MEXICO-CUBA
Amaina la ofensiva política; medios informativos se abstuvieron de lanzar nuevas acusaciones
Ratifica Cuba que puede probar la presión de Estados Unidos a México
El presidente Fidel Castro habló ante activistas sanitarios y evitó abordar el tema del conflicto
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 27 de marzo. La ofensiva política de Cuba contra el gobierno mexicano amainó este miércoles, cuando los medios informativos se abstuvieron de lanzar nuevas acusaciones, pero la cancillería ratificó que La Habana puede probar que Estados Unidos presionó a México para impedir la asistencia del presidente Fidel Castro a la cumbre de Monterrey, el jueves pasado.
Una declaración oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores dijo hoy que ''en este diferendo creado entre el gobierno de Estados Unidos, México y Cuba, el único al que puede creerse es precisamente al compañero Fidel, por dos razones: una, porque nunca ha dicho una mentira; dos, porque puede probar lo que dijo en Monterrey''.
Castro habló esta noche a un auditorio de activistas sanitarios que participaron en una campaña que logró erradicar el dengue en la isla, pero evitó abordar el conflicto con México.
Respuesta a Fleischer
El comunicado de la cancillería fue una respuesta a declaraciones del vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, quien el martes puso en duda los alegatos cubanos de que México, presionado por Estados Unidos, trató de impedir la presencia de Castro en Monterrey. La versión de La Habana ha sido negada por el presidente mexicano, Vicente Fox, y el estadunidense, George W. Bush.
''El mundo sabe que en cualquier momento, cuando se tiene que elegir entre lo que dice Fidel Castro y lo que diga cualquiera, se le puede creer a lo que diga cualquiera'', dijo Fleischer a la prensa.
La cancillería replicó que si es falsa la denuncia cubana ''entonces la señora Condoleezza Rice (consejera de Seguridad Nacional de Bush) es una mentirosa, porque días antes de la conferencia dijo categóricamente que los caminos de Castro y Bush no se cruzarían en Monterrey''.
Pero ''Ƒpor qué afirmó esto?'', interrogó el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores. ''ƑCómo lo sabía? ƑQuién dijo la verdad: la jefa del Consejo de Seguridad Nacional o el presidente Bush?''
Desde que estalló el conflicto, el pasado jueves, Cuba ha señalado en declaraciones públicas que tiene pruebas de las acusaciones, pero que ''ha preferido abstenerse de usarlas porque no desea perjudicar a México, no desea lesionar su prestigio, no desea en lo mínimo crear desestabilización política en ese hermano país''. Añadió que si no cambia la actual política mexicana hacia la isla, ''no quedará otra alternativa que divulgar lo que no hemos querido divulgar y hacer polvo sus falsos y cínicos pronunciamientos (del canciller mexicano, Jorge G. Castañeda), cueste lo que cueste''.
Los medios informativos cubanos se limitaron hoy a reseñar la Mesa Redonda Informativa del martes, el programa diario de la televisión que difunde posiciones gubernamentales ante temas de actualidad, y que estuvo dedicado a Castañeda.
La emisión reiteró con amplitud las acusaciones cubanas contra el secretario de Relaciones Exteriores. Entre los nuevos cargos, el panel criticó el gesto de la cancillería mexicana de movilizar el pasado jueves 7 de marzo al embajador en Washington, Juan José Bremer, para entrevistarse en Miami con líderes anticastristas radicados en esa ciudad, a quienes La Habana considera una ''mafia terrorista''.
La Mesa Redonda citó el boletín de prensa de la cancillería mexicana, del viernes 8, según el cual Bremer y el cónsul Manuel Rodríguez Arriaga se reunieron ''con distinguidos miembros de la comunidad cubana en Miami, con el propósito de intercambiar información y puntos de vista''.
El panel también censuró que, según la misma declaración de la cancillería mexicana, el embajador en La Habana, Ricardo Pascoe, ''ha continuado con encuentros con todos los sectores de la sociedad cubana, incluyendo una reunión con Elizardo Sánchez Santacruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, para conversar sobre la situación legal de los 21 ciudadanos cubanos que se introdujeron en nuestra representación diplomática en Cuba''.
La actitud de Pascoe, según el comentarista Reynaldo Taladrid, uno de los participantes en el programa, ''está de hecho cuestionando la limpieza, la honestidad y la ética de todos los procedimientos legales de Cuba... al no dirigirse al gobierno cubano y dirigirse a esta persona''.
Pascoe ha rehusado desde el domingo pasado contestar preguntas de la prensa.
En el último rincón del conflicto, los 16 ocupantes de la embajada que aún permanecen detenidos fueron trasladados al complejo penitenciario Combinado del Este, informó Sánchez Santacruz a La Jornada, basado en testimonios de familiares.
De acuerdo con esas fuentes, los presos, junto con otros cinco de los ocupantes, que están en libertad condicional, pueden ser inculpados por el delito de cometer ''actos que afectan el derecho de inviolabilidad diplomática'', previsto en el artículo 218 del Código Penal cubano, ubicado en el Título IV (delitos contra el orden público) y castigado con una pena de dos a cinco años de prisión.
Familiares de los detenidos, dijo Sánchez, han recibido hasta ahora informes policiales sobre los cargos, que aún no son formulados por la fiscalía. A los 18 ocupantes de la embajada que ingresaron estrellando un autobús urbano de pasajeros se les pueden fincar, además, acusaciones vinculadas al secuestro del vehículo y daños materiales.
Un proceso paralelo podría surgir, de acuerdo con las mismas fuentes, contra los cerca de 130 detenidos el mismo 27 de febrero y la madrugada siguiente en los alrededores de la embajada.
Los familiares reportaron que han podido visitar semanalmente a los detenidos, algunos de los cuales han nombrado abogados defensores. Este miércoles La Jornada solicitó por escrito a la oficina del vocero de la cancillería cubana un informe sobre el caso, pero no obtuvo respuesta.