ƑSe repetirá la historia de engaños?, preguntó el historiador
Fox evade discutir reclamos de León-Portilla sobre indios
Presentan plan oficial para el desarrollo de esos pueblos
JUAN MANUEL VENEGAS ENVIADO
El Nayar, Nay., 6 de marzo. El historiador Miguel León-Portilla planteó: "ƑSon otras hoy las relaciones de los pueblos indígenas con el gobierno y la sociedad nacional? El presidente Vicente Fox presentó a los legisladores el proyecto de la Cocopa, basado en los acuerdos de San Andrés... pero el Poder Legislativo rehusó prestar oídos a las demandas indígenas y, con eso, desgraciadamente nos mostró que las relaciones con los pueblos indígenas siguen siendo adversas para ellos".
Pero el mandatario evitó entrar a fondo en el tema que el director del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) le había expuesto. Lacónico, Fox sólo tuvo palabras para decir que la reforma constitucional sobre derechos y cultura indígenas aprobada por el Congreso "tiene avances importantes".
Ya no más aquel tono de declaraciones de otras jornadas en las que acusaba que las reformas "se habían quedado cortas" y sugería insistir en un proyecto indígena más próximo al propuesto por la Cocopa; esta vez, ante las comunidades cora y huichol de la Mesa del Nayar -donde se presentó el Programa Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas-, Vicente Fox pidió "aceptar" los importantes avances, pues "ha quedado establecido que el Estado reconoce carencias y rezagos de sus comunidades y se convoca a los tres órdenes de gobierno a trabajar para mejorar sus condiciones de vida".
Pero el escritor invitado había lanzado otra pregunta: "Presidente Fox, funcionarios que lo acompañan, Ƒvolverá a ocurrir esa historia (de engaños y burlas a los pueblos indígenas)?" Para esto Fox encontró la respuesta, de cara a los habitantes de esta alejada región de la Sierra Madre Occidental:
"No venimos a ofrecerles falsas promesas, sino a ponernos a su lado para trabajar unidos... hoy más que nunca está vigente mi firme voluntad para unir esfuerzos y lograr sentar las bases de un desarrollo pleno que incluya a todos. No nos vamos a separar de la línea del respeto a sus derechos y a su identidad cultural, de la búsqueda sincera y eficaz de puntos de acuerdo en el diálogo democrático."
Y como una respuesta a la anécdota contada por León-Portilla de un tzotzil que reclamó a un funcionario sus "falsas palabras, sus engaños, desprecios y sordera", el jefe del Ejecutivo demandó: "šHoy reconocemos el merecido lugar que los indígenas tienen! šEs hora de dejar atrás desconfianzas y recelos para trabajar unidos! Estoy seguro que sólo así estaremos en condiciones de construir un nuevo horizonte".
Este inesperado intercambio entre el mandatario y el historiador fue el colofón de un acto que el gobierno foxista preparó aquí para hacer oficial su plan de desarrollo de las comunidades indígenas del país. Un plan que a fuerza de las palabras empeñadas y el trabajo de la jefa de la Oficina Presidencial para la Atención de las Comunidades Indígenas, Xóchitl Gálvez Ruiz, pretende convencer de que ahora sí se sentarán las bases para reconocer los derechos de más de 12 millones de indígenas mexicanos, hundidos la mayoría en la marginación y la pobreza.
Pese a la cita del reclamo del tzotzil y la referencia a los acuerdos de San Andrés, todavía en espera de que el gobierno los cumpla, ni una sola referencia oficial hubo a Chiapas y al Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
"No tenía por qué haberla", los objetivos de este programa son "independientes" del conflicto en esa entidad y la presencia de los zapatistas, justificó el comisionado gubernamental para la paz, Luis H. Alvarez, presente en la comitiva presidencial que se dio cita en El Nayar.
