EDUCACION SUPERIOR
El ex rector de la UAG reconoce que la izquierda cometió errores por "sectarismo"
Hoy la utopía es la universidad que tienda puentes hacia la sociedad democrática: Wences
CLAUDIA HERRERA BELTRAN ENVIADA
Acapulco, Gro., 4 de marzo. Artífice de la implantación en los años 70 del modelo "universidad-pueblo" en la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), que fue uno de los experimentos de la izquierda para impulsar una revolución social desde las aulas, Rosalío Wences Reza concluye: "Esa utopía no se puede repetir; pasó a la historia".
Rector de la UAG durante nueve años, los de mayor confrontación con el Estado, afirma acerca de quienes pugnaban por reditar una especie de "universidad-pueblo" durante la huelga de la UNAM, que ese modelo correspondió a los tiempos en que la izquierda soñaba con el socialismo real.
"Hoy la utopía es otra, la construcción de un México democrático, y para eso se necesitan universidades autónomas, democráticas, que tiendan puentes no sólo con el partido que va a hacer la revolución socialista, que ninguno lo va a hacer, sino con los que vayan a construir la democracia, sea PRD, sea PAN, del PRI tengo mis dudas".
Ser fundador del Sindicato de Trabajadores de la UNAM le valió estar en prisión en 1977, Wences fue uno de los protagonistas de la época más combativa y bulliciosa de la universidad pública y del sindicalismo universitario. A sus 64 años, y dedicado a la academia en la Unidad de Estudios de Posgrado e Investigación (UEPI), con sede en el puerto de Acapulco, hace un balance crítico de aquella época y admite que la izquierda cometió errores porque cayó en el "sectarismo" y llegó a solapar la corrupción.
-El modelo de universidad alternativa surgió después de la represión del movimiento estudiantil de 1968, cuando la izquierda encontró en las instituciones educativas el campo propicio para hacer la revolución. Así surgió en la Universidad Autónoma de Sinaloa el movimiento de Los Enfermos, en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla el plan de Universidad Democrática, Crítica y Popular, e iniciativas similares en la Universidad Autónoma de Zacatecas, y en la UNAM en las facultades de Ciencias, Economía y Arquitectura.
En la Autónoma de Guerrero, "la utopía" -como la llama Wences- se echó a andar en mayo de 1972, cuando este sociólogo y estudioso de la universidad pública llegó por primera vez a la rectoría de la UAG. La esencia del modelo fue la universidad de "puertas abiertas", el apoyo a los estudiantes de escasos recursos, la creación de escuelas preparatorias, la elección democrática de autoridades, la vinculación con la sociedad creando casas para los estudiantes y dando servicio médico y jurídico, así como el apoyo a las luchas sociales. Con el paso del tiempo, sin embargo, las bondades del modelo quedaron anuladas por las pugnas de poder entre los grupos políticos. "Durante mucho tiempo en esta universidad hubo un remedo de democracia", reconoce.
Pero insiste en que la universidad-pueblo fue muy benéfica, porque extendió la educación por la entidad. En ese periodo se crearon 30 de las 39 preparatorias que existen, dos escuelas de enfermería, cuatro escuelas superiores y se instituyeron los primeros tres programas de posgrado.
-La UAG le abrió las puertas a muchos estudiantes, pero se ganó el desprestigio académico.
-Es un desprestigio que los gobiernos del PRI se encargaron de remarcar y por otro lado, algunos líderes universitarios se dejaron colgar el sambenito de que ésta era la peor universidad, pero no lo es. La UAG puede competir con Oaxaca y Chiapas en términos de proyectos de investigación.
-Que son estados muy rezagados.
-También Guerrero es un estado atrasado. Somos pobres y nosotros les ganamos a esos estados, porque esta es una mejor universidad, porque la construimos los de la izquierda, con todos nuestros errores.
-ƑCuáles fueron esos errores?
