MEXICO S.A
Carlos Fernández-Vega
COMO SUELE ACONTECER en reuniones de la misma naturaleza, en la próxima cumbre de Monterrey confluirán las urgencias económicas y sociales de las naciones menos desarrolladas con la tradicional pasividad y negativa de los países ricos entre los ricos de aportar recursos suficientes para paliar la pobreza en el planeta.
DECENAS DE JEFES de Estado y de gobierno, así como presidentes y directores de la Organización de las Naciones Unidas y de sus organismos especializados (entre ellos el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la organización Mundial de Comercio) presentarán en Monterrey sus respectivas peticiones y condicionamientos -dependiendo del bloque al que pertenezcan- en torno a la asistencia financiera para el desarrollo.
UNO DE LOS puntos torales del encuentro -y, por ende, el más difícil de concretar- será la aportación de los fondos suficientes a la asistencia para el desarrollo y los mecanismos para concederlos. Nada fácil, sin duda, porque implicará convencer a los dueños del dinero de que aporten anualmente 50 mil millones de dólares adicionales de aquí al 2015, es decir, un monto equivalente a 13.2 por ciento del presupuesto que el gobierno de Estados Unidos destinará tan sólo en 2003 para aceitar su aparato militar.
DE ACUERDO CON las estimaciones de la ONU, en la cumbre de Monterrey podrían tomarse los acuerdos conducentes que permitan canalizar 100 mil millones de dólares anuales -de aquí al 2015- a las naciones en vías de desarrollo para reducir sólo a la mitad los niveles de pobreza y pobreza extrema que actualmente se reportan en el planeta.
ESA ES LA esperanza del organismo, pero la realidad ha sido y es muy distinta. El propio organismo multilateral reconoce que el flujo financiero canalizado al desarrollo por parte de los países ricos ha observado una tendencia descendente durante los últimos treinta años. En promedio, el porcentaje del producto interno bruto de los países donantes -los desarrollados- destinado a dicho renglón ya se encontraba en declive cuando la comunidad internacional aprobó por primera vez, en 1970, la meta de contribuir a la llamada "asistencia oficial para el desarrollo" (AOD) con 0.7 por ciento del PIB.
DE HECHO, EL flujo financiero se mantuvo entre 0.3 y 0.35 por ciento del PIB hasta principios de la década de los 90, para posteriormente reiniciar su caída. En 2000 el promedio de la asistencia proporcionada por los 22 países miembros del Comité de Asistencia para el Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, representaba 0.22 por ciento de su producto interno bruto Aún excluyendo la participación de Estados Unidos, país que nunca se ha comprometido con la meta de 0.7 por ciento, el promedio de asistencia solamente alcanzó 0.33 por ciento.
LA INFORMACION DE la ONU establece que en dólares absolutos la cantidad de ayuda al desarrollo ascendió sólidamente hasta 1992. Sin embargo, la ayuda total no ha recuperado el nivel máximo de 60 mil millones de dólares alcanzado en 1992. La "asistencia oficial para el desarrollo" cayó de 56 mil 400 millones de dólares en 1999 a 53 mil 100 millones en 2000, lo que equivale a un descenso de 6 por ciento en términos nominales, o de 1.6 por ciento en términos reales.
LA DISMINUCION DE la asistencia para el desarrollo en la década de los 90, ha sido atribuida, en ocasiones, a los déficit fiscales de los países donantes, señala la ONU. Sin embargo, desde mediados de la década de los 90 los balances fiscales de la mayor parte de los países ricos han mejorado en gran medida. Otras justificaciones por dicha baja han sido "la pérdida de motivación" al terminar la guerra fría, las "persistentes dudas" acerca de la eficacia de los programas y proyectos apoyados por la AOD y el aumento en los flujos de capital privado hacia los países en desarrollo. (Este último punto es sumamente debatible, ya que la mayor parte de los proyectos que normalmente son financiados por la AOD, no reciben inversiones de capital privado. Además, los países más dependientes de esa asistencia, generalmente, no son vistos con suficientes garantías por parte de los inversionistas privados del extranjero.)
EN LAS ULTIMAS tres décadas se ha reportado una caída en el ámbito de la ayuda al desarrollo, aunque la ONU considera que tal tendencia puede revertirse. De hecho, señala, Gran Bretaña se ha comprometido a incrementar su ayuda de 0.26 por ciento del PIB en 1997 a 0.33 por ciento para el período 2003-2004. Además, en noviembre del 2001, los ministros de la Unión Europea encargados de la cooperación para el desarrollo acordaron fijar un plazo para alcanzar el objetivo de destinar el 0.7 por ciento del producto interno bruto para la AOD. Aún así, los requerimientos financieros para atender este renglón superan por mucho esas muestras de "buena voluntad".
ALREDEDOR DE 4 mil 800 millones de personas viven en los países pobres ("en vías de desarrollo" como eufemísticamente son considerados) y los datos que proporciona la ONU sobre el particular son poco alentadores: alrededor de 826 millones carecen de una alimentación adecuada que les permita llevar una vida normal, activa y saludable;
más de 850 millones son analfabetas; casi mil millones no cuentan con servicios de agua potable; unos 2 mil 400 millones no tienen acceso a los sistemas sanitarios básicos; casi 325 millones de niños y niñas no están escolarizados; 11 millones de niños menores de cinco años mueren cada año por causas evitables; mil 200 millones viven con menos de un dólar al día.
UNA DE LAS pretensiones de la cumbre de Monterrey es lograr que la ayuda para el desarrollo pase de 50 mil a 100 mil millones de dólares anuales, de aquí al 2015. El monto de recursos parece extraordinario, pero las estimaciones de la ONU permiten conocer que sólo alcanzarían para reducir a la mitad los siguientes renglones: el porcentaje de habitantes del planeta cuyos ingresos sean inferiores a un dólar diario; el número de personas que padecen hambre en el mundo y el porcentaje de personas que carecen de acceso a agua potable. además permitirían alcanzar el acceso universal a la educación primaria completa, la igualdad de género en el acceso a la educación, la reducción en tres cuartas partes de la tasa de mortalidad materna, la reducción en dos tercios la tasa de mortalidad de niños menores de cinco años y detener y revertir la propagación del VIH/sida, la malaria y otras enfermedades graves.
Las rebanadas del pastel
EL GOBIERNO DE la ciudad de Buenos Aires emitirá un bono, denominado porteño, para pagar a sus empleados y proveedores, informó Aníbal Ibarra, jefe del gobierno autónomo de la capital argentina. Su emisión se debe a la brusca caída en la recaudación fiscal (15 por ciento en enero), resultado de la crisis económica que afecta al abandonado país cono sureño... Yeidekol Polevnsky se convirtió en la primera mujer que preside un organismo cúpula del sector privado, al ganar ayer la presidencia de la Canacintra. Obtuvo el triunfo con 47 por ciento de la votación total y en su primera declaración, se pronunció contra la privatización del sector eléctrico y por el reordenamiento de la CFE, para reactivar esta industria sin la necesidad de inversión privada.
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