ECONOMIA MORAL
Magnitud de la pobreza en la ZMCM
Julio Boltvinik
La economía moral es convocada a existir como resistencia
a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede
equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de
la gente
Antecedentes
EN COLABORACIONES RECIENTES (Economía Moral,
25/01/02 y 08/02/02) ubiqué los niveles de pobreza de la Zona Metropolitana
de la ciudad de México (ZMCM) en 2000, calculados con la base de
datos del cuestionario ampliado del 12 Censo General de Población
y Vivienda, en relación con los cálculos que se derivan de
otras fuentes (la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares,
ENIGH, y la Encuesta Nacional de Empleo Urbano, ENEU) así como las
tendencias de evolución de la pobreza. De dicho análisis
podemos destacar las siguientes conclusiones: a) Los cálculos de
la pobreza basados en el censo de 2000, sin ajustar los datos de ingresos
a cuentas nacionales (para corregir la subestimación del ingreso
de los hogares), tienden a sobrestimar la pobreza. La verdadera incidencia
de la pobreza, utilizando el mismo método de medición integrada
de la pobreza (MMIP) en la ZMCM debe estar entre un piso de 56.5 por ciento
y un techo de 72.3 por ciento, que es el que se obtiene con los datos del
censo. b) La incidencia (proporción de pobres) de la pobreza en
la ZMCM ha venido creciendo desde 1984. c) La ZMCM no es, ni con mucho,
la ciudad con menores incidencias de la pobreza en el país; por
el contrario, se ubica a la mitad de la tabla de un grupo de 44 ciudades
muestreadas en la ENEU. En esta entrega abordo los rasgos básicos
de la pobreza integrada (MMIP) en la ZMCM, desagregándola en sus
dos áreas básicas, Distrito Federal y área conurbada
del estado de México (ACEM).
Incidencia de la pobreza
LA POBLACION DE la ZMCM en 2000 fue de 17.1 millones
de personas. Esta población se divide en dos partes prácticamente
iguales entre el DF (8.55 millones) y el ACEM (8.53 millones). De esta
población (n), 12.33 millones (q), son pobres de acuerdo con el
MMIP, por lo cual la incidencia de la pobreza (H=q/n) es de 72.3 por ciento,
que debe interpretarse como el techo del rango donde se encuentra el verdadero
valor. La división de la población pobre, sin embargo, no
es en dos mitades iguales como la población, sino que está
cargada hacia el ACEM, donde vive 55.1 por ciento (6.79 millones), mientras
en el DF lo hace 44.9 por ciento (5.54 millones). Ello es así porque
el ACEM tiene una incidencia de la pobreza (H) que supera a la del DF en
15 puntos porcentuales (79.7 por ciento vs. 64.9 por ciento). (Véase
cuadro.)
CASI TODA ESTA diferencia se explica por la que
existe en la de la indigencia (21 por ciento en el DF vs. 32.3 por
ciento). Por lo mismo, en el ACEM los pobres extremos (suma de indigentes
y muy pobres) representan dos terceras partes del total de pobres (66.8
por ciento), mientras en el DF representan 59 por ciento; y mientras en
la primera área los indigentes representan 40.5 por ciento de los
pobres, en el DF este valor es del 32.3 por ciento. El estrato más
numeroso entre los pobres es en el DF el de pobreza moderada, mientras
en el ACEM es el de indigentes.
LAS "PIRAMIDES" DE LA pobreza en términos
porcentuales son: 32-27-41 (DF); 41-26-33 (ACEM); y 37-27-37 (ZMCM). Estas
pirámides muestran que los tres estratos tienen pesos relativamente
equilibrados en los tres conjuntos analizados, lo que contrasta con la
situación a nivel nacional, donde el peso de los indigentes es mucho
más alto y mucho menor el de los moderados.
Los no pobres
HABITAN EN LA ZMCM 4.72 millones de no pobres;
2.99 millones en el DF y 1.73 millones en el ACEM. Mientras representan
más de la tercera parte de la población total del DF (35.1
por ciento) sólo constituyen la quinta parte de la que habita en
el ACEM (20.3 por ciento). Esta población ha sido clasificada en
tres estratos: con Sanbrit (satisfacción de necesidades básicas
y requerimientos de ingreso y tiempo), clase media y clase alta. Mientras
en Sanbrit se clasifica una población que apenas rebasa las normas,
en la clase media se clasifica aquella que tiene entre 1.1 y 1.5 veces
las normas, y en la clase alta la población que rebasa 1.5 veces
dichas normas. Se puede decir que mientras en el primer grupo se presenta
un cumplimiento sin holguras de las necesidades básicas, en el segundo
hay cierta holgura y en el tercero hay abundancia.
