Guillermo Alvarez adelantó que quitará algunos premios a los jugadores de Cruz Azul
Sin piedad, Reboceros goleó 5-1 a La Máquina
MARLENE SANTOS A.
La Piedad humilló al Cruz Azul al vencerlo con categórico 5-1 ayer en el estadio Azul, donde la mayoría de los aficionados salieron enfurecidos, y al ver a los directivos gritaban: "šque no les paguen a los jugadores: no tienen vergüenza!", otros de plano pedían el escarnio para el técnico José Luis Trejo: "Billy, salva a Barrabás y crucifica a Trejo!", exigieron al presidente del club.
El aludido, Guillermo Alvarez Cuevas, guiado por su molestia bajó al vestidor y reclamó a los futbolistas la falta de actitud, adelantó que los golpeará donde más les duele: en el bolsillo. No en sueldos, pero sí les quitará premios. Añadió: "Les pedí que ya no le pongan tanta crema a sus tacos, no se trata de que algunos se adornen, sino de tener buen funcionamiento colectivo".
Lo cierto es que en La Máquina todos cometieron errores, desde el usualmente seguro Oscar Pérez, hasta el último atacante -"tal parece que no sabían cómo juega La Piedad, ni se molestaron en ver cómo está ubicado en la tabla"-, se quejó al final el técnico Trejo, quien durante los 90 minutos se la pasó hundido en su asiento, a ratos de pie, pero también muy pasivo.
Las anotaciones de los michoacanos fueron de variada confección. Rafael Medina puso el 1-0 al minuto 9, mediante un riflazo cruzado. Claudinho decretó el 2-0 al 10 con disparo desde la media luna ante la tolerancia defensiva. El tercer tanto fue obra del tico Alex Madrigal al 41: un cabezazo combinado con error del Conejo Pérez; el cuarto tanto fue también de Claudinho, con media vuelta desde el centro al minuto 54.
Al 80 Omar Monjaraz cerró la épica goleada haciendo pared con defensas celestes para sacar punterazo que techó al portero. El tanto de los cementeros fue obra de Sebastián Abreu, al minuto 56.
La Máquina era un mar de dudas mientras los Reboceros hacían gala de gran entendimiento, sobre todo su dupla de ataque, integrada por los brasileños Claudinho y Almir de Souza. "Nos conocimos hace años en Gremio, un promotor intentaba traerlo, Vucetich me consultó y yo le dije que era buen jugador. Ahora nos entendemos de maravilla", explicó Da Silva.
Para el complemento Trejo hizo algunos cambios ofensivos, Vucetich a la inversa, se contentó con la goleada y reforzó su zaga y se dispuso a dar cátedra de cómo se defiende un equipo bien trabajado.
La veleidosa afición celeste arremetió contra Trejo y dio la espalda a los suyos al empezar a corear los pases de Reboceros con el clásico "óooole, óooole".
Alvarez Cuevas rechazó indicar si Trejo peligra en su puesto, pero indicó que no le gustó la alineación negándose a ahondar.
Vucetich se mostró conforme con el partido, pero señaló que no es hora de echar las campanas al vuelo.