Peyrot insiste en que sólo necesita la anuencia de Fox
La Armada, firme en participar en maniobras navales multinacionales
ANDREA BECERRIL Y JESUS ARANDA
Los integrantes de la Comisión de Marina del Senado de la República siguen desconcertados, sin saber cómo actuar frente a la determinación del almirante Marco Antonio Peyrot de que personal de la Armada participe de nueva cuenta en las maniobras navales multinacionales comandadas por Estados Unidos, conocidas como Unitas 2002, sin la autorización de esa cámara.
Los legisladores hablaron primero de llamar a comparecer al titular de Marina, punto que nunca se concretó; incluso cuando el contingente de la Armada había regresado ya del primer viaje con Unitas y ahora, cuando están a punto de participar por segunda ocasión en esos ejercicios navales, se menciona la posibilidad de interponer una controversia constitucional, pero ello ni siquiera se ha discutido al interior de la comisión senatorial en la materia.
La discusión sobre ese asunto comenzó en diciembre, cuando el presidente de la Comisión de Marina, el perredista Antonio Soto, reconoció que desde varias semanas antes había recibido un oficio del almirante Peyrot, en el que éste le notificaba que participarían la segunda semana de marzo en los ejercicios navales de United of Internacional Submarine Warfare, mejor conocida como Unitas, y que para ello sólo requerían de la anuencia del Ejecutivo federal.
Legisladores de PRI y PRD se inconformaron y advirtieron que no puede haber salida de tropas de territorio nacional sin el aval del Senado, según se establece en el artículo 76 constitucional. Sin embargo, la Secretaría de Marina respondió que ello no aplica, ya que les impediría realizar sus labores normales de vigilancia de la zona económica exclusiva, que está en aguas internacionales, y que además en otras ocasiones han viajado a otros países integrantes del Ejército y la Armada para realizar diversas tareas humanitarias.
Las consejerías jurídicas del Senado y de la Presidencia de la República emitieron resoluciones encontradas, la primera haciendo valer el artículo 76 constitucional, y la segunda avalando el criterio de la Secretaría de Marina, en el sentido de que basta con que Vicente Fox Quesada lo apruebe.
Pasaron los meses y al parecer la comisión senatorial que preside Soto no hizo nada porque -según se publicó en La Jornada en marzo pasado- un grupo de marinos a bordo de la fragata Abasolo de la Armada de México participó en los ejercicios navales de Unitas del 25 de febrero al 9 de marzo, en una primera fase.
Fue la primera vez que un buque mexicano participó en esos ejercicios navales que Estados Unidos organiza desde 1959, con miras a construir una coalición multinacional para la defensa del continente.
Los integrantes de la Comisión de Marina se enteraron de ello hasta muchos días después de que el Abasolo había regresado a aguas mexicanas. El perredista Soto habló de la posibilidad de citar a comparecer al almirante Peyrot, e incluso interponer una controvesia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que el Poder Judicial decida quién tiene razón.
Sin embargo, ninguna de las opciones se concretó y ahora, cuando la Armada se prepara para asistir por segunda ocasión a las maniobras navales de Unitas 2002 -esta vez a fines de junio próximo en el océano Pacífico y frente a las costas de Valparaíso, Chile-, la Secretaría de Marina sigue apoyándose en la opinión de la consejería jurídica de la Presidencia, la que considera procedente que asistan con la sola autorización del mandatario Vicente Fox, porque se trata únicamente de ejercicios navales, no de actos bélicos.
Sin embargo, de acuerdo con el programa Unitas 2002, en Valparaíso, donde se llevará a cabo la segunda fase de esas maniobras, se efectuarán "operaciones de interacción marítima", que emplean la más alta tecnología para enfrentar las amenazas contra el orden internacional, entre ellas el tráfico de precursores químicos, drogas, armas, municiones, explosivos y, en general, "toda actividad ilegal que afecte al derecho marítimo internacional".
El senador Soto declaró en días pasados que propondrá durante la sesión del martes interponer una controversia constitucional, pero no tiene el consenso del PRI en esa cámara.
Lo más seguro es que a principios de julio, en que la Armada regrese nuevamente de la maniobras de Unitas 2002, los senadores sigan hablando de llamar a comparecer al almirante o de interponer algún recurso legal.