LA CLASE MEDIA es el estrato no pobre con mayor
población en la ZMCM, tanto en su conjunto como en cada una de sus
áreas. Un total de 2.29 millones de personas, de las cuales casi
dos tercios viven en el DF. La clase alta está formada por 861 mil
personas, casi tres cuartos de las cuales (72.7 por ciento) vive en el
DF.
Intensidad de la pobreza
LA INCIDENCIA DE LA pobreza o proporción
de pobres da una imagen insuficiente de los niveles de ésta. Se
necesita complementar con los cálculos de la intensidad de la pobreza
(I) y con el producto de ambas (HI). La intensidad nos dice qué
tan pobres son los pobres. Mide la fracción de las normas (umbral
de pobreza) que a cada hogar o persona le falta para alcanzar el umbral.
Para el conjunto de la ZMCM, la media de la intensidad de pobreza (I) por
el MMIP es de 0.41, denotando que cumplen con 59 por ciento de las normas.
Naturalmente, la intensidad promedio de los indigentes (0.64) es más
alta que la de los demás estratos. Este indicador señala
que los indigentes sólo cumplen con un poco más de la tercera
parte de las normas y que están sumidos en una pobreza abismal.
Los muy pobres tienen una brecha de 0.43, prácticamente igual al
promedio de todos los pobres. Por último, los pobres moderados tienen,
en promedio, una brecha mucho más baja, de 0.18, indicando que cumplen
con 82 por ciento de las normas (cuadro).
DE MANERA CORRELATIVA con las incidencias de la
pobreza, los pobres del ACEM padecen de una pobreza más intensa
(0.43) que los del DF (0.39). Por estratos las intensidades son muy similares,
mostrando que los de ambas áreas son comparables entre sí.
La diferencia en la intensidad promedio se deriva, sobre todo, de la composición
por estratos de la pobreza.
EN EL CUADRO se han incluido las "intensidades"
de los no pobres y de cada uno de sus estratos. Estas arrojan valores negativos
(de carencia, que son valores positivos de logro). En promedio, los no
pobres de la ZMCM se encuentran con una intensidad de la pobreza igual
a ?0.26. Los valores negativos de I deben interpretarse en relación
con el máximo valor absoluto alcanzable por este indicador que es
la unidad. Por tanto, -0.26 indica que los no pobres, en promedio, alcanzaron
26 por ciento del máximo logro posible. Cuando pasamos de la clase
media a la clase alta el valor absoluto se triplica (de -0.24 a -0.72).
Incidencia equivalente
AL MULTIPLICAR LA incidencia por la intensidad
de la pobreza obtenemos el indicador de incidencia equivalente (HI). Para
la ZMCM en su conjunto, y para el total de pobres, este indicador es 0.3.
Nótese que HI es igual a (qI)/n, por lo cual ahora estamos dividiendo
entre n no el número de personas pobres, sino un número estandarizado,
el número de pobres equivalentes, que cuenta a cada pobre según
la intensidad de su pobreza. El valor obtenido expresa la incidencia de
la pobreza (o masa carencial), mientras H expresa la proporción
de personas pobres. Hablar de una incidencia estandarizada de 30 por
ciento resulta muy diferente a hablar de más de 70 por ciento. HI
indica, por otra parte, la magnitud relativa del esfuerzo requerido para
eliminar la pobreza si se pudiera llevar a todos los pobres exactamente
al umbral de pobreza. Con este indicador, la verdadera distancia entre
el ACEM (0.35) y el DF (0.25) sale a la luz, una diferencia muy sustancial,
de 40 por ciento calculada sobre la cifra del DF.
Asignación del gasto
LOS POBRES EQUIVALENTES (qI) en la ZMCM son 5.12
millones. De éstos, 2.95 millones (58 por ciento) viven en el ACEM
y 2.16 (42 por ciento) en el DF. En mi opinión, qI es el mejor indicador
para la asignación de recursos de lucha contra la pobreza. La distribución
más equitativa entre los pobres se obtiene cuando el gasto que beneficia
a cada pobre es proporcional a la intensidad de su pobreza. Por tanto,
entre áreas geográficas, la asignación óptima
se obtiene cuando a cada área se le asignan recursos según
el número de pobres y su intensidad media de pobreza (qI). Así,
para asignar el gasto con equidad horizontal (entre iguales) a los pobres
del DF debiera destinarse 42 por ciento del gasto de lucha contra la pobreza
y 58 por ciento a los del ACEM. Por estratos, a los indigentes debiera
destinarse 56.6 por ciento del gasto, 27.2 por ciento a los muy pobres
y 16.1 por ciento a los pobres moderados. De acuerdo con los principios
neoliberales, en cambio, sólo los más pobres (los indigentes)
justifican la intervención del Estado. A ellos debiera asignarse,
según esta ideología, ciento por ciento del gasto, desatendiendo
las carencias de los otros dos grupos.