MONTERREY 2002
El mundo necesita una oportunidad, no caridad: BM
Acepta Köhler el desafío de someter a escrutinio
al FMI
Reducción de deuda externa, esencial contra la
pobreza
ROBERTO GONZALEZ AMADOR Y GEORGINA SALDIERNA ENVIADOS
Monterrey, NL, 21 de marzo. El Banco Mundial (BM)
llamó hoy a las naciones industrializadas a realizar un esfuerzo
adicional para reducir la deuda de los países más pobres,
mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) coincidió en que
el alivio de la carga que representa el pago del endeudamiento externo
es "elemento esencial en un esfuerzo completo de lucha contra la pobreza".
Ambos organismos aprovecharon su participación
en la reunión plenaria de la Conferencia Internacional sobre la
Financiación para el Desarrollo, convocada por la ONU, para responder
parcialmente algunas de las críticas recibidas en días recientes
por grupos civiles y algunos gobiernos presentes en el acto.
Nadie puede estar seguro: ONU
Mientras tanto, Kofi Annan, secretario general de Naciones
Unidas, sostuvo que nadie en este mundo puede estar seguro y cómodo
cuando hay tantos pobres: "Lo que piden los países en desarrollo
es que se escuche su voz y que se tomen en cuenta sus intereses cuando
se está hablando de la gestión del mundo".
El
aumento de la ayuda al desarrollo debe ser complementado con una mayor
reducción de la deuda y aumento de la inversión en las naciones
pobres, pues, dijo el diplomático ghanés, "no se puede seguir
dando con una mano lo que quitamos con la otra".
Horst Köhler, director gerente del FMI, abrió
su intervención con un mensaje en el que afirmó que el organismo
da la bienvenida al "intenso y crítico" debate sobre la globalización
de la economía.
"Necesitamos trabajar por una mejor globalización,
que proporcione oportunidades para todos, en la que los riesgos sean contenidos.
No nos confundamos, la integración de la economía mundial
es buena para el crecimiento y éste es esencial para luchar contra
la pobreza", señaló Köhler ante un auditorio compuesto
por jefes de Estado y de gobierno de casi 60 países, entre ellos
los presidentes Vicente Fox, de México; Fidel Castro, de Cuba, y
Hugo Chávez, de Venezuela.
El director gerente del FMI sostuvo que el mundo requiere
de más integración, no de menos. "Pero el mundo ?dijo? también
necesita una más fuerte cooperación internacional para orientar
y dar forma al proceso de mundialización", señaló
en un mensaje coincidente con algunos grupos opositores a la actual tendencia
de una globalización dirigida por las naciones y corporaciones privadas
más poderosas.
Horst Köhler afirmó que en este momento del
proceso de globalización es necesario construir puentes para que
fluya el diálogo, la cooperación y la inclusión de
todas las voces, "para crear un sentido de ética global". La interacción
entre los pueblos y las naciones debe respetar los derechos humanos mientras
reconocen la responsabilidad personal y social, dijo.
Reclamo de "compromiso claro"
El tema del financiamiento para el desarrollo, como esta
conferencia ha dejado claro, está estrechamente relacionado con
la reducción de la deuda y el incremento de la asistencia oficial
que otorgan los países ricos a las naciones más pobres.
James Wolfensohn, presidente del BM, y Köhler aludieron
a estos temas, en los que reclamaron un compromiso claro de los países
industrializados, que hasta ahora no ha existido durante la cumbre.
El
primero sostuvo que el alivio de la pobreza no es un tema relacionado únicamente
con un incremento de la asistencia oficial al desarrollo, un mecanismo
que el año pasado canalizó a los países pobres recursos
por 40 mil millones de dólares, una cifra inferior 20 por ciento
en términos reales a la de 1990.
Además de recursos, dijo Wolfensohn, debe reconocerse
que un esfuerzo para combatir la pobreza debe ser más amplio. "No
hay una fórmula que por sí sola pueda reducir la pobreza
y también sabemos que existen condiciones que deben ser creadas
para propiciar un desarrollo más exitoso: educación y salud
para crear la capacidad humana de los países; un buen y honesto
gobierno; infraestructura adecuada, así como un eficiente sistema
legal y de justicia y un bien organizado y supervisado sistema financiero".
Wolfensohn concluyó su participación con
la afirmación de que el mundo en desarrollo "no necesita caridad
sino una oportunidad".
Ofrece FMI mayor apertura
El mismo tono siguió Horst Köhler, director
gerente del FMI, quien abrió su intervención en la cumbre
de Monterrey con la oferta de aceptar para el organismo una mayor supervisión,
con lo que en apariencia atiende uno de los mayores reclamos de los grupos
antiglobalización, que critican el hecho de que las decisiones más
importantes en el fondo son tomadas por un pequeño grupo de naciones.
Como parte del proceso de combate a la pobreza que se
inicia con la cumbre de Monterrey, expuso, es necesario identificar de
manera más clara las respectivas responsabilidades de los países
pobres y de sus socios en el mundo desarrollado, así como de los
donantes de ayuda, las instituciones internacionales, el sector privado
y la sociedad civil. Sobre esa base, señaló, puede establecerse
un sistema de rendición de cuentas.
"Yo no vacilaría en someter al FMI al escrutinio
de ese sistema de supervisión, siempre que no se genere una nueva
burocracia y se garantice que se aplicará equitativamente a todas
las partes involucradas. Creo que deben dejarse de hacer las cosas como
siempre. Hacer las cosas como siempre es sólo acusar y eso no es
productivo", sostuvo.
El disenso con Washington
En una posición que también difiere de la
adoptada por Estados Unidos y coincide con la de la Unión Europea,
Köhler ?de origen alemán? afirmó que la comunidad internacional
debe atender la meta recomendada por la ONU de que los países industrializados
destinen al menos 0.7 por ciento de su producto interno bruto (PIB) para
asistencia oficial al desarrollo.
En esta cumbre, la Unión Europea, que decidió
aumentar de 0.36 a 0.39 por ciento del PIB su asistencia en la materia,
ha apoyado la idea de elevar el monto hasta 0.7 por ciento. En cambio,
Estados Unidos, que canaliza a ese propósito sólo 0.1 por
ciento, se ha opuesto al monto.
Durante la misma ceremonia de apertura, Mike Moore, director
general de la Organización Mundial de Comercio, dijo que el mensaje
que debe entender la comunidad internacional es simple: "La pobreza, en
cualquiera de sus formas, es la mayor amenaza para la paz, la democracia,
los derechos humanos y el medio ambiente. Es una bomba de tiempo contra
el corazón de la libertad".