Se desconoce si la prórroga se aplicará
a nivel nacional o internacional
Mar de dudas sobre el plazo para el nuevo régimen
de transferencias
Ni en la Federación Mexicana de Futbol ni en
la FIFA tienen la versión oficial
MARLENE SANTOS A. PRIMERA PARTE
Tras la entrada en vigor del nuevo régimen de transferencias
de futbolistas determinado por la FIFA, a partir del 1º de septiembre
de 2001 los directivos de la Federación Mexicana de Futbol (FMF)
pidieron tres años de prórroga; les dieron dos, pero ya sólo
les queda uno y la confusión reina más que nunca.
Según Michel Zen Ruffinen, secretario general
de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA), se otorgaron
a México dos años de gracia que comenzaron a correr "desde
el 1º de febrero de 2001".
Sin embargo, a las oficinas de la FMF no ha llegado el
documento que respalde esa versión, y desde Zurich el vocero Hans
Harren explica: "Ya he recibido muchas preguntas iguales de México,
pero el departamento jurídico no nos ha enviado nada al respecto.
Por favor llame dentro de algunos días".
Para el directivo Rafael Lebrija, titular de la primera
división, "hay un error, creo que el señor Ruffinen quiso
decir que los dos años son a partir de septiembre y no de febrero.
Es decir, contamos con año y medio, hasta el noveno mes de 2003".
Lo cierto es que hasta el 5 de marzo no existe una versión
oficial y la inquietud está latente en dueños, directivos,
jugadores, promotores y representantes.
Prórroga nacional o internacional
Los directivos mexicanos dan por hecha la concesión
de una prórroga. Pero su inquietud radica en conocer si el plazo
operará a nivel nacional o internacional.
Es decir, si su draft podrá mantenerse sólo
en México o si los jugadores mayores de 23 años y sin contrato
vigente tendrán la opción de emplearse en otro país,
sin importar qué club sea dueño de su carta, con el fin de
cobijarse en el nuevo reglamento.
Se sigue en espera de la respuesta oficial, y aunque el
tesorero Justino Compeán (Necaxa) declaró que "cuando la
FIFA necesita algo nosotros siempre estamos presentes", lo cierto es que
hoy ese apoyo de poco servirá al atribulado Joseph Blatter, titular
del organismo.
En el seno del organismo internacional la turbulencia
es otra y de mayor envergadura. Este jueves ?7 de marzo? el comité
ejecutivo sostendrá una reunión extraordinaria, en la que
el tema central serán las graves acusaciones contra Blatter por
la supuesta compra de votos a asociaciones de Africa, lo que le valió
para obtener el cargo que ocupa desde 1998.
¿Alguien puede imaginarse al balompié mexicano
sin equipos como América, Atlas, Cruz Azul, Pumas, Toluca o Chivas?
El asunto tomó dimensiones alarmantes cuando el
titular de la FMF y presidente del Atlas, Alberto de la Torre, aseguró
que están en riesgo de desaparecer varios clubes a causa del colapso
económico que significará perder 80 por ciento de sus activos
?invertidos en la compra de cartas de futbolistas?, incluido el propio
equipo rojinegro, que posee 400.
El directivo del club, que en los últimos torneos
se distinguió por su producción en fuerzas básicas,
y que se adjudicó el porcentaje que correspondía al defensa
Rafael Márquez por su pase al Mónaco de Francia, aseguró
tajante que con el cúmulo de "cartas devaluadas no se podrá
invertir más en el futbol".
De la Torre concluyó enfático con una especie
de dictamen adelantado de quiebra técnica: "El nuevo reglamento
nos imposibilita para que podamos ser productivos".
Ya había señales
En realidad nadie se puede llamar sorprendido, pues en
la ruta hubo varias señales y mucha información que anunció
la llegada del nuevo reglamento, hasta del mismo Hugo Sánchez, quien
por su cercanía con la FIFA y en sus viajes a Europa traía
las versiones; "lo advertí y no me escucharon", dijo recientemente
el Pentapichichi.
El 5 de marzo de 2001, en Bruselas, los comisarios de
la Unión Europea (UE) y directivos de la FIFA llegaron a un acuerdo
sobre la reforma del derecho contractual y sistema de traspasos, mismo
que fue ratificado el 5 de julio en Argentina.
Y a pesar de que la circular 761, del 13 de julio, remitida
por la federación internacional a todos sus afiliados, indicaba
en sus primeras líneas que la finalidad del comunicado "es preparar
a las asociaciones ante los cambios", México puso oídos sordos.