la ciudad. Un muro de dos metros de alto y dos kilómetros de largo construido frente al lugar del encuentro se lo impedirá.
Y es que para ocultar los bolsones de pobreza de la Sultana del Norte, para que los ojos de los distinguidos visitantes extranjeros que asistirán a la conferencia no se lastimen con las penurias de viviendas rústicas y barrios populares, para que los dignatarios y Barones de la Pobreza que laboran como funcionarios de ONG y organismos multilaterales puedan disfrutar sin empacho de sus hoteles de cinco estrellas mientras discuten los planes para alcanzar un mundo sin miseria, el gobierno regiomontano construirá un muro para aislar las zonas populares de la sede de la cumbre.
La barda ha sido bautizada como el Muro de la Pobreza. Será construida sobre la avenida Morones Prieto de la ciudad de Monterrey para impedir que desde el Cintermex -lugar del encuentro de la ONU- se vean las humildes casas proletarias en las que viven los antiguos obreros de la empresa Fundidora de Fierro y Acero. Las fachadas de los hogares que no alcanzarán a ser cubiertas por la nueva edificación serán convenientemente remodeladas.
El rostro de la pobreza, se sabe, es feo. Por eso, según José Mario Garza, secretario de Gobierno de Nuevo León, la operación maquillaje se requiere "para dar una buena imagen" y como "muro de contención". Después de todo, añadió, "cuando uno invita a alguien a su casa, barremos, recogemos todo para que la casa esté presentable" (Milenio, 1Ɔ de marzo de 2002).
Fidel Castro llegará entonces a territorio regiomontano con "la casa presentable" para "matar dos pájaros de un tiro": mantener la ofensiva diplomática iniciada a partir de la crisis de la toma de la embajada mexicana en La Habana y posicionarse en el debate sobre el futuro de la globalización.
La estrategia hacia Cuba del secretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, sufrió un serio descalabro el 28 de febrero. La bisoñez y arrogancia de un canciller que juega a ser "el aprendiz de brujo" precipitaron una crisis en la que la diplomacia mexicana resultó dañada. Vicente Fox sabe ahora que no puede manejar unilateralmente las relaciones con la disidencia política castrista.
La presencia de Castro en territorio mexicano le permitirá mostrar la capacidad de convocatoria y simpatía que tiene en el país. En Nuevo León, el Partido del Trabajo -que ha forjado estrecha relación con la revolución cubana- tiene uno de sus principales bastiones políticos. De manera que con esta fuerza, más las que de cualquier manera pensaban trasladarse a Monterrey para protestar en contra de la conferencia de la ONU, se integrará un numeroso contingente de apoyo al dirigente cubano y de repudio a otro visitante: George W. Bush.
Hasta ahora, la participación de los comunistas cubanos en el ciclo de protestas en contra de la globalización neoliberal abierto en Seattle ha tenido muy bajo perfil. Una parte de las fuerzas que integran esta coalición -nuevos anarquistas, ONG, desobedientes civiles, promotores de la tasa Tobin- tiene fuertes diferencias con el régimen cubano. Aunque -sobre todo los europeos- rechazan el bloqueo económico de la isla y reconocen sus logros en salud y educación, critican la falta de libertades democráticas en la isla. La posibilidad de que Fidel Castro asistiera al segundo Foro de Porto Alegre fue considerada inconveniente por una parte significativa de los asistentes.
Los asistentes al cuarto Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, celebrado en La Habana durante el pasado febrero, cuestionaron el proyecto de texto del Consenso de Monterrey acordado en consultas oficiosas que servirá de base para la conferencia de Naciones Unidas. Si Fidel, como es probable que haga en Monterrey, impulsa la actitud crítica que se expresó en La Habana, el evento podrá convertirse en un episodio de relevancia en la oposición al neoliberalismo.
Curiosamente, Castro coincidirá en ello con el multimillonario Georges Soros, quien afirmó: "Estados Unidos no tiene estrategia para Monterrey. No está ofreciendo recursos y una conferencia de financiamiento sin recursos es un fracaso".
Monterrey en marzo: Muro de la Pobreza, protestas callejeras, aniversario de la expropiación petrolera, George W. Bush y Fidel Castro en la misma reunión, críticas de George Soros. Ahora sí, como decía el célebre comentarista deportivo Jorge Sonny Alarcón: "No se vayan, que esto se pone bueno..."