-El primero fue haberse dejado colgar el sambenito de que ésta era una mala universidad cuando no lo éramos, y el otro, no haber previsto las consecuencias que tendría para la universidad pública el ascenso del neoliberalismo. Se nos vino encima y no supimos qué hacer con él. La izquierda hizo críticas, pero no propuestas.
-Me refiero a los errores de la sobrepolitización.
-ƑNo Guillermo Soberón fue rector de la UNAM y luego secretario de Estado? ƑNo Jorge Carpizo salió de la UNAM para ser procurador? Nada más se critica la politización de la UAG y no la politización que está ligada al PRI.
-Usted fue rector en tres periodos (1972-1975, 1978-1981 y 1984-1987). Sus críticos dicen que ha ejercido un fuerte cacicazgo.
-Un cacique es quien tiene poder económico o político. Yo no tengo nada de eso. Si soy un cacique lo soy muy especial, sin poder. ƑCuál es el poder que pudiera tener? Pues es el de convencimiento a un grupo dentro de la universidad que me sigue por convicción o por amistad.
-ƑY dónde queda la autocrítica?
-El sindicalismo universitario se planteó la defensa de los derechos laborales de los trabajadores y la transformación democrática de la universidad, pero se olvidó de lo segundo. Ese fue un error. El proyecto de universidad-pueblo hacía hincapié en la superación académica y llegó un momento en que el sindicato y las organizaciones llegaron a servir para defender a sus miembros, independientemente de la justeza de sus planteamientos, siendo que nosotros, se supone que como gente de izquierda, íbamos siempre a combatir la corrupción, el incumplimiento de los trabajadores, aunque fueran nuestros propios compañeros.
"También actuamos de manera sectaria. Los mejores momentos de la izquierda han sido cuando ha tenido que defenderse junta. En esta universidad los vivimos en 1984, cuando nos cortaron el subsidio y no optamos por la huelga, sino por seguir trabajando, conscientes de que pretendían desaparecer a la universidad."
Wences se refiere a los días más aciagos que pasó la UAG. En 1983, el secretario de Educación Pública, Jesús Reyes Heroles, le bajó el subsidio a la mitad, y en 1984 se lo retiró por completo. Entonces el gobierno de Miguel de la Madrid buscaba liquidar el proyecto de universidad-pueblo, y una manera de hacerlo fue negociando la desaparición de las casas para los estudiantes, de comedores, de bufetes jurídicos y el cierre de la Escuela Normal Superior.
-ƑPor qué aceptó firmar el fin de proyectos que fueron pilares de la universidad-pueblo?
-Para recuperar el gasto corriente tuvimos que entrar a negociar en condiciones sumamente desfavorables; entonces dijimos: "Ƒnos empecinamos en tratar de recuperar todo lo que teníamos o vamos a recuperar lo fundamental y nosotros mismos o futuras generaciones se encargarán de recuperar el resto?" Y escogimos lo segundo.
-Con esta experiencia, Ƒqué opina del movimiento de huelga en la UNAM, en el que algunas expresiones del Consejo General de Huelga planteaban una especie de regreso al modelo de universidad-pueblo?
-En eso tengo firmes convicciones. El proyecto de universidad-pueblo corresponde a una época histórica, donde por un lado hay un sistema autoritario, de educación elitista, y por otro, hay modelos alternativos desde la izquierda, que con sus aciertos y sus errores al cabo de los años fueron el entramado político que permitió, a partir de 1988, el principio de la transición a la democracia en México.
-Hoy no tiene fundamento un modelo así.
-El modelo de socialismo real se derrumbó con la caída del muro de Berlín y de la URSS. Soy de la opinión de que la utopía del socialismo real ya pasó a la historia. Si los más jóvenes o nosotros mismos mañana llegamos a enarbolar una utopía de carácter socialista, espero que sea un socialismo democrático. Entonces me da la impresión de que por un lado ese movimiento de la UNAM fue el primero de una nueva época, pero también el último de aquel anhelo del socialismo real.