En mesa redonda sobre video independiente, diversos especialistas piden legislar en la materia
Cada vez más acotado, el espacio para el documental en tv abierta
ARTURO CRUZ BARCENAS
El video documental experimenta una etapa de auge; son muchos los interesados en este género que puede tener fines educativos, testimoniales, históricos, artísticos o de entretenimiento, pero que carece de espacio en la televisión abierta, como Televisa y Tv Azteca, por lo cual debe legislarse para que se le dé espacio en horarios diurnos.
Lo anterior fueron algunos plateamientos expuestos en la mesa redonda El género documental y los medios de comunicación, realizada el pasado lunes en la Capilla Gótica del Centro Cultural Helénico, donde participaron la directora de Tv UNAM, Guadalupe Ferrer; el especialista José Manuel Pintado, y los periodistas Florence Toussaint y Jenaro Villamil. Moderó la también periodista Blanche Petrich.
Esta actividad formó parte del II Encuentro hispanoamericano de video documental independiente, organizado por Voces contra el Silencio. Video Independiente, AC, organismo no gubernamental -surgido en marzo de 2000- dedicado a promover el reconocimiento del documental de carácter social realizado en video, como un medio audiovisual de naturaleza específica, estrechamente vinculado a los movimientos sociales y al conjunto de la sociedad civil.
Apoyar a productores independientes
Ante unos 40 interesados en el video documental independiente -la mayoría jóvenes-, Blanche Petrich, de este diario, expresó que este género hasta hace muy poco tiempo era absolutamente marginal. "El título de esta conferencia -El género documental y los medios de comunicación- me sugiere la relación, todavía inexistente, embrionaria, entre lo que vemos en nuestras pantallas todas las noches, que muchas veces, y sin vergüenza alguna, podemos llamar desinformación, y lo que es el documental, que sí tiene metidas las manos y las piernas hasta las rodillas, en el fango de la realidad."
Por su parte, Guadalupe Ferrer señaló la necesidad de hallar mecanismos para que el video documental se proyecte en las pantallas, así como para encontrar más recursos para producir. "No debemos olvidar que los medios de comunicación tienen dueños y que éstos tienen intereses. Esto, que es un lugar común, se pierde en la perspectiva muchas veces cuando vemos que no hay ventanas; otra reflexión es que el Estado debe recordar que su obligación es compensar y regular.
Agregó que desde 1994, según datos del Marco referencial del espacio audiovisual en México, elaborado por la Dirección General de Televisión Educativa, el documental ocupaba 47 por ciento, en relación con el total de producción en video. Las entidades independientes y educativas acaparaban poco más de 50 por ciento de dicha producción.
En cable existen nueve canales culturales que, comparados con otro tipo de temáticas (24), son pocos. "Salvo el 11 y el 22, no tenemos acceso a ellos (...) Las propuestas independientes no pueden participar en la formación de públicos, ya que el televidente se acostumbra a ver un solo tipo de documental", dijo.
Contadas excepciones
Florence Toussaint planteó: "El documental tiene antecedentes que fijan el nacimiento de la expresión en imagen en movimiento. Viene desde la corriente llamada cine verdad, de 1917, que se hacía en la Unión Soviética, hasta lo que hoy en los medios de comunicación se denomina reality show. El documental es la primera expresión del movimiento en imágenes".
Lo que menos se desarrolla es el género informativo. "Cada vez, lo que hay de documental en los informativos, en los noticiarios, se va volviendo más espectacular y va tomando prestados muchos elementos de la ficción. Hoy vemos cómo las noticias en realidad son dramatizaciones de la vida real, montajes, puestas en escena.
En las noticias abundan los testimonios de algunos actores sociales, e incluso de gente común, mediante entrevistas, "pero es todo lo que podemos mencionar".
Casos Stanley y Trevi: el imperio del rating
Para Jenaro Villamil, también de La Jornada, algunos documentales pendientes son sobre la propia televisión. "Hay una estrategia desinformadora, en la cual la televisión y la imagen juegan un papel fundamental; el caso Stanley es uno de los grandes expedientes mediáticos que dan para un documental. Una de las vetas que están por recorrerse en la producción independiente está justamente en una mirada externa de los productos televisivos comerciales.
"El gran problema es el predominio absoluto de la visión comercial y simplista. Por ejemplo, el festival de anuncios para la tv, videoclips, documentales y ficción, que se realizó el año pasado arroja la cifra de que de 3 mil anuncios comerciales, 300 son documentales."
Indicó que el género se ha sumido en lo comercial. "Otro problema es el rating. Para la televisión comercial los documentales son aquellos que pueden hablar de su propia industria y que le generen rating. El caso reciente fue cuando Tv Azteca y Televisa concentraron su interés en el mismo personaje de los pasados tres años de escándalo televisivo: Gloria Trevi. El caso de la serie de Televisa: El recuento de los daños, que tuvo 13 emisiones, contrastó con los tres programas de El ojo del huracán, fue el de mayor rating en los meses que presentó, con nueve puntos porcentuales.
"El problema del caso Trevi es que parece contagioso. E! Entertainment Television realizó su primer documental sobre el tema. Lo que uno nunca sabe es si lo de la placenta y la reclusión es una historia verdadera o un jugoso negocio televisivo que ha permitido que el tema se mantenga durante más de tres años.
"El caso Trevi marca una tendencia: la televisión es un medio que cada vez habla más de sí mismo y menos de la realidad. En la medida que la tv ve cada vez menos hacia afuera, obviamente el documental está al margen de sus prioridades. Cuando se producen programas como Big Brother vemos la transformación de una supuesta realidad en una realidad televisiva. Esa es la gran tara que estamos viendo detrás del Big Brother. Son chavos que actúan en función de la tv, no de su realidad, ni mucho menos de su intimidad. Son tan hipócritas como una telenovela. Es una tv chabacana y aburrida."
Lo que vemos en la televisión mexicana, agregó, son documentales que pretenden ser audaces, que abren la pantalla, pero que nunca informan o, a lo más, subinforman, o simplifican. "ƑCómo hacer para que el Estado asuma una responsabilidad para que la producción independiente pueda acceder a la pantalla, al espacio de transmisión?"