Reconocen en cónclave eclesiástico
que sí hay casos de curas abusadores en México
No nos corresponde denunciar a pederastas: Morales
Debemos tener cuidado con jóvenes que ingresan
al seminario, señala obispo de Autlán
JOSE ANTONIO ROMAN
Al no presentar denuncia penal en contra de sacerdotes
pederastas, los obispos y cardenales "no encubrimos ni cobijamos delitos",
aseguró el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano
(CEM), Luis Morales Reyes, quien dijo que el clero no tiene ni aspira al
fuero eclesiástico.
Agobiado luego de que por cuarto día consecutivo
se abordó en los medios de comunicación el tema de la pederastia
de clérigos, y con la advertencia de que no hablará más
sobre el tema porque "es sumamente doloroso" y "afecta a mi familia sacerdotal",
el también arzobispo de San Luis Potosí reconoció
que en la línea de principios cualquier delito debe ser denunciado
ante las instancias judiciales.
Reiteró
que no corresponde a las autoridades eclesiásticas presentar denuncia
alguna ni entregar ante la autoridad civil al presunto responsable, aun
cuando conozca de manera directa de una acción delictiva, como es
el abuso sexual de menores.
Morales Reyes comentó que cuando un caso de este
tipo se hace del conocimiento del obispo es porque ya lo conocen "tres,
cuatro o más personas", quienes, ellos sí, junto con los
familiares de la víctima podrían presentar la denuncia correspondiente
en contra del sacerdote o religioso. Sin embargo, dejó entrever,
que esa opción no es la que recomiendan a los familiares.
Dijo que la existencia de estas "fallas", en las que desgraciadamente
han incurrido algunos clérigos, son una "dolorosa advertencia" que
debe ser tomada en cuenta por toda la Iglesia católica para impedir
que se siga dando. "Es un fuerte llamado, una advertencia, una alerta a
la jerarquía, que está constituida por 400 mil sacerdotes
y 4 mil 500 obispos de todo el mundo".
Aceptó que este tipo denuncias en contra de clérigos,
las cuales se hicieron públicas desde hace varios meses en Estados
Unidos y Europa, donde han generado una serie de escándalos, han
dañado definitivamente la imagen de la institución eclesiástica.
"Yo creo que, como en todas las instituciones, cuando
fallamos sus integrantes puede haber algún rechazo. ¿Qué
tanto? No sé, no es medible, no podemos aventurarnos. Ciertamente
se lastima la imagen de la Iglesia".
En conferencia de prensa, la última de la 73 asamblea
de la Conferencia del Episcopado Mexicano, se dio a conocer el documento
final que reúne la opinión de los obispos en torno a la libertad
religiosa, pero también estuvo presente, por cuarto día consecutivo,
el tema de la pederastia; sólo el lunes, día de la inauguración,
no fue tocado.
Morales Reyes insistió en que este punto "nos lastima;
somos una familia. Se ha ensañado alguien en mantener este tema,
que no rehuimos, que enfrentamos con humildad y fortaleza y con ánimo
de mejorar, pero que ya no quisiéramos volver a abordarlo", dijo
el prelado.
Agregó: "yo podría decir que si la palabra
tiene derecho, el silencio también; que si la información
tiene derecho, también la reserva; que cuando se lastima a una familia,
una vez que ya se trató una o dos veces ese tema, ¿para qué
seguirla lastimando?", dijo al refererirse a la "familia" que conforma
la jerarquía y el clero católico.
Consideró que al insistir en el tema, sobre todo
los medios de información, "hay un deseo de seguir lastimando a
esa familia".
Por eso, agregó, "acudo a mi derecho al silencio,
que en este caso duele. Pido una disculpa respetuosa para no volver a tocar
este tema. Perdónenme. Es una triste noticia lo que nos ha pasado,
para qué seguirle dando más resonancia. Ustedes tienen derecho
a preguntar, pero también yo tengo derecho al silencio y a las reservas."
Desde el segundo día de la asamblea episcopal,
misma que se prolongó desde el lunes y hasta ayer viernes, en un
hecho inédito la jerarquía católica aceptó
la existencia en el país de casos de pederastia de clérigos
mexicanos, con lo cual se generaron más preguntas y dudas.
Por su parte, el obispo de Autlán y presidente
de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, Lázaro
Pérez Jiménez, estimó que este tipo de denuncias han
tenido una "buena resonancia", porque el pueblo no solamente tiene una
imagen del sacerdote que se ha forjado a lo largo de la historia, sino
también se da porque espera mucho de él.
"Si bien es cierto que estos delitos se dan en otros ámbitos
sociales, incluso en el interior de la familia, duele cuando quien lo comete
es un ministro religioso". Agregó que tan grande es el dolor, que
el mismo papa Juan Pablo II, en su carta dedicada a los sacerdotes el pasado
Jueves Santo, hizo una clara y dura referencia a quienes han incurrido
en estos actos, llamándolos incluso "traidores" al Evangelio.
Respecto a las tareas que debe seguir la Iglesia católica
en el país para evitar que se sigan dando este tipo de actos, el
obispo de la diócesis jalisciense indicó que se deben asumir
los reclamos con valentía, no darle la espalda y enfrentarlos como
lo que son, un problema muy serio que requiere toda nuestra atención.
Comentó que entre las medidas preventivas está
la de hacer una selección muy rigurosa de los jóvenes que
ingresan a los seminarios y que son los candidatos al sacerdocio. "Tenemos
que tener mucho cuidado de que no se nos cuele ninguna de esta gente así,
porque muy probablemente esto ya lo traen desde la infancia y eso nos obliga
a cada obispo a estar muy atentos para que las personas con estas tendencias
no lleguen al sacerdocio".
Para los casos que ya existen, dijo, la Iglesia católica
en el país, por conducto de diversas diócesis u órdenes
religiosas, tiene casas de asistencia donde ayudan a religiosos que han
incurrido en este tipo de "fallas", así como en problemas de alcoholismo
o de identidad sacerdotal. "Se les ofrece la oportunidad de poderse regenerar,
si es que es posible", dijo el obispo Pérez.
Señaló que ahora el peligro es que por estos
casos, independientemente de su número, se pretenda poner bajo sospecha
a todos los sacerdotes y religiosos