MEXICO-CUBA
Anuncia acción penal contra 130 detenidos
México "presionó durante un montón
de horas": Castro
Reconoce refuerzo tardío de la seguridad en la
embajada
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 6 de marzo. El presidente Fidel Castro
dijo que México presionó durante "horas" a Cuba para que
se resolviera rápidamente la crisis de la embajada hace una semana,
lamentó haberse enterado "un poco tarde" de los hechos, anunció
que su gobierno ejercerá acción penal contra unos 130 detenidos
en torno a la irrupción violenta en la sede diplomática y
reconoció que faltó un refuerzo oportuno de la seguridad
en torno del edificio.
Una semana después de la ocupación de la
embajada mexicana por 21 personas durante 30 horas, el mandatario relató
ante la televisión nacional su versión de los hechos, leyendo
sus propias notas en primera persona, alternadas con documentos que parecen
ser informes de la cancillería y de servicios de inteligencia.
En la Mesa Redonda Informativa del martes, Castro dijo
haber tenido el primer reporte de la crisis "aproximadamente" a las 11
de la noche del miércoles 27 (unas cinco horas después de
los primeros arrestos, tres horas después de declaraciones de prensa
de un diplomático mexicano, dos horas después de concluido
el primer reporte oficial del asedio a la embajada y minutos después
de que un autobús se estrellara contra la reja de la misión).
El mandatario señaló que ese día
por la mañana llamadas telefónicas a la embajada preguntaban
si era cierto que había "asilo". A la una de la tarde se envía
un "pequeño refuerzo" de 20 hombres para el rondín al inmueble,
que habitualmente realizan dos vigilantes. Al caer la noche la custodia
es de 63 efectivos de distintos cuerpos. Hacia las nueve de la noche la
contrainteligencia elabora un informe de cuatro páginas sobre la
jornada.
"Pienso que debía haber estado más reforzada"
la vigilancia, dijo Castro, y relató que el informe escrito llegó
a sus manos "más o menos a la hora en que penetró el ómnibus"...
"Ahí hubiera hecho falta un refuerzo", subrayó.
Castro expuso que los responsables de la seguridad en
torno de la misión "se confiaron: desde las nueve (de la noche)
debía reforzarse. A partir de ahí se portaron heroicamente",
al contener a la multitud aglomerada e impedir un mayor número de
invasores.
El presidente cubano relató que esa noche, desde
más o menos las 21:30, estaba reunido con el ex candidato presidencial
de Chile y actual alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, y otros
políticos de ese país. Tenía previsto cenar con el
visitante. "Carlitos (Valenciaga, su secretario particular) me toca. Me
informa que hay dificultades ahí. Salgo. Me informan que ahí
están ocurriendo determinados desórdenes y que un ómnibus
había entrado violentamente, se había lanzado contra la verja
dentro de la embajada de México. Esto fue como media hora después
de que había entrado el ómnibus". Explica a Lavín
la situación y pide excusas para ausentarse "por lo menos una hora"
(en realidad fueron más de dos).
"11:15 de la noche. Pido a los visitantes que me permitan
ausentarme por lo menos una hora.
"11:16. Salgo de mis oficinas y me dirijo al Departamento
de Contrainteligencia de la ciudad para precisar la situación. Estaba
cerca. Era en aquella dirección.
"11:32 de la noche. Analizo pormenorizadamente la situación
con el jefe de la inteligencia y las medidas a tomar o que se han tomado.
Algunas y otras nuevas que había que tomar. Y voy reuniendo los
datos pertinentes para informar a la población. Era elemental informar
cuanto antes a la población. Voy con una libreta tomando datos.
Ahí es cuando tengo las primeras noticias de qué es lo que
origina todo eso. Las primeras noticias de lo que ha estado ocurriendo,
del discurso (del canciller mexicano, Jorge G. Castañeda, el martes
26) en el instituto cultural (de México en Miami), cuyos primeros
frutos, desgraciadamente, no fueron de los mejores y la manipulación
que ha estado haciendo la radio subversiva (Radio Martí), la mal
llamada... Sabían a qué público se dirigía.
Era algo que, como aquí se dijo, rememoraba los hechos del 5 de
agosto (de 1994, cuando estallaron disturbios antigubernamentales en el
casco antiguo y la zona portuaria de La Habana), cuando por similares procedimientos,
de enviar noticias de allá, sobre unos barcos que venían
a recoger (personas), dieron lugar a los motines."
Castro está con Valenciaga y el canciller Felipe
Pérez Roque. Aborda un jeep militar y se dirige a la embajada.
"Lamento haberlo sabido un poco tarde". Da instrucciones de precisar la
información de lo que ha ocurrido. Quiere que el comunicado oficial
aparezca en las ediciones de Granma y Juventud Rebelde del
jueves.
"12:15. Hago una pequeña incursión por ahí.
