CUIDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
PRD: choque de tribus
YA NO hay salida. Las elecciones del PRD para decidir quién será el próximo líder de ese partido en el DF deben anularse.
AQUI CHOCARON dos de las más poderosas tribus de ese partido y, según se dice, se hizo uso de todos los recursos, legales e ilegales, para llegar a un triunfo tramposo.
VEA USTED. Hasta el lunes por la noche la planilla de Agustín Guerrero ganaba la presidencia local por algo así como 800 votos, pero el martes al mediodía aparecieron, por arte de magia, seis nuevas casillas. Los números cambiaron y el triunfo para Víctor Hugo Círigo se dio por apenas 157 sufragios. Alquimia de la más pura.
Y SIENDO así lo único que queda es, por las dudas que generó la contienda, por el muy cuestionable resultado y porque el verdadero perredismo capitalino merece algo más, desaparecer este proceso vergonzoso y reponer la elección para hacerla creíble.
POR UN lado, la gente de Víctor Hugo Círigo culpa al delegado en Gustavo A. Madero, Joel Ortega, de haber metido las manos en la elección a favor de la planilla que encabeza Agustín Guerrero. Se habla incluso de haber proporcionado grupos porriles del IPN para forzar el voto a favor de la planilla de Guerrero.
AUNQUE DE esto no se han presentado pruebas, es necesario decir que Ortega es uno de los ex politécnicos que con mayor fuerza luchan en contra de los grupos porriles y que incluso ha montado operativos policiacos en diferentes colonias para evitar la actuación de esos vándalos.
POR OTRO lado, se acusa a Círigo de haber conseguido importantes apoyos por parte del delegado René Arce para conseguir votos a su favor. Se habla, incluso, de desvío de fondos delegacionales para conseguir un triunfo que deja un amargo sabor a trampa, aunque, para decir verdad, tan malo era el pinto como el colorado; otra razón de peso para invalidar los comicios.
POR ESO, porque ya no hay remedio, anular la elección es un asunto que ha empezado a rondar la cabeza de muchos partidistas, quienes aseguran que lo mejor sería invalidar la justa política y llamar, luego de que Rosario Robles tome posesión, a una nueva contienda.
Y NO estaría mal, porque esa elección sería responsabilidad de Rosario Robles y probaría de inmediato cuáles serán las reglas del juego durante su mandato.
POR CIERTO, era necesario y hasta urgente que Robles volviera a los micrófonos para aclarar que ella no será la cómplice de ninguna cochinada y que su silencio fue más el producto de su convicción de no dañar más a su partido, que convertirse en la comparsa de chuchos que, dueños del servicio electoral, han convertido la elección en una gran alberca de lodo.
EN FIN, como van las cosas, el resultado tendrá que resolver un problema cada vez más hondo en ese partido: la incompatibilidad de amachuchos y rosaristas y la anulación de los comicios en el DF, donde la cosa apesta.
Y COMO las vacaciones ya están encima y es menester dejarlo a usted descansar, interrumpimos hasta el próximo lunes la periodicidad de esta colaboración. Nos vemos entonces.