Sergio Valls Hernández
Legitimación social del juez
Si como afirmó Lasalle en la segunda mitad del siglo antepasado, el derecho es la expresión de los factores reales de poder presentes en determinado Estado, debemos reconocer del mismo modo que es en el derecho donde se identifican los rasgos más característicos de ese Estado, pero también, dada la temporalidad de cada sociedad, debe tenerse presente que esos signos varían ciclo a ciclo.
Una de las notas más destacadas del derecho de nuestro país, que se encuentra en transición hacia una democracia plena, lo constituye sin duda la forma autónoma e independiente en que el Poder Judicial, a través de sus resoluciones, expresa el lenguaje formal del Estado esculpido en sus leyes.
La independencia judicial en el siglo xix se circunscribía a la inamovilidad y a la igualdad, sin embargo, en nuestros días se ha extendido a la legitimidad de la decisión judicial y a la imparcialidad del juzgador al resolver el conflicto. Estas exigencias vinculan la resolución del juez al orden social y lo obligan a tener en cuenta los principios morales y políticos de la comunidad.
Para ejercer esa independencia, el juez no solamente debe poseer sólida formación jurídica y dominar la técnica legal, sino que precisa además de conocimientos en disciplinas como la filosofía, la sociología, la sicología y la economía política, por citar unas cuantas ramas del saber vinculadas a la labor jurídica, ya que, como afirma Dieter Simon, las expectativas de las partes, en gran medida se dan alrededor de la formación del juez, pues "...el juez debe sentir el derecho como una auténtica vocación humana por la justicia", según dijera Sainz de Robles Rodríguez
De allí que la incorporación al servicio público de impartición de justicia se fundamente en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, que a su vez tiene como principio básico el concurso de oposición, que no solamente verifica la cultura jurídica general que debe poseer un juez, sino también su capacidad argumental. Para decir el derecho, el juez necesita una concepción global de esta ciencia y una mentalidad penetrante para alcanzar este objetivo.
Aunado a lo anterior, el juez requiere una sólida formación en las ciencias sociales jurídicamente relevantes, para ello la Escuela Judicial del Poder Judicial de la Federación ha organizado cursos de capacitación y de actualización que permiten una mejor formación académica y humana de las nuevas generaciones de juzgadores, lo cual constituye una nota exclusiva de este poder, por ser el único de los tres poderes de la Unión que cuenta con una carrera de servicio civil y que se ha elevado a rango constitucional para garantizar, en mayor medida, una justicia eficaz.
Con ello se pretende que la digna labor de decir el derecho estén presididas por el compromiso social y la responsabilidad para desempeñar convenientemente la función de juzgar.
Estas reflexiones buscan elevar a jerarquía prioritaria la justicia como servicio público, con el propósito de hacer notar que el juez, ante y por encima de todo, sirve a la sociedad al ejercer una función esencial del Estado, dado que con frecuencia suele pasarse por alto la concepción de servidor público que tiene todo juzgador, pues considero que la idea de servidor de la sociedad debe ser una guía del comportamiento judicial: la responsabilidad básica del juez es ante la sociedad y en esa medida la función judicial se legitima.
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