Converso incluso con algunos de los grupos que andaban dando vueltas. Me
trataron muy amable. Hay que decir la verdad. Pero ya eran grupos que van
quedando rezagados... el momento crítico fue realmente a las 10
y 30, más o menos, cuando el autobús penetra violentamente
a toda velocidad por la cerca. Continúo hasta la embajada. Me detengo
enfrente
Frente a la entrada de la embajada por donde penetró
el ómnibus, observo la situación y converso con los responsables...
me despido de los compañeros que están en el lugar y regreso
hacia el Palacio de la Revolución... concluyo la nota, la dicto
a toda velocidad y prosigo la entrevista con los invitados que me han esperado."
El comunicado oficial se difunde a las 2:55. "Yo estoy
tranquilo. Yo sé que han metido la pata hasta cerca de la cintura.
Entre todos. Empezaron a hacer esos disparates, porque el país que
se encontraron no era el país del año 94. No saben con qué
país se encontraron. Tranquilo. Ninguna preocupación. Habíamos
cumplido con nuestro deber de proteger la embajada de México. Y
debíamos protegerla a cualquier precio. Con el pecho."
Por la mañana del 28, sigue el relato de Castro,
la cancillería cubana recibe una evaluación oficial de México:
"Es importantísimo evitar una crisis bilateral. Hubo dolo clarísimo
al manipularse las declaraciones de Castañeda en Miami". A las 12:30
llega a La Habana el subsecretario de Relaciones Exteriores, Gustavo Iruegas.
Lo recibe en el aeropuerto el director de América Latina de la cancillería,
Aramís Fuentes. "Según comentó Iruegas, había
habido una evidente manipulación de la declaración del canciller
Castañeda en Miami. Reiteró que para México estaba
clara la condición de las personas que entraron a la embajada y
que solicitaría nuestra ayuda para que el asunto se resolviera de
la manera más discreta posible".
Castro sigue citando sus documentos: Iruegas dice que
iría directamente a la embajada para pedir a los ocupantes abandonarla
"y dejarles claro que a México no se podía viajar empleando
esos métodos". Que trataría de que la salida fuera voluntaria,
pero en caso contrario concertaría con el gobierno cubano "la forma
más apropiada y discreta con el uso de la policía" local.
A las 15:13 Castro habla por teléfono con el presidente Vicente
Fox Quesada. A las 16:40, en la cancillería, Fuentes y el vicecanciller
para América Latina, Pedro Núñez Mosquera, reciben
a Iruegas y al encargado de negocios mexicano, Andrés Ordóñez.
Los mexicanos dicen que los ocupantes rechazan salir y
quieren ayuda para irse de Cuba y trabajar en México. Iruegas les
ha dicho que México se sentía agredido, que no viajarían
a ese país, pues ésa no era forma de entrar a la embajada.
En la cancillería, el subsecretario mexicano pregunta si Cuba autoriza
que se diga a los ocupantes que tendrían garantías de salir
sin esperar represalias, para sacarlos poco a poco en autos de la misión.
"Ese fue el error, si alguna vez lo hicimos", reflexiona ahora Castro ante
la televisión. "Usted destruye todo el sistema de protección
a las embajadas. Los estimula a penetrar por la violencia", dice.
Sigue el mandatario su reseña: Núñez
y Fuentes responden que no habría tal garantía, que serían
procesados, "ya que si esas acciones quedaban impunes, estaríamos
poniendo en peligro la seguridad de la sede diplomática". Que lo
mejor era lograr la salida voluntaria. Iruegas reitera que los invasores
se niegan a salir. "Señaló la necesidad de que se actuara
cuanto antes y sugirió la posibilidad de hacerlo en la madrugada,
de manera discreta y sin uso excesivo de fuerza.
"11 de la noche. El embajador de México, Ricardo
Pascoe, que había llegado a nuestro país a las 21:40 horas
en el vuelo de Aerocaribbean procedente de Cancún, llamó
al viceministro Núñez Mosquera a su casa, para reiterarle
la solicitud de Iruegas". Si era necesario, el embajador podía entregar
una carta firmada por él con esa solicitud. Cuba no había
tomado decisiones. Núñez Mosquera llama a la oficina del
canciller Felipe Pérez Roque. De ahí llaman a consultar a
Valenciaga. Este llama al Palacio de Convenciones, donde estaba Castro
terminando una reunión con funcionarios de gobiernos y dirigentes
partidarios municipales y provinciales. En ese momento se redacta la segunda
nota oficial de la crisis (antecedentes penales de 13 de los ocupantes).
La "impaciencia" de los mexicanos
Los mexicanos, "impacientes" esperaban la respuesta cubana.
"Deseaban que fuera rápido. A mí me lo había dicho
el Presidente. Mientras más tiempo se dilatara la solución,
más se complicaba ese caso y más daño podía
ocasionar a México, más problemas a México".
A las 12 de la noche Pascoe llama a Núñez
Mosquera. Tenía lista su carta. El vicecanciller dice al embajador
mexicano que lo recibirá en media hora. Informa a Pérez Roque,
quien lo instruye a recibir la carta, a decir que transmitiría de
inmediato el texto y a pedir al diplomático que no se impacientara.
