Mariachis, música sinfónica y
son jarocho reunirán a más de 10 mil espectadores en Veracruz
Excluyen a La Negra Graciana del ensamble de
100 arpas
ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO
Veracruz, Ver., 8 de marzo. La presentación
del ensamble de 100 arpas, que hoy se realizará, es uno de los últimos
festejos por el centenario del puerto artificial en el Paseo del Malecón,
donde el son jarocho se unirá al sentimiento bravío del Mariachi
Vargas de Tecalitlán y a la técnica de la Orquesta Sinfónica
de Xalapa. Se espera la asistencia mínima de 10 mil personas. "No
sé de dónde son los que tocarán el arpa", expresó
Graciana Silva García, La Negra Graciana, quien con su instrumento
ha visitado decenas de países y forma parte del paisaje cotidiano
de los portales.
Llega
a la entrevista cargando su arpa jarocha, que la ha acompañado en
Europa. La saludan transeúntes. Acepta tomarse una cerveza.
-¿Qué es el arpa para usted?
-Un instrumento adorado. Me gustó desde que lo
conocí. Mi papá, Doroteo Silva Pérez, tocaba jarana
y cantaba versos, y mi mamá, Primitiva García, tenía
dos hermanos que tocaban arpa. Conocí a un arpista que a los 102
años aún tocaba. En la casa había alegría.
"Mi papá me dijo que le gustaría que yo
tocara arpa. La compró dando un cochinito que tenía por ahí.
Ya estaba el instrumento y me enseñó un señor de nombre
Rodrigo, ciego, que era panadero".
Recuerda el primer día que escuchó el sonido
del arpa: "¡Dios mío, qué rebonito! ¡Qué
preciosidad! Los sonidos se me quedaban en los sentidos. Para mí
el arpa es una gloria. Nadie toca igual. La forma mía no la tiene
nadie. Unos tocan más arrebatado, otros más pausado".
-Se asocia el virtuosismo con la rapidez.
-Sí, pero no es tan normal. Lo rápido no
es a fuerzas lo bonito. No se aprecia bien la música a esa velocidad.
Lo mejor es la normalidad. Tocar el arpa es la gloria del cielo. Ha ofrecido
conciertos en Holanda, Inglaterra, Bélgica... "pero estuve en Bellas
Artes, del DF, que es lo más duro. Ahora me están llamando
de Guadalajara".
Su arpa es jarocha y por ahora sólo posee dos.
"Si no las tocas se echan a perder". Con 65 años a cuestas, pide
el apoyo de las autoridades veracruzanas para ayudarse económicamente.
Anda con lo del camión. No sería gratis, pues ofrece dar
clases, para que los jóvenes aprendan a tocar como ella.
No estará en los festejos del centenario del puerto
artificial de Veracruz, ella, que es parte de los portales, de las fiestas,
que toca singularmente el arpa. "Hay un son que se llama La candela,
que tocan mal en varios sitios del estado. En Europa la gente se quedaba
parada viéndome".
--Va a haber un concierto con 100 arpas...
--No nos llamaron; ni sabía.
Es La Negra Graciana, quien se gana unos pesos
en los portales alegrando la vida a marineros y parroquianos, a parejas
de enamorados en luna de miel en el hotel Imperial, en el Emporio, frente
al malecón. Pero no estará en los festejos del centenario
del puerto.
Discordancia
Arturo Talavera es fotógrafo freelance, y
uno de los críticos de los festejos por el centenario del puerto:
"Hicieron su fiestita particular de celebración como ellos
la tienen conceptualizada, pero faltaron muchas cosas en muchos aspectos;
podría haber sido más interesante".
Hubo varias exposiciones fotográficas. "Fue un
error no involucrarse con la gente del puerto. Los organizadores convocaron
a un concurso de la vida en los muelles, pero para tener acceso a éstos
hay que tener un permiso. Los que pudieron participar son algunos fotógrafos
comerciales, que tienen entrada frecuente a esas instalaciones".