Persisten preocupaciones en el tema de edulcorantes
Beneplácito en Washington por la exención del impuesto proteccionista
NOTIMEX
Washington, 6 de marzo. La representación comercial de la Casa Blanca dijo hoy estar ''complacida'' por la suspensión ejecutiva del impuesto a la fructosa en México, aunque se declaró ''decepcionada'' porque la medida sólo es de carácter temporal.
El representante comercial estadunidense, Robert Zoellick, que calificó de ''discriminatorio'' el impuesto aprobado por el Congreso mexicano, consideró su abrogación como paso positivo, pero dijo que no resuelve ''preocupaciones más amplias'' en torno al tema de los edulcorantes.
''Estoy complacido de que el gobierno mexicano haya removido efectivamente este impuesto proteccionista. Aprecio las acciones del secretario (de Economía, Luis Ernesto) Derbez y de la administración Fox; hicieron lo correcto'', dijo Zoellick.
El representante comercial externó en enero su molestia por el impuesto, tanto al secretario de Economía, como al canciller Jorge G. Castañeda, cuando se reunió personalmente con éste en Washington.
Zoellick lamentó sin embargo que la acción, que suspende el impuesto hasta el 30 de septiembre, no haya sido definitiva.
''Aunque estoy decepcionado de que la exención fiscal no sea permanente, espero que México cumpla con sus obligaciones comerciales y no lo restituya de ninguna manera'', insistió.
Además, señaló que aun cuando la acción ejecutiva restablece la situación de las importaciones de fructosa a ese país antes de 2001, ''no resuelve las preocupaciones más amplias de Estados Unidos sobre el tratamiento de México a la alta fructosa''.
La aprobación original del impuesto fue vista por la Casa Blanca como un obstáculo mayor para resolver el litigio bilateral en materia de edulcorantes, que incluye el debate sobre exportaciones libres de aranceles de azúcar mexicana a Estados Unidos.
El Departamento de Agricultura estadunidense aprobó el ingreso de unas 148 mil toneladas anuales de azúcar mexicana libre de aranceles para el año fiscal 2002.
Legisladores mexicanos dijeron en su momento que el impuesto a la fructosa buscó en parte aumentar el consumo interno de azúcar en la industria refresquera, para compensar la falta de acción sin aranceles al mercado estadunidense.
México busca colocar todo el excedente de su producción de azúcar una vez cubierta su demanda interna.