Jaime Martínez Veloz
En el PRI ganó Fox
La reciente usurpación que se dio en el PRI parece indicar que el partido entra en su fase terminal, que ya ha sido identificada con la oportunidad que desperdició para reconstituirse.
"La impunidad -dijo Robespierre- es la madre y la salvaguardia del crimen." En la Revolución francesa, la etapa más radical fue frenada por la reacción de quienes buscaban recuperar las estructuras de poder perdidas y el thermidor desarticuló el progresismo de las masas parisinas. Esa fase contrarrevolucionaria anticipó el golpe bonapartista del 18 Brumario.
El golpe de mano del 24 de febrero puede ser el preludio del ajuste de cuentas interno, si consideramos la endémica naturaleza gangsteril consustancial de los homínidos madracistas. Como antecedente, baste decir que Roberto Madrazo "recuperó" en 1995, con golpeadores y porros, la sede de gobierno tabasqueño en las cuestionadas elecciones para gobernador, en las que derrochó dinero a más no poder.
La noche de los cuchillos largos del 24 de febrero, una auténtica horda con lo más selecto de los "legítimos dueños", a los que Madrazo prometió devolver su instituto, invadió el CEN priísta para hacer valer la fuerza del voto. Distinguidos militantes de esa especie habían resguardado horas antes la legalidad del proceso de selección interna priísta en el país.
Como augurio del matrimonio madracista de conveniencia con Vicente Fox, lo sucedido en Baja California es muy representativo. Seguramente contagiados de la híbrida naturaleza tricolor de tonalidad blanquiazulina de su líder moral, algunos profesores filopanistas fueron representantes de la fórmula Madrazo-Gordillo en la contienda priísta. Para marcar su territorio, la virtual Corte de los Milagros madracista echó mano de los artilugios y trucos que han forjado la leyenda negra del partido.
Si los mecanismos institucionales de resolución interna para la legalidad fueron incapaces de limpiar las irregularidades que caracterizaron el proceso, Ƒqué autoridad moral tiene la renovada dirigencia partidista para hablar de respeto al derecho, democratización, pulcritud? Porque si el proceso se hubiera efectuado con transparencia, la amplia trayectoria personal de estos autodenominados demócratas de la primera hora habría pagado su cuota.
Sin recato, la dupla usurpadora se muestra orgullosa de sus vínculos con el foxismo. La profesora se congratula de sus nexos con Jorge G. Castañeda y con el mismo Presidente. Desde 1999 Madrazo hacía propaganda para Fox, y mientras calificaba de farsa el proceso de precampaña presidencial interna del priísmo, la profesora se curaba en salud para trascender mudando de piel. Lo consiguió, porque ahora su apostolado en el gabinete foxista es el de secretaria de Estado en el PRI. Ambos se encargaron de desacreditar al partido que ahora regentean.
En este proceso, a la militancia priísta le podrá resultar inconveniente el triunfo de Madrazo, pero sin dua el desenlace fue el mejor desenlace para Fox: un partido castigado con la titánica tarea de recuperar la confianza social, con una directiva muy vulnerable, a la que en cualquier momento, si pretende desentenderse del pacto con el foxismo, le serán ventilados los esqueletos que guarda en el armario.
Estratégicamente, la deshonestidad de Madrazo es su fortaleza. A Fox le conviene un dirigente cuestionado, cuya impunidad esté garantizada a cambio de subordinar el PRI a los intereses presidenciales. Entre las grandes luchas que se avecinan al interior del partido, quienes permanecen en él deberán reflexionar, ya sea con Madrazo, contra él o a pesar de él, porque no pueden evadirse para defender deudas partidarias para con México, por ejemplo, la aprobación de los acuerdos de San Andrés Larráinzar.
La lucha, si hay convicción, se antoja difícil, por las coincidencias programáticas e ideológicas del panismo con la nomenklatura madracista. Madrazo es un firme convencido de que su proyecto debe buscar una "economía con rostro humano", además de ser un entusiasta de las tesis blanquiazules del "desarrollo humano integral". Véase su plataforma México en el camino de la tercera vía, de su ideólogo Alberto Aguilar.
Madrazo puede jurar, como buen alquimista, que transforma el hierro en oro al comprometerse a buscar la "democratización del mercado" (sic) para luego reivindicar su condición demócrata social, progresista. Un cambio de piel que el pueblo mexicano observa entre condolido y burlón. Asistimos al thermidor priísta.
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