Continúa sitiado por tropas de Tel Aviv el cuartel general de la ANP

Estados Unidos dio su visto bueno a la ofensiva de Israel, acusa Arafat

El presidente palestino, dispuesto a morir; el ataque, una bofetada a la Cumbre Arabe, afirma

REUTERS, DPA, AFP Y PL

Ramallah, 29 de marzo. El presidente palestino, Yasser Arafat, acusó hoy a Estados Unidos de haber dado su acuerdo a la ofensiva israelí contra su cuartel general en la ciudad cisjordana de Ramallah, y al primer ministro de Israel, Ariel Sharon, de querer asesinarlo, pero aseguró que está dispuesto a "sufrir el martirio" y a morir antes de ser sometido.

Tropas israelíes irrumpieron en el complejo residencial de Arafat, en Ramallah, después de que Sharon lo declarara su enemigo y se comprometiera a mantenerlo aislado tras uno de los atentados suicidas más sangrientos, ocurrido el miércoles, que dejó 21 muertos.

Una veintena de tanques y transportes blindados de personas tomaron posición alrededor del cuartel general y los disparos alcanzaron las oficinas de Arafat, pero más tarde su consejero Nabil Abu Ru-deina declaró que Arafat se en-cuentra "sano y salvo" en un búnker en uno de los edificios del complejo del cuartel general.

De acuerdo con fuentes de los servicios palestinos, Ramallah fue totalmente ocupada esta madrugada por el ejército israelí. El objetivo de la operación, tal como fue anunciada por el primer ministro israelí, es "destruir la infraestructura terrorista de los palestinos y aislar totalmente a Arafat".

Durante la operación fueron de-tenidos más de 70 palestinos, entre ellos el consejero militar Ahmud Daass; dos soldados israelíes perdieron la vida durante la incursión.

El primer ministro israelí declaró que las operaciones durarán por lo menos varias semanas, pero para la noche de este viernes la intensidad de los combates en el recinto del cuartel general de Arafat había disminuido de intensidad.

El líder palestino insistió que Is-rael no actúa y no puede actuar sin el acuerdo de Estados Unidos, en declaraciones a televisoras árabes, a las que aseguró que durante la ofensiva israelí murieron siete personas y hubo más de 40 heridos, pero "conservamos la moral".

No habrá rendición

"Quieren hacerme prisionero y matarme, pero Dios nos ha dado el martirio y nosotros hemos elegido este camino", resaltó, tras hacer un llamado a los dirigentes árabes a movilizarse a escala internacional, conjuntamente con los líderes del mundo, contra la operación militar israelí, y "acabar con el terrorismo practicado por Sharon".

Tras asegurar que "protegeremos tierra santa con nuestras vidas", expresó que los combatientes que lo protegen no se rendirán pese a las órdenes de Israel.

Arafat consideró que la operación israelí apuntaba a tomar como rehén a la Autoridad Nacional Pa-lestina (ANP) y utilizarla como moneda de cambio, y juzgó que la operación fue una respuesta a la iniciativa árabe de paz, adoptada en la cumbre de la Liga Arabe.

"Esto constituye una bofetada de Sharon a los árabes", manifestó.

Enardecidos por la operación del ejército israelí contra su presidente, los grupos armados palestinos anunciaron una intensificación de la intifada, mientras las Fuerzas Nacionales e Islámicas Palestinas, coalición de 13 facciones, pidió ha-cer frente común contra Israel y defender al pueblo palestino.

"El ataque contra Arafat no logrará su objetivo. Sharon ha em-pezado la guerra pero no podrá terminarla", gritaba un miembro de las brigadas de los Mártires de Al Aqsa, grupo armado cercano a Fa-tah, movimiento del presidente de la ANP, en el campo de refugiados de Beach Camp, cerca de Gaza.

También el Frente Popular para la Liberación de Palestina amenazó, desde Damasco, con atacar a cada israelí en todo el mundo, lue-go de la ofensiva militar israelí contra el cuartel general de Arafat.

Previamente, una manifestación de Hamas reunió a varios centenares de personas en el centro de Gaza, y durante la misma se pidió "sangre y muerte, y celebraron el atentado suicida en Jerusalén oeste, que causó tres muertos.

Una joven palestina de 18 años activó una carga explosiva en un centro comercial de Kiryat Yovel, sur de Jerusalén oeste. El atentado fue reivindicado por las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa.

Arafat llamó a la Unión Europea y Estados Unidos a que intensifiquen sus esfuerzos para evitar una escalada del conflicto en Levante, y también escribió al primer ministro saliente de Portugal, Antonio Guterres, presidente de la Internacional Socialista, para pedirle su apoyo en la búsqueda de una solución en Medio Oriente.

El presidente palestino también hizo durante todo el día varias llamadas telefónicas a líderes árabes, quienes le manifestaron su apoyo.

Declaración de guerra

Pero en otra entrevista a la cadena estadunidense de televisión CNN, Arafat la cortó bruscamente cuando la periodista le preguntó si va a dar pruebas de firmeza contra los activistas palestinos, en relación a las declaraciones de Colin Powell, de actuar con firmeza contra los atentados antisraelíes.

"Debe ser más precisa cuando hable con el general Arafat. ƑUsted me está preguntando a mí, que estoy completamente sitiado?", le inquirió, y añadió que con esas preguntas "usted protege las actividades terroristas de la ocupación israelí, los crímenes israelíes.

El ex jefe negociador palestino Saeb Erekat, actual ministro de la ANP, dijo que la acción israelí es una declaración de guerra luego de 18 meses de conflicto de baja intensidad, y se sumó a la petición de Arafat, por conducto del mediador estadunidense Anthony Zinni, para que Estados Unidos intervenga urgentemente con la finalidad de frenar la acción militar y para que "las cosas se calmen".

De la misma manera, el consejero Rudeina dijo que la declaración de Sharon, en la que asume a Arafat como su enemigo, es una declaración de guerra.

Además de los muertos por la incursión israelí en Ramallah y por el atentado suicida en Jerusalén, en la franja de Gaza un obrero palestino apuñaló a dos israelíes cerca de la colonia judía de Netzarim, antes de ser muerto, ataque que fue reivindicado por el Jihad Islámico.

También un palestino murió por la explosión de una bomba que co-locó en una ruta utilizada por colonos israelíes cerca de la ciudad de Jenin, mientras que en el este de Jerusalén la policía dispersó en la Explanada de las Mezquitas una manifestación de palestinos que lanzaban piedras contra los fieles judíos que rezaban ante el Muro de las Lamentaciones.