Se presenta en el Teatro de la Danza
El barón rampante, danza para niños que invita a la reflexión
MIGUEL YEDRA
El barón rampante es un espectáculo de danza dedicado a los niños, basado en la novela del mismo nombre del escritor italiano Italo Calvino, y forma parte de una trilogía en la que el autor reflexiona sobre la fragilidad de la existencia humana. La compañía Bajo la luz logra una adaptación muy libre y una formulación atemporal del suceso.
La trama es aparentemente sencilla: un niño escapa de un ambiente familiar opresivo y se refugia en la copa de un árbol, donde pretende hacer su vida. Durante el camino el protagonista se enfrenta a lo incierto y a la fragilísima y siempre cambiante frontera de la consciencia del ser humano.
El barón rampante es un espectáculo propositivo y amable fuera de todas las ámpulas que hoy en día campéan en la mayoría de los grupos de danza contemporánea; su propuesta coreográfica está basada en movimientos simples y precisos, en trazos cortos e imágenes certeras, sin complicaciones, llegando a construir atmósferas que atrapan al espectador tanto que cuando la obra termina con final anticlimático el público no se mueve de sus asientos hasta después de un rato que abandonan la sala queriendo más.
La primera parte es un juego de dos niños en perfecta sincronía física y anímica que contrasta con el ambiente familiar tan opresivo que se logra con tan sólo movimientos sincronizados de todos los miembros y que rompen los niños al marcar movimientos asimétricos con respecto a los demás, para terminar con la vida de él en el árbol donde los bailarines hacen gala de agilidad dentro de lo que se le ha dado por llamar danza aérea.
En esta obra el autor y el grupo se cuestionan sobre el ser y el individuo por medio de un cuento donde los personajes viven varias aventuras, encuentros y amores, con algunas referencias notables a personajes caballerescos. La música es original y ha sido compuesta para acompañar las atmósferas logradas por los bailarines; la escenografía ayuda a conformar un espacio estilizado y atemporal, aunque la construcción que sólo utiliza la parte izquierda no permite cerrar el círculo visual.
Juan Manuel Ramos logra establecer un trabajo imaginativo, en sintonía con el autor, en el que se cuestiona la intolerancia y la incomprensión del mundo infantil con imágenes plásticas que ayudan a disfrutar del espectáculo y nos lleva a soñar de que el hombre puede romper con la dicotomía entre el ser y el estar. Quizá el único problema es que los bailarines no acompañan sus acciones con trabajo de expresión dramática lo que le resta fuerza a la tensión escénica.
El barón rampante se presenta en el Teatro de la Danza, en el Centro Cultural del Bosque, los viernes a las 20 horas, sábados 13 y 19 horas, y domingos 13 y 18 horas.