Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 14 de abril de 2002
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Economía
José Antonio Rojas Nieto

Maracaibo en la noche... desde lejos

Maracaibo en la noche...desde lo lejos... Así comienza ese alegre pregón venezolano que canta la vida cotidiana de las plazas en la capital petrolera de Venezuela en el estado de Zulia, en el que se encuentra el rico lago de Maracaibo, que desde principios de siglo albergó compañías extranjeras que perforaron y extrajeron los famosos crudos que prestigian ese hermosísimo país del Delta del Orinoco y del Macizo de las Guyanas.

Sí, ahí donde se producen desde 1917 los crudos pesados Ambrosio y Cabimas; y desde 1926 y 1930 los referentes Tía Juana y Bachaquero; en ese vital país en el que se tocan y cantan los golpes tocuyanos, los polos cumaneses, los valses andinos y los calypsos guayaneses; y en el que viven amigas y amigos queridísimos ?de Maracay, de Valencia, Puerto Ordaz y de Caracas (Welkis, Tito, Henry, Alex)? de tan estimada influencia, allí mismo se vive una de las más dramáticas y terribles crisis políticas recientes de América Latina.

Y por más que se diga que se trata de una situación que no ha sorprendido y que varios ya veían venir, nada, absolutamente nada, justifica el golpe de Estado en Venezuela que lo tiene dividido en dos: por un lado, las cúpulas y una clase media que se sintió agredida por Chávez y, por otro, las masas empobrecidas, crecientemente despreciadas por aquellos. Se trata de un golpe que ni siquiera se justifica con lo que amigos venezolanos caracterizan como lamentables errores e imprudencias de Chávez, al menospreciar el reclamo de los trabajadores de cuello blanco de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), quienes se le enfrentaron por el nombramiento de una nueva junta directiva que pretendía mayor control gubernamental de una de las más importantes empresas petroleras del mundo, cuya producción actual, cercana a 3 millones de barriles al día, le permitió convertirse en algunos momentos ?¡oh paradoja¡? en el principal abastecedor de Estados Unidos, compartiendo oscilantemente ese lugar con Arabia Saudita, pero ?¡sorpréndase!? también con México, que en algunos meses recientes ocupó ese lugar.

Paradójico también resulta que los golpistas estén encabezados y apoyados ya no sólo por ese bloque de dirigentes corporativos empresariales, bancarios, financieros, eclesiásticos y obreros, sino por algunos de los mismos compañeros militares de Chávez, para conformar lo que el corresponsal de Le Monde en Caracas llama "un gobierno de caricatura", encabezado por el dirigente de la cúpula empresarial.

Asimismo, resulta paradójico que una de las formas legal bajo la cual se trata de justificar este golpe sea la del artículo 328 de la Constitución bolivariana, aprobada recientemente en un referéndum nacional, y según el cual es justificable una rebelión de militares en caso de violación de los derechos humanos de la población. Y eso, precisamente eso, es lo que hoy se discute en Venezuela a propósito de la decena de lamentables muertes de este jueves, cuya responsabilidad aún se debate intensamente.

Y frente a esta triste situación no se puede menos que lamentar ?como bien lo señala el director del Instituto de Altos Estudios de América Latina en París, Jean-Michel Blanquer? esa especie de maldición reciente en cada vez más países de América Latina, en los que se han experimentado profundas crisis de gobernabilidad: en Ecuador frente a Jamil Mahuad; en Perú frente a Alberto Fujimori; en Argentina frente a Fernando de la Rúa, y ahora en Venezuela frente a Hugo Chávez y esos golpistas encabezados hoy por el máximo dirigente de las cámaras patronales (Fedecámaras). Y menos aún ignorar el respaldo estadunidense a este golpe, que nos hace recordar ?salvadas todas las diferencias?, el golpe contra Salvador Allende.

Un respaldo que sigue al enojo de nuestros vecinos del norte por la mayor proximidad de Venezuela a Arabia Saudita y su ánimo por fortalecer a la OPEP, cuyo futuro se pudiera tornar muy incierto si ?como ya señalan varios especialistas? la coalición que tiene el mando actual en el país de los polos margariteños no sólo tomara distancia de las políticas recientes de control de la producción (apoyadas por cierto y pese a todo por México) sino ?como ya se especula? decidiera salir de la OPEP.

Esto ya lo reconocieron los eufemísticamente denominados mercados, que esta semana hicieron descender el precio del crudo en cuatro dólares, y que hoy ?gracias a esa acción que violenta la vida democrática de Venezuela? se tornan más seguros para los grandes consumidores que ya veían la mezcla OPEP cerca de los 30 dólares por barril. Resultó intolerable que la OPEP se fortaleciera. Resultó intolerable que se impulsaran con éxito acuerdos entre productores que llevaron el precio de la mezcla mexicana de exportación de poco más de siete dólares, en diciembre de 1998; a poco más de 27, en septiembre de 2000, y que en estos días, nuevamente, trataban de recuperar el descenso por las acciones que la habían colocado en 14 dólares a finales del año pasado.

México debiera tomar severa distancia de acciones golpistas como la de este jueves en la noche y exigir que lo antes posible se manifieste la autodeterminación del pueblo venezolano.

Como siempre, sería lo menos frente al relampagueo del país del Zulia.

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