Circulan los primeros cuatro tomos de sus obras
completas en edición de Océano
La narrativa de Ricardo Garibay ahora sí llegará
a más lectores
Capillas o mafias ni siquiera lo mencionan, como sí
ocurre con Arreola, Sabines, Paz o Garro, expresa su hija María
''Todo lo escrito por mi padre fue para su gente y su patria; así
lo decía''
CESAR GÜEMES
La envidia, esa serpiente viscosa y transparente, impidió
que Ricardo Garibay llegara a tantos lectores como se merecía, pero
no pudo detener ninguna de las líneas que conforman las cuatro decenas
de libros de su obra. Los plumíferos incultos y faltos de talento
de quienes dependieron en su momento los premios, los homenajes o la edición
de obras completas, lo ignoraron escudándose en la supuesta dureza
de su carácter.
Seudoperiodistas de tres al cuarto, ensayistas de buró,
se lanzaron perrunamente contra él cuando publicó en un artículo
cómo le había financiado su tarea escritural, por breve tiempo,
el gobierno mexicano. Los escritores de media tabla que le hicieron silencio
como los editorialistas de cantina que lo atacaron, lo leían, sin
embargo, libro tras libro. Lo admiraban. Más de uno quiso parecérsele,
pero el enorme poder narrativo de Garibay les fue negado desde la cuna.
Sueño mucho tiempo acariciado
Todos
los demás, aquellos que están para fortuna libres de codiciar
el bien ajeno, cuentan por fin con ese sueño largamente acariciado
por el propio Ricardo Garibay, que también le negaron de manera
sistemática sellos editoriales con gran respaldo económico:
las obras completas. A iniciativa de Rogelio Carvajal, de Editorial Océano,
y con apoyo del Consejo y el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes
de Hidalgo, más el Consejo Nacional para la Cultura y la Artes (CNCA),
acaba de comenzar la distribución de la serie Ricardo Garibay,
obras reunidas. Ahí estará todo, absolutamente todo lo
que Garibay escribió y dio a conocer en forma de libro.
Por el momento podrán encontrarse en librerías
cuatro tomos: Cuento, Novela (uno), Crónica (uno) y Memoria (uno).
Todos los volúmenes inician con el prólogo que hizo uno de
los pocos de su generación que lo respetaban y lo decían
sin ambages, Vicente Leñero. A ellos se suman prólogos tomo
a tomo que en el orden mencionado está hecho por quienes han sido
algunos de sus mejores lectores: Manuel Gutiérrez Oropeza, Eduardo
Mejía, Juan Domingo Argüelles y Agustín Ramos.
Escribe Leñero, quien por cierto hace un repaso
extenso y documentado de la obra de Garibay: ''Sus conferencias llegaron
a ser exitosas, concurridas, sobre todo emocionantes, pero el de Tulancingo
nunca llegó a ser lo que quería y debió ser por derecho
propio: un escritor reconocido arrolladoramente, premiado y aplaudido por
un público unánime, en punta de los que conforman su generación
y de los que vinieron después y no alcanzaron a forjar un estilo
tan propio, una prosa de cadencias tan bravas, un amor tan perfecto al
oleaje feliz de las palabras".
Edición cuidadosa, ordenada
Con estas obras reunidas no ocurrirá lo que pasó
con sus libros cuando aparecieron en forma original. Esta vez Rogelio Carvajal,
quien fue su amigo y editor, está decidido a que de una vez por
todas el trabajo de Garibay llegue a quien debe llegar, a tantos lectores
como sea posible, mediante una edición cuidadosa, ordenada y con
el natural apoyo de la promoción que, dicho sea de paso, le faltó
casi por entero cuando publicaba en vida.
El trabajo de Carvajal, sin embargo, no habría
sido posible sin la ayuda de María Garibay, hija de don Ricardo,
quien a partir de la innegable cercanía con su padre, accede a conversar
con nosotros sobre la edición.
-¿A qué atribuyes el hecho de que un escritor
de primera línea como Ricardo Garibay no haya sido leído
en vida como merecía?
-Mi padre se hizo de muchos enemigos, su total honestidad
con su oficio y sus creencias lo hicieron hablar mal de medio mundo y de
sus contemporáneos. El mismo lo decía. Esto nunca se lo perdonaron
y parece que ni aun ahora lo harán. Capillas, mafias, como se les
llame, ni siquiera ahora lo mencionan como lo hacen con Arreola, Paz, Sabines
o Garro, a pesar de que es uno de los más sólidos prosistas
en lengua castellana.
-¿Perdía con ello Garibay?
-No, creo que con esto pierde estúpidamente la
literatura mexicana, el castellano y el país entero.
Superar el temido olvido
-Habla de tu labor para estas obras reunidas.
-Mi participación se concretó al envío
de todos los ejemplares que necesitó Carvajal para formar los libros,
y tal vez más adelante entregaré a Rogelio lo que encuentre
entre los manuscritos de mi padre que estoy leyendo, catalogo y trato de
poner en orden. Para esto el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes
(Fonca) me dio por segunda vez una beca que terminará en octubre.
''La primera fue para la búsqueda de materiales
de su participación en los medios de comunicación. Obtuve
videos de varias televisoras como Canal Once, Televisa, Hidalgo y Morelos.
''Canal 13 tiene material pero ha sido muy difícil
la negociación, por la cantidad de dinero que me pedían,
aunque por fin, después de tres años, han aceptado dármelos.
''Lo único que quiero y me interesa es que su nombre
y su obra no caigan en el olvido, eso era lo que él más temía.
Todo lo que escribió lo escribió para su gente, para su patria
y no se cansaba de decirlo.''
María Garibay, hija de ese príncipe de la
prosa, concluye con esta reflexión: ''Mi padre dijo, a propósito
de la Dinesen: 'Muere. Uso el presente, y no el era ni el fue, porque el
escritor no desaparece; donde se abran sus libros volverá a vivir
de modo entero, con su mundo todo, en nuestras manos, en nuestro corazón
e inteligencia agradecidos'. Valga también por él".