El presidente del cártel y su secretario
general negocian con el gobierno de Moscú
Evade Rusia decidir a la OPEP si mantendrá el
recorte de las exportaciones petroleras
Poderosos consorcios locales presionan para que se venda
más cantidad y más barato
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscú, 4 de marzo. Deliberadamente ambigua,
ni si ni no, fue la respuesta que el gobierno de Rusia dio este lunes a
la Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP) ante la petición de mantener, en el segundo trimestre del
año, la reducción de sus ventas de crudo al exterior en 150
mil barriles diarios.
El presidente de la OPEP, el nigeriano Rilwanu Lukman,
y su secretario general, el venezolano Alí Rodríguez, comenzaron
hoy aquí negociaciones con el primer ministro Mijail Kasianov; el
ministro de Energía, Igor Yusufov, y otros funcionarios de Rusia,
el segundo productor petrolero más importante del mundo, a fin de
concertar políticas que permitan estabilizar los precios internacionales
del crudo.
Preocupada
por la baja en los precios del petróleo, la OPEP busca involucrar
a Rusia en un compromiso similar al asumido para el primer trimestre en
curso. Pese a que no es miembro del cártel, Rusia aceptó
reducir en 150 mil barriles diarios sus exportaciones, dentro del acuerdo
de recortar en medio millón de barriles al día la exportación
que la OPEP propuso a este país y a México, Noruega, Omán
y Angola. A cambio, los integrantes del cártel se comprometieron
a reducir en millón y medio de barriles diarios sus propias exportaciones,
a partir del primero de enero de 2002.
El entendimiento, que a juicio de la OPEP es beneficioso
para todos, encontró eco aquí en diciembre pasado, toda vez
que el gobierno de Rusia considera que un ''nivel justo'' del precio del
barril debería estar en el rango de entre 20 y 25 dólares.
Sin embargo, conforme se aproxima el vencimiento del plazo
de vigencia del acuerdo, el poderoso lobby petrolero local incrementa
su presión sobre el gobierno para desligarse de todo compromiso
con la OPEP. La mayoría de los consorcios petroleros rusos, cerca
de 80 por ciento en manos privadas, se opone a extender la reducción
de exportaciones y favorece la política de vender más barato
pero en mayor cantidad, sin limitantes.
El día que los emisarios de la OPEP comenzaron
negociaciones en Moscú, se lanzó al ruedo de las opiniones
Andrei Illarionov, el asesor económico del presidente Vladimir Putin,
quien defendió abiertamente no pactar con el cártel.
Para Illarionov, aceptar el ofrecimiento de la OPEP ''va
contra los intereses nacionales'', sería despejar el camino a productores
de países como Kazajstán y Azerbaiyán y equivaldría
a olvidarse de que aún es posible recuperar la posición que
llegó a ocupar Rusia en el mercado internacional del petróleo.
Hace 15 años, recordó el asesor de Putin, el país
dominaba 12 por ciento del mercado; hace dos años controlaba sólo
6 por ciento.
Todo esto en medio de tendencias que no alimentan el optimismo.
En septiembre pasado, por ejemplo, cuatro de las 15 industrias clave de
Rusia mostraron un crecimiento más lento; en enero la cifra llegó
a 11 industrias y de seguir la política de reducción de exportaciones
petroleras sólo un sector, la metalurgia no ferrosa, no se verá
afectado, pronosticó Illarionov.
Con lenguaje menos dramático, pero en el mismo
sentido de rechazo a la OPEP, se manifestó Viktor Kaliuzhny, ex
titular de la cartera de Energía y actual vicecanciller encargado
del mar Caspio, cargo que le permite seguir influyendo en el diseño
de la política rusa en la materia.
Kaliuzhny considera ''impensable una alianza de largo
plazo entre Rusia y la OPEP'' y sostiene que lo más conveniente
es ''practicar una política autónoma, ya que 70 por ciento
de nuestra economía depende del sector energético''.
Al mismo tiempo, el primer ministro Kasianov; el ministro
de Finanzas, Aleksei Kudrin, y algunos otros miembros del gobierno de Rusia
procuran evitar una abierta guerra de precios con la OPEP, conscientes
de que todo el presupuesto federal se basa en los ingresos por concepto
de exportación de petróleo.
El techo mínimo de precios, que en opinión
de Kudrin permitiría salvar de una catástrofe la economía
rusa, se ubica en 20 dólares por barril, mientras este lunes en
Nueva York los contratos para abril de petróleo ligero bajaron 8
centavos y se fijaron en 22.32 dólares el barril.
El secretario general del cártel, Ali Rodríguez,
afirmó que espera llegar a un nuevo acuerdo de reducción
de exportaciones con el gobierno ruso. ''Mantenemos nuestra propuesta porque,
de acuerdo con los análisis que hemos hecho, si incrementamos nuestra
producción y otros la incrementan, se provocaría un colapso
(en los precios) en el segundo trimestre'', advirtió.
Es difícil que la posición rusa se defina
este martes, cuando concluya la visita de los dirigentes de la OPEP. El
titular de la cartera de Energía, Igor Yusufov, dio a entender esta
noche que aún no se ha tomado una decisión. ''Tenemos todo
un mes por delante antes de que concluya el primer trimestre'', comentó
a modo de resumen de su reunión con Lukman y Rodríguez.