Viernes 1 de marzo, 00:30 horas: a la salida del Palacio de Convenciones,
Castro recibe la consulta de si se recibía la carta mexicana o no.
Desde el carro pide precisiones a Valenciaga. Confirma la orden: que Núñez
Mosquera reciba el documento.
00:35. Iruegas y Pascoe entregan la carta a Núñez
Mosquera y a Fuentes. El vicecanciller responde, aún sin recibir
nuevas instrucciones, que tramitaría la solicitud.
00:37. Palacio de la Revolución. Con el vicepresidente
Carlos Lage, Castro llama a Valenciaga. Pide taquígrafas. Dicta
la nota oficial "La calaña de los sujetos utilizados por la mafia
terrorista de Miami y el gobierno de Estados Unidos". Aún no hay
respuesta cubana. "Hay presión para que resolvamos rápido".
00:50. Núñez Mosquera telefonea a Pascoe.
Se está "procesando" la solicitud. Le pide que no se impaciente.
A las 2:00 se empieza a difundir el comunicado oficial de los antecedentes
penales. Castro decide el desalojo, según su propio relato, entre
la una y las tres de la mañana del viernes.
Prosigue la reseña el líder cubano: A las
3:15 Cuba responde oficialmente a la petición mexicana. Castro,
con Pérez Roque y Núñez Mosquera, recibe en el Palacio
de la Revolución a Iruegas y Pascoe. Que-rían el desalojo
a las 4:00. Se les informa que sería a las 4:30, "a la vez que se
les consultó la nota sobre el tema, que se publicaría inmediatamente
después de la realización del operativo". El proyecto
de texto estaba hecho. 3:39: los mexicanos regresan del palacio a su embajada.
3.45: Castro sale de su despacho con Pérez Roque, Núñez
Mosquera y Valenciaga. Había pedido a Lage irse a descansar.
3:51. Dirección de Contrainteligencia de la ciudad
de La Habana. Con el general de división Carlos Fernández
Rondín, el general de brigada Armando Quiñones Machado y
el jefe del destacamento operativo, Castro examina el plan de evacuación
"en todos los detalles, con especial énfasis en la idea de hacerlo
sin portar arma alguna, mínimo empleo de la fuerza física
si se opusiera resistencia, exhortándolos a cooperar desde el primer
instante... sin perder un segundo".
El plan de la operación había sido elaborado
por jefes y personal del cuerpo de elite, que actuó con datos y
mapas a la mano. La acción se realiza "a la hora exactamente planificada,
en cuatro minutos y 33 segundos, sin el menor incidente". Castro mide el
tiempo con su reloj de pulsera, mirando el video. "Habíamos calculado
seis (minutos)", expresa.
La coordinación con los diplomáticos mexicanos
y el personal de la embajada "fue precisa, serena y sumamente útil.
Debo decirlo. Del vicecanciller y del embajador. Fueron muy resueltos.
No me gusta tanto alguna explicación. Tengo la manía del
detalle y de la verdad. Es mi deber decir que no me gusta tanto la idea
de que estaban ahí para vigilarnos a nosotros". Al hablar de exigencias
mexicanas, Pascoe "adereza la historia con unas cosas que no tienen nada
que ver con la realidad. Nosotros hemos sido presionados durante un montón
de horas para dar una respuesta. Hasta les consultamos la nota".
El mandatario mostró una carpeta con los antecedentes
penales de 128 personas, arrestadas durante la noche del miércoles
27 y la madrugada del 28 por intentar el ingreso por la fuerza a la embajada
mexicana, además de los 13 ocupantes cuyo historial había
sido difundido. Señaló que en esa lista hay algunas mujeres
con advertencia policial por jineterismo (prostitución),
y que en su mayoría son "vagos habituales" y se buscaban la vida
en actividades ilícitas.
"Es necesario sancionarlos. A todos... calculo que alrededor
de 130 tendrán que comparecer ante los tribunales de justicia, por
el tipo de delito cometido, de carácter común... la entrada
del ómnibus es grave, las agresiones que hicieron. Sí se
les dijo: no podemos hacer compromisos. El que hace esto debe saber que
tiene su sanción y que no saldrá jamás de Cuba el
que entre en una embajada.
"La seguridad de la embajada la garantizaremos como en
ningún otro lugar. No haremos ninguna concesión que implique
eso. De todos ellos, de los que estuvieron, los que llegaron a pie, ahora
se conocieron los datos con más precisión que el 27, el 28.
Habían estado en distintos lugares, en un lugar, en alguna estación
(de policía), en otra. En correspondencia con la falta, las características
de cada una de éstas, serán presentados a los tribunales.
Esto deben saberlo desde ahora. ¡Ah! Y algún gusanillo
andaba mezclado por ahí. Ellos buscaron el desorden. Pero no sa-bían
con lo que se iban a topar."