Vascos acusados de pertenecer a ETA, entre las
principales víctimas de policías
La tortura en España preocupa a la CDH de Naciones
Unidas; entrega informe a Aznar
ONG critica a México por expulsar vía
Ley General de Población a presuntos etarras
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 17 de abril. La tortura y los malos tratos
en España preocupan a la Comisión de Derechos Humanos de
la Organización de Naciones Unidas (ONU), instancia que entregó
al gobierno presidido por el conservador José María Aznar
un informe que detalla centenares de abusos perpetrados por agentes de
seguridad del Estado español.
El relator para la tortura del organismo hizo hincapié
en casos relacionados con detenidos de los movimientos antiglobalización
y por el conflicto vasco, como el de cinco presuntos miembros del grupo
armado vasco ETA expulsados de México, quienes tras ser entregados
a la policía española sufrieron tormentos.
Los excesos de las fuerzas de seguridad en España
son frecuentes, según quedó reflejado no sólo en el
informe de la ONU, sino también en otro de Amnistía Internacional
divulgado ayer, que reveló los abusos contra inmigrantes y la persecución
por razones como "el color de la piel".
En relación con el País Vasco, Theo van
Boven, relator para la tortura que presentó el informe, fechado
el 15 de abril en Ginebra, señala que los malos tratos "habrían
sido perpetrados por la Guardia Civil, la Policía Nacional y la
Ertzaintza, policía autonómica vasca.
"Gran número de los individuos detenidos bajo la
sospecha de colaboración o pertenencia a la banda armada y mantenidos
en situación de incomunicación de acuerdo con la legislación
antiterrorista habrían sido sometidos a malos tratos durante su
detención, su traslado a la comisaría y su estancia en ella,
así como durante el traslado a la Audiencia Nacional de Madrid."
Los tormentos
Entre los malos tratos destacan prácticas como
la bolsa (asfixia al detenido con una bolsa de plástico)
y la picota (toques eléctricos); además, amenazas
de muerte "como tirar al detenido por la ventana de la comisaría
o por la puerta del furgón policial y simular un accidente o indicarle
'te llevamos al monte y allí te matamos sin que nadie se entere'".
Los detenidos también denunciaron haber sido amenazados
"con agresiones sexuales, con ser entregados a la Guardia Civil (cuerpo
policial conocido entre los presos por tener fama de ser especialmente
violento con este tipo de detenidos) o sometidos a nuevas palizas.
Algunos detenidos habrían sido obligados a escuchar
los gritos de sus compañeros supuestamente detenidos y golpeados
en habitaciones contiguas.
Otros habrían sido obligados a desnudarse en varias
ocasiones y "estando desnudos habrían sido objeto de golpes, de
vejaciones sexuales o de simulación de violación por parte
de miembros del cuerpo policial", relata el documento, según el
cual la mayoría de los detenidos vascos que sufren torturas tienen
entre 16 y 30 años.
Los casos de cinco presuntos etarras que México
expulsó vía Ley General de Población, lo que permitió
la entrega de policía a policía, son parte de los 58 descritos
en el informe. Este procedimiento, implementado por primera vez por el
anterior gobierno de Ernesto Zedillo, se ha utilizado en 24 ocasiones.
En la mayoría se denunciaron malos tratos y torturas a los detenidos
una vez entregados a las fuerzas españolas.
Mikel Izpura y Josu Gotzon Larrea Elorriaga fueron aprehendidos
por agentes mexicanos el 14 de enero de 2000 y entregados a España
dos días después. El primero denunció "torturas, malos
tratos y vejaciones en la comisaría", mientras el segundo "habría
tenido que desnudarse, colocarse de pie contra una pared y con los ojos
vendados los policías le habrían retorcido los testículos.
Uno de los policías habría escupido en el suelo y después
le habrían hecho tumbarse boca arriba y con las piernas abiertas,
mientras le habrían colocado un objeto encima de los testículos".
Otro casos similares fueron los de Mikel Arrieta Llopis, José Angel
Otxoa de Eribe y Leire Martínez Pérez.
El Grupo contra la Tortura en Euskal Herria señaló
en un comunicado que las expulsiones practicadas por México "suponen
una flagrante contravención del articulo 3.1 de la Convención
contra la Tortura de la ONU, por la que se prevé que ningún
Estado parte procederá a la expulsión, devolución
o extradición de una persona a otro Estado cuando haya razones fundadas
para creer que estaría en peligro de ser sometido a tortura.
"Esperamos que, teniendo en cuenta este informe (de la
ONU), se valore en otros términos la posible extradición
y sobre todo la expulsión de ciudadanos vascos al Estado español",
señaló el grupo, junto con el Observatorio de Derechos Humanos
del País Vasco.