Avanza el proyecto de juicio político a magistrados de la Corte Suprema
Trabajadores toman las calles en Buenos Aires
Indigentes asaltan tren de carga en Santiago del Estero para apropiarse de sacos de azúcar
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 7 de marzo. Obreros metalúrgicos, comerciantes, burócratas y desocupados fueron algunos de los sectores que hoy tomaron las calles de esta capital, mientras la crítica situación en las castigadas provincias argentinas quedaba reflejada en los 2 mil indigentes que en Santiago del Estero asaltaron un tren de carga que había descarrilado, para llevarse 200 toneladas de azúcar.
"La gente está desesperada, hay familias que ya no tienen nada para comer", dijo un trabajador ferroviario en la localidad de Frías, en esa provincia.
El tren descarriló cuando venía a esta ca-pital, y quedó en la pequeña ciudad de Frías, donde el desempleo y el subempleo suman 70 por ciento de su población.
Santiago del Estero fue la provincia del santiagazo, el gran estallido popular en di-ciembre de 1993, que marcó la grave situación que ya se vivía en el interior del país.
Cuando en la década de los 90 el entonces presidente Carlos Menem privatizó los ferrocarriles, miles de poblaciones quedaron incomunicadas. En Santiago del Estero la situación fue dramática ya que los trenes llevaban agua a muchas localidades, que luego prácticamente murieron.
Ahora la desesperación alcanzó a todo el país, y las movilizaciones también. Así, una multitudinaria concentración reunió este jueves las marchas de los obreros metalúrgicos, trabajadores de la salud, periodistas, piqueteros (desocupados), comerciantes, productores de leche y taxistas.
También estuvieron presentes los ahorristas, representantes de organismos humanitarios y vecinos de las asambleas barriales.
Los bocinazos, la música de las cacerolas, los bombos y las consignas marcaron esta protesta, en la cual por primera vez participaron obreros industriales desde el estallido popular que el 20 de diciembre culminó en la renuncia de Fernando de la Rúa.
La participación de los metalúrgicos es un fuerte mensaje para el gobierno peronista de Eduardo Duhalde, ya que militan en las filas sindicales del peronismo.
En las protestas se unieron banderas ro-jas, imágenes religiosas, fotografías de Evi-ta Perón, carteles y consignas de todo tipo, sin que se registraran violencia o incidentes
Demandas obreras
La Marcha Federal del Acero, el Trabajo y la Producción, convocada por la Unión Obrera Metalúrgica, que comenzó el 5 de marzo y finalizó en el Congreso tras recorrer polos industriales, entregó a su paso por la casa de gobierno un documento que reclamó "una urgente reactivación" del mercado interno, la actualización de los salarios afectados por la devaluación de enero y la creación de un banco industrial y tecnológico para financiar la recuperación de la capacidad productiva del país.
A los metalúrgicos se unieron trabajadores de la salud, miembros de otras centrales sindicales, desocupados de La Matanza, la Federación Agraria, y representantes de la pequeña y mediana empresa, entre otros.
La industria metalúrgica sufre un importante retroceso, que se agravó en los últimos cuatro años en que se instaló la recesión.
La Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresarias, a su vez, reclamó al gobierno un plazo de gracia de 90 días para el pago de deudas impositivas y de facturas de servicio público, el control de precios y de las tarifas "monopólicas".
Entre otras demandas, se recordó al presidente Duhalde su inicial promesa de "romper la alianza con la llamada patria financiera y recomponer la unidad con los trabajadores y la producción".
El llamado microcentro porteño se convirtió en un caos para el tránsito debido a estas movilizaciones, y muchas de ellas se repitieron en otros lugares del país, y por una caravana de centenares de taxis que reclamaban rebajas impositivas.
Los productores de leche seguían en su cuarto día de protestas contra el bajo precio que pagan las industrias del sector bloqueando centros de distribución. En algunas provincias, como Entre Ríos, los productores eligieron no tirar la leche sino repartirla entre familias pobres y desocupados.
También continuaron los escraches, el señalamiento público de políticos corruptos o impopulares, y esta vez le tocó a María Julia Alsogaray, ex secretaria del Medio Ambiente del gobierno de Menem, al ac-tual ministro de Economía Jorge Remes Lenicov y nuevamente al ex presidente Raúl Alfonsín, de la Unión Cívica Radical, tradicional partido de oposición al peronismo.
Se vieron en el escrache varios carteles que revelaron la aparición de un peligroso sector, ya que en estos se leía "Alfonsín antipatria; López Rega, nacional".
El siniestro José López Rega, ex comisario y ex ministro de Perón, fue fundador de los escuadrones de la muerte de la Alianza Anticomunista Argentina, que en los años 70 asesinó a más de 2 mil militantes del peronismo de izquierda y de la izquierda.
En este contexto, los diputados avanzan en el proyecto de juicio político contra los jueces de la Corte Suprema, quienes según trascendió podrían contratacar exigiendo nuevamente el fin del corralito que desde diciembre encierra los ahorros, y contra el cual sólo se pronunciaron cuando el clamor popular les exigía su renuncia.
Entre las causas que se les objeta, además de su inacción en escándalos de corrupción, está la de liberar a Menem por la venta ilegal de armas durante su mandato.
Por su lado, Duhalde dio ayer instrucciones para impulsar negociaciones que permitan incrementar el comercio bilateral con México y Brasil.
El mandatario conservador se mostró hoy más distendido y optimista, después de que el enviado del presidente George W. Bush, el subsecretario de Estado Marc Grossman, dijera el pasado miércoles que Argentina "es un importante amigo, aliado y socio de Es-tados Unidos."
Sin embargo, para muchos el enviado está tratando de lograr apoyo especial para la política de Washington en Colombia y ga-nar espacio en su estrategia de militarizar la llamada Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay) con el argumento de la lucha antiterrorista, así como de asegurar el voto de condena contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Hasta el momento, Estados Unidos no ha dado ayuda financiera a este país, pese a que es su "aliado", mientras el Fondo Mo-netario Internacional sigue aquí evaluando el cumplimiento de sus condiciones para ver si se sienta a desbloquear la ayuda congelada el año pasado.