Los objetivos del programa
"El plan se propone -explicó Gálvez- contribuir a la construcción de una nueva relación entre el Estado, los pueblos indígenas y el conjunto de la sociedad. Queremos impulsar así una propuesta de construcción ciudadana que articule capacidades, facultades y atribuciones de los tres poderes de la Unión, los gobiernos estatales y municipales, las organizaciones sociales y privadas, especialmente los propios pueblos indígenas, en el cumplimiento de los objetivos (de desarrollo) que se vayan trazando en el ejercicio de su libre determinación."
Emocionada con la presentación del programa que elaboró a lo largo de un año, teniendo como testigos al relator de Naciones Unidas para Pueblos Indígenas, Rodolfo Stavenhagen; a León-Portilla y a los secretarios de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota; de Educación, Reyes Tamez, y de Salud, Julio Frenk Mora, la asesora presidencial indicó que el plan "establece un marco para generar las oportunidades y desarrollar las capacidades que permitan a los indígenas, como individuos y entidades colectivas, realizar sus proyectos de vida y desarrollo con autonomía y libre determinación. De igual forma, es el marco de acción dirigido a la interlocución con los pueblos, como sujetos de su propio desarrollo".
Falta mucho por hacer: Xóchitl Gálvez
Y a lo que Fox no se atrevió, Gálvez sí. En su mensaje, que escucharon también las autoridades tradicionales de los coras, dejó claro que aún falta mucho por hacer en cuanto a legislación indígena se refiere, sobre todo en el tan temido por los legisladores concepto de autonomía.
"Si bien hacemos eco de la demanda reiterada de participación efectiva en el diseño, la decisión, la operación y el seguimiento de los programas de desarrollo dirigidos a nuestros pueblos, también reconocemos que el aporte de los pueblos indígenas a la conformación de la diversidad de nuestro país sólo podrá alcanzar su máxima expresión cuando los derechos políticos, culturales, sociales y ambientales de los indígenas queden garantizados plenamente en nuestra Constitución, en un marco de autonomía dentro de las prácticas democráticas."
Incluso reconoció que no será fácil luchar contra las prácticas discriminatorias y excluyentes que imperan en el país. "Sabemos que los macrolineamientos de este programa nacional se verán algunas veces rebasados por las duras realidades del rezago, la injusticia, la pobreza y la marginación. Pero, sobre todo, por la discriminación y el olvido que laceran a nuestros pueblos", prosiguió.
Ante esas eventualidades remarcadas, la funcionaria exhortó a los indígenas "a exigir al gobierno el cabal cumplimiento de este programa que es para bien de todos los mexicanos, porque tenemos la obligación y el compromiso de que nadie más, nunca más, se quede fuera".
Ya en el contenido del documento se precisa que son tres los objetivos generales del programa: primero, establecer los lineamientos que fundamenten la nueva relación entre el Estado, los pueblos indígenas y la sociedad y que, con base en las demandas y la participación de los pueblos, organizaciones y comunidades indígenas, le otorguen un sentido integral a los programas y acciones que realice el gobierno en su beneficio.
El segundo objetivo tiene que ver con el impulso, en forma decidida, a una mejor calidad de vida de los pueblos indígenas, así como el desarrollo sustentable en sus regiones; el tercero plantea garantizar el efectivo acceso de los pueblos, comunidades, organizaciones e individuos indígenas a la jurisdicción del Estado, en el marco del reconocimiento de su diversidad cultural. Fox informó que este año se destinarán 15 mil millones de pesos a las comunidades indígenas y sus proyectos contra la pobreza y la marginación.
Antes de concluir su visita el mandatario encabezó la ceremonia de colocación del primer poste del Programa de Electrificación regional. La obra para llevar energía eléctrica a esta zona concluirá en mayo del próximo año y beneficiará a las comunidades coras de Jesús María y Mesa del Nayar, ubicadas en territorio nayarita, así como a las huicholas de Los Amoles, Pueblo Nuevo, San Sebastián, Teponohuastla y San Andrés Cohamita, del municipio jalisciense de Mezquitic.
Contrario a los deslindes de días anteriores, Fox agradeció al Legislativo la reforma fiscal que aprobó y que permite contar con recursos para este tipo de obras.