De 1992 a 99 pagó 1.2 billones de dólares, sostienen investigadoras del IIE
El servicio de la deuda sumió en la pobreza a AL
KARINA AVILES
América Latina transfirió a sus principales deudores -el más importante Estados Unidos- un billón 200 mil millones de dólares de 1992 a 1999 por servicio de la deuda externa, lo cual significa un incremento explosivo de la pobreza en los países en desarrollo, que se ha convertido en un problema sin solución al descartarse la posibilidad de democratizar los organismos financieros internacionales, en el marco del Consenso de Monterrey, advirtieron economistas de la UNAM.
La ayuda que pretende dar Estados Unidos (5 mil millones de dólares) representaría apenas 0.4 por ciento respecto del servicio de la deuda externa de América Latina.
En conferencia de prensa, la directora del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE), Alicia Girón, y las investigadoras Irma Manrique y Eugenia Correa señalaron que en la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo no hay consenso sino imposición. Y ni siquiera se abordarán puntos neurálgicos, como la modificación de las formas de gobierno del Fondo Monetario Internacional (FMI) que lleven a la democratización de ese organismo, ni temas como la restructuración de la deuda externa.
El Consenso de Monterrey no reconoce que la situación económica mundial es grave, ni permite a los países resolver los problemas por sí mismos, afirmó Correa.
Destacó que cuando un país "se equivoca" y se produce una crisis financiera debe solicitar más créditos al FMI para pagar a sus acreedores y al propio organismo. Sin embargo, cuando el FMI comete errores no paga por ellos, cuando "debería ser él directamente quien pague los intereses de la deuda externa de los países deudores al menos en los próximos 10 años".
Resaltó que la política de condicionalidad aplicada por el FMI a sus deudores se lleva a cabo de manera desigual, pues mientras países como Estados Unidos aumentan el gasto público, disminuyen las tasas de interés e incrementan los créditos en épocas de crisis, en las naciones en desarrollo ocurre lo contrario. Dicha estrategia ha llevado a hundir aún más a los países pobres.
Cuando mucho, en el Consenso de Monterrey se expresarán las condolencias a Argentina, cuestión que no sirve de nada porque con "una mano le doy mis condolencias" y con la otra el FMI le condiciona los fondos necesarios y le exige que reduzca aún más el gasto público, a costa de la educación y la salud. "Esto es una posición genocida", destacó Correa.
Señaló que México también enfrenta recortes al gasto público, déficit en la balanza comercial y la caída de los precios del petróleo. Y aunque el país no está en "condiciones cercanas" a las de la crisis de Argentina, sí está en el mismo camino que llevó a aquella nación a la situación actual.
Alicia Girón destacó que el servicio de la deuda externa de América Latina de 1992 a 1999 ascendió a un billón 200 mil millones de dólares. Sin embargo, esta grave problemática no está considerada en el Consenso de Monterrey. Por eso, para que haya un verdadero avance se requeriría hacer una nueva restructuración de la deuda externa de todos los países.
Irma Manrique, secretaria académica del IIE, señaló que foros como el de Monterrey sirven para justificar políticas que buscan darle la mayor cabida posible a los empresarios. Más que de consenso es un foro de "imposición", afirmó.