Antonio Gershenson
Electricidad: tiempo de avanzar
El momento ha llegado. Están presentadas iniciativas de reforma legal en materia eléctrica por parte del anterior gobierno y del PAN, en un sentido, y por parte del PRD y del PRI en el otro. En el primer caso, se trata de cambios a la Constitución no sólo para privatizar por lo menos buena parte de la industria eléctrica, sino también para sustituir la planeación de largo plazo, o lo que queda de ella, por un supuesto libre juego del mercado en el cual habrá, sin embargo, monopolios privados en diferentes ámbitos. En el segundo caso, se trata de reformas a las leyes, o expedición de nuevas, con vistas a fortalecer el sector público en esta rama, modernizarlo, darle autonomía y ponerlo fuera del alcance de la tijera presupuestal.
En el Senado, que tiene ahora en sus manos el dictamen sobre estas iniciativas, se aprecia un cuadro de rechazo al primer grupo, las del antiguo régimen y el PAN, y un proceso encaminado a llegar a un solo texto a partir de las propuestas del segundo grupo. El Senado aprobaría por mayo- ría una reforma, que se enviaría con una minuta a la Cámara de Diputados, para su confirmación o modificación.
Algunos de los puntos importantes que debería contener esta legislación son los siguientes:
1. Las empresas eléctricas públicas deben contar con autonomía administrativa. Esto implica que el único papel de la Secretaría de Hacienda es el de verificar que, en su presupuesto, sus recursos provenientes de deuda se ajusten a un nivel congruente con el de la deuda pública nacional; este monto deberá ser finalmente aprobado por la Cámara de Diputados, cuando apruebe el límite general de endeudamiento del sector público federal. Eso implica que estas empresas quedan excluidas de cualquier recorte presupuestal.
2. También deben contar estas empresas con autonomía técnica, lo cual implica reconstruir los equipos de ingeniería que han sido desmembrados, reanudar las obras de ingeniería en vez de comprar plantas "llave en mano", e impulsar el desarrollo tecnológico de nuevas fuentes de energía y de nuevas formas de construir e instalar plantas eléctricas en general (hidroeléctricas sin necesidad de desviar el río, turbinas de viento de velocidad variable y con electrónica de potencia, celdas de combustible con hidrógeno, geotermia submarina, etcétera).
3. Lo anterior está relacionado con la necesidad de diversificar las fuentes de energía eléctrica. La excesiva dependencia del gas natural ha disparado las importaciones, generando una dependencia total en el noroeste, que no cuenta con ductos de gas natural desde el interior del país, y un futuro con reservas probadas muy inferiores a los compromisos de abasto de gas durante 25 años, que se han firmado con empresas extranjeras que generan electricidad con ese combustible.
4. Es importante que la industria eléctrica pública cuente con fuentes de financiamiento sólidas. Eso implica la reducción del subsidio del que no se habla, vigente para las tarifas de mediana y sobre todo alta tensión, que reciben la electricidad a precios menores que el costo efectivo de su generación y conducción. El aumento de esas tarifas debe ser gradual, para no provocar cierre de algunas fuentes de trabajo cuya factura eléctrica representa una parte importante de su costo de producción. Debe ser programado y previamente anunciado, para que estas últimas empresas tengan tiempo, si les conviene, de hacer las inversiones necesarias para generar su propia energía, que eso sí está permitido desde siempre por la Constitución y la ley que lo reglamenta.
5. Otro elemento importante para el financiamiento de las empresas públicas eléctricas es que se les libere de la prohibición de incursionar en actividades conexas. Por ejemplo, pueden aprovechar su derecho de vía de las líneas de transmisión, para gasoductos, para líneas de telecomunicación, etc., y participar en estas áreas para mejorar su posición económica y tener más recursos para la necesaria inversión.
Es el momento de discutir y consensuar esta alternativa, sobre la base de las iniciativas presentadas en el sentido de fortalecer la industria eléctrica pública. No siempre se darán las condiciones para ese avance que hoy es posible.