ENTREVISTA
Juventino V. Castro y Castro, ministro de la SCJN
La designación de jueces debe ciudadanizarse
La participación del Legislativo y el Ejecutivo
en la elección de magistrados y consejeros ''limita'' la autonomía
del Poder Judicial, dice
JESUS ARANDA
Ante los recientes embates en contra del Poder Judicial
Federal, motivados por la actuación de jueces y magistrados federales,
y ante la intención de modificar la estructura del Consejo de la
Judicatura Federal, el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(SCJN) Juventino V. Castro y Castro advierte: la judicatura federal ''tiene
un enemigo principal y definitivo: la autonomía estructural y funcional
debe ser seguida de la autonomía presupuestaria".
En entrevista con La Jornada, el también
decano de los ministros es claro: ''no me gusta el sistema actual que permite
la injerencia del Presidente mediante la sugerencia al Senado de ternas
de ministros de la Corte y de integrantes del judicatura", y propone: "prefiero
que propongan organismos de carácter social, como universidades,
sindicatos de trabajadores, sindicatos de patrones y comerciantes". La
participación de los otros dos poderes en la designación
de ministros y consejeros "limita gravemente" la autonomía del Poder
Judicial.
De los hechos por escrito al juicio oral
Castro,
quien junto con el ministro Vicente Aguinaco Alemán dejará
el cargo en noviembre de 2003 por mandato constitucional, acepta la entrevista
a partir de una conferencia magistral que dictó recientemente en
un foro jurídico internacional, en la que se refirió a la
necesidad de que todos los tribunales administrativos que actualmente están
integrados en el Poder Ejecutivo pasen al Judicial Federal. Este es el
caso de los tribunales Fiscal, Agrario y de lo Contencioso Administrativo.
Reconoce que en México ''los juicios son lentos,
complejos y llenos de trampas o ineficacias procesales" a causa, principalmente,
de la "ineficacia e injusticia" del sistema de procedimientos "hechos por
escrito", por lo que retoma su idea de instaurar el "juicio oral" que permita
agilizar la impartición de justicia, porque el desorbitado crecimiento
poblacional de los últimos años ha rebasado la efectividad
de los tribunales federales.
Rechaza que jueces, magistrados y ministros del Poder
Judicial Federal no rindan cuentas. En México y en cualquier parte
del mundo "se juzga si en sus fallos realmente se apegaron a la ley", aunque
advierte que sería "un contrasentido" pretender imponer un control
a los jueces, porque se abriría la puerta a que las autoridades
políticas atacaran a quienes no fallaron en su favor o que prevalecieran
"los grandes intereses" de quienes acusan que se falla "mal o lento".
Retoma la propuesta de la Suprema Corte sobre una nueva
ley de amparo, que lo simplifique y evite la profusión de incidentes,
porque en ocasiones ''la complejidad y el exceso de técnica en algunas
etapas procesales'' afectan la eficacia de este instrumento. Sin embargo,
acepta que difícilmente prosperará la iniciativa de la Corte
en su planteamiento de que las leyes declaradas inconstitucionales dejen
de tener efectos generales.
-¿Cuál es su posición respecto a
las recientes críticas a la actuación de la justicia federal?
-No me gusta el sistema actual que permite la injerencia
del Presidente con la sugerencia de ternas al Senado; prefiero que sea
un organismo de carácter social el que haga las proposiciones al
Senado (de ministros).
''Estoy desechando que la Corte se pudiera formar por
voto público, porque daría motivo a una política electoral
judicial muy dañosa; como también cuestiono que los otros
dos poderes intervengan: el nombramiento del Senado de dos representantes
y del Presidente de la República de uno. Todos deberían ser
nombrados mediante un sistema que tuviera en cuenta solamente lo judicial,
pero aceptando la influencia del Senado, representante de los estados federales,
porque si no hay votación directa, la indirecta tiene que ser manejada
por el Senado.
''Pero no entiendo la intervención ni del Senado
ni del Presidente de la República en la integración de la
judicatura.
''Recientemente en algún periódico se hizo
referencia a una propuesta de que la judicatura se integrara por los otros
dos poderes: el Ejecutivo y el Legislativo; sin embargo, el hecho de que
hayan desmentido estas supuestas personas que lo habían propuesto
no significa para mí que esta sugerencia se haya abandonado; esto
es lo que realmente me preocupa. Insisto: no resulta conveniente el voto
directo en el judicial porque se enviciaría, se le ensuciaría
con intereses probablemente partidistas y siempre de fuentes de poder.
La intervención indirecta del Senado debe democratizarse con la
participación de universidades, de sindicatos de patrones y de trabajadores,
de fuerzas auténticas de poder; acepto comerciantes, industriales...
''Y en cuanto a la judicatura, su integración tiene
que ser por votación interna del propio Poder Judicial Federal;
no es conveniente que personas que vengan de fuera y que nunca han sido
ni jueces ni magistrados de repente empiecen a resolver cosas tan importantes
como nombrar magistrados y jueces, vigilar sus resoluciones, despedirlos.
