Muestra en Guadalajara

En Promises 7 niños comentan sobre la situación en Levante

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Guadalajara, Jal., 10 de marzo. En un conflicto armado lo único que interesa a los medios es el número de muertos y dejan a un lado lo más importante: las personas que viven entre las balas, los atentados, los bombardeos. De ahí parte el cineasta mexicano Carlos Bolado para filmar su documental Promises, propuesto al Oscar, en el que siete niños palestinos e israelíes de entre nueve y 13 años hablan de la situación que vive Medio Oriente.

Para Bolado, ''la mirada infantil es más ingenua y directa a la vez, por eso funciona más. En un principio imitan lo que decían sus padres, abuelos o maestros, pero poco a poco empiezan a expresar sus opiniones. Frente a las cámaras podían decir cosas como a quiénes querían matar".

En un documental, agrega, trabajas con la vida misma, hay que crear una historia, darle un tiempo y una narración, darle una visión objetiva, al contrario de lo que sucede en la ficción, donde tomas una parte del mundo para transformarla y en esto "la gran diferencia es que me sirvió trabajar con seres humanos reales y con situaciones que no controlaba".

La cinta de 106 minutos, codirigida por Bolado, Justine Shapiro y B.Z. Golberg, fue financiada por los realizadores y particulares que enviaban desde 20 hasta mil dólares, ya que si era financiada por organizaciones el discurso habría sido "muy propio y concreto". Ya se ha exhibido en 35 festivales y obtuvo, entre otros, premios en Rotterdam y Locarno.

En Estados Unidos se exhibió en el canal cultural, donde tuvo gran aceptación entre los televidentes, que al día siguiente saturaron la página de internet. Ahora se proyecta como función especial dentro de la Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara.

Bolado está consciente de que recibir el Oscar será cuestión de razones políticas; "sí es muy difícil porque la Academia es un poco conservadora. Pero estar postulado ya es una gran ganancia en términos de abrir la opinión pública, porque las noticias son un poco parciales".

Aquí todavía hay esperanza

Cuestionado acerca de por qué realizar una cinta sobre un conflicto que no tiene nada que ver con la situación que vive México o América Latina, el cineasta indicó que la situación "no es tan grave" como en Medio Oriente. "Después de regresar de Jerusalén me di cuenta de que estamos bien, tenemos muchos problemas pero no estamos matándonos los unos a los otros, no hemos perdido a nuestra familia en un atentado. La gran diferencia es que todavía tenemos esperanza, podemos hablar, nos podemos entender. Hay crímenes políticos y violencia, pero no es tan grave".

En este documental "queríamos mostrar el otro lado, a la gente, sus casas, su comida, sus barrios, caminando o llorando, hablando, platicando o sonriendo" y crear conciencia porque como cineasta "creo que hay que decir algo, porque el cine es caro y difícil, y no vale la pena hacer una película que después de dos semanas el público se olvida de ella y de la historia".