La mayoría, en negocios vulnerables: especialista
Menos de 2% de la PEA femenina participa en la actividad empresarial
DAVID ZUÑIGA
A pesar de su creciente participación en la economía a partir de los años setenta, las mujeres siguen relegadas de la actividad empresarial: en al año 2000 apenas 1.74 por ciento de la población femenina económicamente activa tenía un negocio propio, en tanto que 69.71 por ciento eran obreras, de acuerdo con una investigación de la socióloga María Guadalupe Serna.
El estudio, publicado por Nacional Financiera, detalla que en los últimos 30 años ha aumentado el número de mujeres empresarias en los sectores comercio y de servicios, pero ha disminuido en las manufacturas. La mayoría de los negocios de mujeres son micro, lo cual los ha hecho más vulnerables a crisis económicas. Además, el gobierno ha mantenido prácticamente olvidado a este sector y sus escasos programas de apoyo no toman en cuenta la interdependencia que existe entre el hogar y la microempresa femenina.
El documento señala, con base en cifras del INEGI, que la proporción de empresarios o empleadores en la población económicamente activa (PEA) se redujo de 6.16 por ciento en 1970 a sólo 2.53 por ciento en el año 2000. En números absolutos, mientras en 1970 había 797 mil 452 patrones, para 1990 sólo quedaban 535 mil 8.33 por ciento menos, y en el año 2000 apenas equivalían a 2.53 por ciento de la PEA.
Asimismo, mientras a principios de los setenta 6.78 por ciento de las mujeres de la PEA eran empresarias, 30 años después apenas llegaban a 1.74 por ciento. En total, la cifra se redujo 48 por ciento, de 167 mil 223 a 87 mil 304.
Hasta hace dos años, 18.55 por ciento de las mujeres de la PEA eran trabajadoras por cuenta propia; obreras, 69.71 por ciento; jornaleras, 2.71 por ciento, y trabajadoras sin pago, 4.54 por ciento.
En los 90 se observó un repunte de la actividad empresarial: para 2000 el total de patrones mexicanos había aumentado a 854 mil 166 personas; de este total, 185 mil 266 eran empresarias, lo que representó un crecimiento de 112 por ciento en una década.
La participación de las mujeres se concentra en los sectores comercio, donde equivalen a 43.53 por ciento de la PEA empresarial; servicios (41.06); restaurantes y hotelería (13.29); (11.07), agricultura y ganadería (2.09 por ciento).
La investigadora señala que los pasados cinco gobiernos han sido incapaces de crear condiciones para dar estabilidad y certidumbre a empresarios y empresarias, principalmente en el sector manufacturero, que requiere de más tiempo para consolidarse.
En cuanto al tamaño de las empresas, en 2000, 86.86 por ciento de los negocios propiedad de mujeres tenía de dos a cinco trabajadores; 6.73 por ciento, de seis a 10; 2.80 por ciento entre 11 y 15; 3.13 por ciento de 16 a 50, y sólo 0.48 por ciento 51 o más.
La investigadora destaca que, a diferencia de los hombres, la mayoría de las empresarias mexicanas no aspira a crear emporios de poder económico, sino a generar recursos para ellas y sus familias y fuentes de empleo estables; sin embargo, durante décadas han tenido que lidiar con crisis y la falta de una política de fomento que tome en cuenta sus necesidades especiales de género.
Las siguientes cifras ilustran el rezago de México en apoyo a emprendedoras: el año pasado la Small Business Administration (SBA) de Estados Unidos otorgó a empresarias préstamos por mil 626 millones 202 mil dólares. Entre 1992 y 2001 esa agencia apoyó a 86 mil 358 mujeres con 13 mil 251 millones 593 mil dólares.