¿Cómo es posible que se entienda que se va a lograr esto
con personas que no son de extracción judicial? No es elitismo,
no -aquí nada más nosotros sabemos lo que es bueno para el
Poder Judicial-, pero debe dársele su lugar al desarrollo de la
carrera judicial. La Constitución admite que personas que no pertenecen
a la judicatura federal lleguen de ministros, es verdad, pero esta es una
posibilidad abierta, muy rara vez se lleva a cabo, y por lo tanto vendría
a ser la excepción que confirma la regla.
-También hay quien dice que los jueces no rinden
cuentas.
-Los jueces, dicho en términos generales -ministros,
magistrados y jueces-, sí rinden cuentas. Los jueces se rigen por
leyes y la forma en que se vigila a los jueces es precisamente por el Consejo
de la Judicatura Federal, que no sólo puede investigar de oficio,
sino que puede recibir todas las quejas habidas y por haber respecto de
jueces, y los ministros evidentemente estamos sujetos a reglas y responsabilidades.
Para muchos, rendir cuentas es presionar al juez, y el juez debe ser libre,
pero una vez que emita su fallo está sujeto a la ley de responsabilidades;
no como cualquier ciudadano, peor, porque las penas son más fuertes.
-¿Qué opina sobre la actuación de
instancias para dirimir diferencias comerciales internacionales, como los
paneles?
-Lo más peligroso son los paneles que se forman
en los tratados de libre comercio en los que dizque para evitar que un
tribunal de un país o de otro resuelva algo se nombra de antemano
este panel. Ellos eligen los jueces y están por encima de la jurisdicción
nacional. Estos sí son peligrosos, porque ya hemos visto países,
como con el que tenemos relaciones -más adelante precisaría
que se refería a Estados Unidos-. Si les gusta la resolución
del panel la aceptan; si no, la incumplen y se voltean y dicen y qué,
si quieres deshacemos todo el trato.
-Estos paneles fueron aprobados, obviamente, por el Senado;
son constitucionales...
-La Corte no puede actuar de oficio; ya quisiera ver que
alguien que se atreviera a impugnar un tratado tal y se negara ir a un
panel dijera: 'yo quiero que se vaya al juzgado en México, porque
son inconstitucionales los paneles...' Lo veo difícil, no imposible.
Sin embargo, ahí es donde tiene que ver una responsabilidad amplia
del Ejecutivo y el Legislativo.
Ya no hay paciencia
-¿Cómo superar la falta de confianza en
la justicia federal?
-Lo hemos gritado desesperadamente: México necesita
un cambio de cultura, pero la Edad Media no acabó a la media noche
de un día y el Renacimiento vino al otro; la propia Corte, ¿no
fue un cambio de cultura de plano esa audacia que tuvo Zedillo de dejar
al país sin Suprema Corte durante cerca de un mes? ¿No fue
una audacia? ¿No fue un cambio de cultura? Creo que sí estamos
cambiando; lo que pasa es que la gente ya no tiene paciencia.
-Tal parece que hay gente o hay personajes que no les
gusta el papel que ha asumido la Corte últimamente.
-Creo que sí. No sé si sean muchos o pocos,
pero yo estoy seguro de que quien estaba acostumbrado a organizar un instrumento
tan alto como son los tribunales judiciales y de repente le dicen no puedes,
ya no sólo manejarlos, no puedes ni siquiera recomendar a un mozo
para que entre, yo creo que deben estar molestos, y molestos callados.
-¿Qué me dice de las propuestas de la Corte
al Ejecutivo y el Legislativo para hacer más eficiente su labor?
-Está la iniciativa del PAN, que propone la facultad
de iniciativa para la Corte; hay dos propuestas: una del PRI y otra del
PRD para un porcentaje fijo en el presupuesto; es decir, está llegando,
está llegando lentamente y es lógico. Siento que simpatizan,
pero pareciera que los legisladores tienen temor de que otras dependencias
pidieran lo mismo. Y no se dan cuenta de que quien pide un porcentaje fijo
es un poder, no una dependencia del Ejecutivo. Hemos pedido tres por ciento;
entiendo que el PRI y el PRD han coincidido en 2.5.
-¿Qué sucede con casos como el de los presuntos
extorsionadores del IPAB, quienes obtuvieron su libertad por la decisión
de un tribunal colegiado? ¿No se han complicado demasiado los procesos
penales?
-Sí, pero es la garantía universal, la garantía
de la exacta aplicación de la ley. Usted puede afirmar que con una
simple sospecha hay que agarrar a un tipo, meterlo a la cárcel y
condenarlo a prisión; por eso el hecho de que los procesos penales
se volvieran tan complicados, con tantos requisitos; eran la forma favorita
para el régimen de quitar propiedades, de quitarse enemigos; era
''porque yo soy la ley''.
-Entonces ¿cómo salir de ese círculo
vicioso?
-Diciendo los planteamientos de jurisprudencia más
frecuentes, resolviendo las contradicciones de tesis, estableciendo nuestras
tesis más claras, pero también el que investiga (la Procuraduría
General de la República a través del Ministerio Público
Federal) y el que reúne pruebas; los dos tenemos que hacer el sacrificio(el
PJF y la PGR), buscar la simplificación máxima, pero ellos
deben buscar la eficiencia. Tengo la impresión, yo que viví
muchos años por allá en la procuraduría -fue subprocurador
de la PGR-, que todos los mejores fueron sacados a la calle; mucha gente
de mucha capacidad quedó fuera.