Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 27 de marzo de 2002
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Política

Efecto de la globalización, dice investigador de la UNAM; sólo una minoría tiene prestaciones

No están sindicalizados 86% de trabajadores

El problema se agrava en las maquiladoras, donde la situación no es muy legal, señala

KARINA AVILES

La globalización y la adopción de políticas neoliberales han provocado la disminución de los espacios tradicionales de participación de los trabajadores, como los sindicatos. Prueba de ello es que de una población ocupada de casi 34 millones, 86 por ciento, que significan 30 millones, no están sindicalizados. En contraste, el número de empleados de maquiladoras, donde las contrataciones "no son muy legales", pasó de 100 mil, en 1982, a un millón 200 mil, en 2000, advirtió el investigador Javier Aguilar García, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

Como consecuencia de dichas tendencias se han debilitado los derechos laborales obtenidos por los trabajadores en el transcurso de varias décadas y, por otra parte, significa que una minoría de la población mexicana ocupada cuenta con contrato colectivo de trabajo, prestaciones, sistema de retiro y seguridad social.

Señaló que mientras en 1997 el total de sindicalizados era de 4 millones 451 mil, en 2000 esta cifra sólo creció a 4 millones 703 mil, es decir, apenas tuvo un aumento de 252 mil.

La población ocupada en el país es de casi 34 millones, de los cuales, hasta 2000, 11 millones estaban afiliados al IMSS y 2 millones 350 mil al ISSSTE, lo que significa que alrededor de 20 millones no cuentan con seguridad social, precisó el sociólogo.

Autor de La población trabajadora y sindicalizada en México en el periodo de la globalización, Aguilar García destacó que se han creado contratos por hora, de aprendizaje o por obra determinada, y se ha incrementado la rotación de personal con el propósito de que el trabajador no se especialice en alguna actividad ni tenga horario fijo. Ejemplo de ello son las maquiladoras, donde se aplican estas formas de contratación que no son muy legales y tampoco benefician a los obreros.

Esta situación, añadió, representa una grave pérdida para los gremios, los cuales eran capaces de influir en la elaboración y puesta en marcha de las políticas económicas y sociales, y en la actualidad ya no son capaces de hacerlo.

Dijo que la idea del sindicalismo mexicano se ha desvirtuado, pero no por las acciones de los trabajadores, sino porque muchos líderes se han olvidado de sus funciones como representantes de los intereses de los trabajadores. Por ello, destacó la necesidad de que los sindicatos cuenten con dirigentes más auténticos y sensibles a las necesidades de sus representados.

En la actual coyuntura política, los sindicatos tienen la gran oportunidad de no depender de ningún partido. "Ahora pueden revisar sus bases y reorganizarse para influir decisivamente en las políticas de gobierno.

"Los mexicanos necesitamos una política económica que sea capaz de otorgar empleo permanente. Esta es la mejor manera de mejorar la situación de la clase trabajadora".

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