Está hospitalizado desde el lunes pasado
debido a un derrame cerebral
Reportan como estable el estado de salud del sonero
puertorriqueño Roberto Roena
ERNESTO MARQUEZ ESPECIAL
Desde el lunes pasado, cuando fue internado de gravedad
luego de sufrir un derrame cerebral, el bongocero y director de orquesta
Roberto Roena se encuentra en el hospital, y reportan su estado de salud
como estable.
Roena, según explicó su esposa Antonia Nieves
al diario El Nuevo Día, lavaba su auto en una estación
de gasolina de Country Club cuando le sobrevino el segundo ataque de apoplejía
en los últimos tres años.
Tan
luego se supo la noticia decenas de amigos acudieron al hospital para saber
acerca de su salud, pero no se les permitió el acceso a su dormitorio
dada las condiciones de riesgo que existen.
"Robertico despertó de la inconsciencia pero no
puede hablar por lo que sólo uno de nosotros ha de pasar a verlo",
notificó Nieves a la gente que se había conglomerado a las
puertas del hospital. "Agradezco su preocupación y las atenciones
ahora sólo esperemos en Dios que se recupere."
Por su parte, los médicos que lo atienden dicen
que aun cuando el músico se encuentra en condiciones estables lo
mantendrán bajo observación "pues nunca se sabe cómo
puede reaccionar el organismo en un caso de éstos".
En 1969 se consolida Apollo Sound
Roberto Roena, de 62 años, comenzó su carrera
profesional en el combo de Rafael Cortijo, y en 1962, cuando el pianista
Rafael Ithier se desliga de esa agrupación, se marcha junto con
él y otros elementos para formar El Gran Combo de Puerto Rico, agrupación
en la que permanece hasta fines de 1969, año en que consolida su
proyecto Apollo Sound, una de las bandas más poderosas de la salsa
setentera, haciendo una antesala fugaz en Los Megatones con quienes graba
un larga duración.
Originario de San Juan, Puerto Rico, Roena se cotizaba
como uno de los mejores bailarines y percusionistas del género sonero
y salsero. Como tal recorrió el mundo con Las Estrellas de Fania
en compañía de Rubén Blades, Celia Cruz, Cheo Feliciano,
Ismael Miranda, Ray Barreto, Larry Harlow y su compadre Johnny Pacheco.
Con la Apollo Sound su vida artística tuvo un giro
importante al imponer éxitos como Cui cui, Hagan silencio,
Marejada feliz, Tú loco, loco y yo tranquilo y Soñando
en Puerto Rico, entre decenas que aún hoy son el deleite del
bailador.
Otra de las aportaciones de Roena a la música bailable
fue incorporar los nuevos sones cubanos a la salsa. El fue el primero en
grabar, por ejemplo, Tal vez vuelvas a llamarme, Vamos, háblame
ahora, y el Son de la madrugada, de Adalberto Alvarez.
"Yo nunca le he puesto barreras a mi mente y mucho menos
a mi música", solía decir cuando alguien le cuestionaba tal
hecho. "Mi labor en la vida es llevar un mensaje positivo
y de ninguna manera lo contrario. Yo nunca pensaré en dividir al
público por cuestiones políticas, ya que lo que hago trata
precisamente de lo contrario. Música es música... pero también
quiero ser claro en que en cada canción trato de expresar mi manera
de ver la vida y ese es un derecho inalienable."
Roena, quien con su orquesta se mantenía en activo,
participó hace unos días en el concierto del 35 aniversario
de su amigo Bobby Valentín, efectuado en el casino Oso Blanco, y
tenía previsto presentarse este fin de semana en el baile Viva Rodríguez,
viva Rivera, del caballero de la salsa Gilberto Santa Rosa.
Su nuevo álbum, titulado Señor Bongó,
editado por el sello MP, empezará a distribuirse en el mercado local
en el transcurso de la próxima semana; mientras tanto aquí
en México se sigue escuchando fuerte Cómo te hago saber,
de su anterior producción.
La comunidad bailadora y los buenos salseros de México
desean el pronto restablecimiento del gran maestro y de nuevo verlo en
la tarima con la campana de la alegría.