Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 21 de abril de 2002
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Cultura

Elena Poniatowska

Católicas por el derecho a decidir /y II

Católicas por el derecho a decidir se fundó en México en 1994 como asociación civil, aunque desde 1987 existía en América Latina con sede en Uruguay. A partir de ese año, Cristina Grela, médica sexóloga uruguaya; Silvia Marcos, antropóloga mexicana; Rosemarie Muraro y Rocío Londoño se dedicaron a difundir la propuesta y las publicaciones de Catholics for a free choice en América Latina, fundada en 1973 en Washington por una ex religiosa y un ex sacerdote preocupados por el activismo de los obispos estadunidenses que se oponían a la legalización del aborto. Frances Kissling, ahora presidenta de la asociación, ha convertido a Catholics for a free choice en una organización de primera, especializada en la investigación histórica de las posturas de la Iglesia en temas relacionados con la sexualidad y la reproducción. Frances tiene un don especial para empaquetar información y convertirla en mensajes que defienden los derechos humanos de las mujeres en la Iglesia y en la sociedad.

En México, a partir de 1994, María Consuelo Mejía, originaria de Colombia, dirige Católicas, conformada por diez mujeres en el DF y 50 promotoras en el ámbito nacional.

-María Consuelo, Católicas es una organización no gubernamental. ƑCómo y con qué se sostiene?

-Es una ONG establecida de acuerdo con las leyes de esas asociaciones y desde su inicio ha funcionado con donativos de fundaciones internacionales, básicamente estadunidenses. Hemos recibido un apoyo sustancial de Catholics for a free choice. Quisiéramos ser autosuficientes financieramente, pero esto en las actuales circunstancias redundaría en una disminución importante de la labor que hacemos a favor de las mujeres.

-ƑQué es lo que hacen?

-Talleres, conferencias, publicaciones. Básicamente defendemos sus derechos sexuales y reproductivos desde una perspectiva ética, católica y feminista, y partimos en la afirmación de la autoridad moral de las mujeres, el ejercicio de la libertad de conciencia y la promoción de la equidad en las relaciones de pareja. El premio Sergio Méndez Arceo que nos han concedido refleja el reconocimiento de nuestra propuesta entre quienes trabajan por la justicia social en la Iglesia católica.

-Fíjate, María Consuelo, que les tengo algo de desconfianza a las ONG, porque he visto que primero se reparten los puestos y los fondos, y después se ocupan de la obra. Pensaría que en una ONG todos trabajan desinteresadamente.

-Lo que mi experiencia me ha demostrado es que se trabaja por la causa. Las ONG son muchas y de muchos niveles, orientaciones, posiciones, ideologías, causas. La Iglesia católica es una ONG desde el punto de vista jurídico, lo mismo que las universidades. Entre las que se conocen como ONG hay de todos colores y sabores. Pro Vida también es una ONG. No asumo la defensa de las ONG en abstracto; defiendo a las personas que han encontrado en estas organizaciones una manera de hacer más eficaz su compromiso político y social. Para mí la pertenencia a Católicas es una militancia de la tercera edad en la medida en que me permite dedicarle todo mi tiempo a este trabajo sin dejar de ser madre. Durante 15 años milité en el movimiento político M-19 en Colombia, una época muy dura en la que incluso permanecí en la clandestinidad. Desafortunadamente los dirigentes de esta organización fueron exterminados y a mí se me envió a México. Hoy, uno de los dos integrantes de la dirección del M-19 que están vivos, Antonio Navarro Wolf, ganó un escaño en el senado.

-ƑEntonces, María Consuelo, ahora eres una guerrillera del catolicismo?

-Si por guerrillera se entiende una persona que cuestiona las estructuras que eternizan la injusticia y la desigualdad, soy una guerrillera de la justicia y la paz. Y no sólo yo, sino todas las compañeras que se han comprometido con este trabajo. Una de las características del equipo de Católicas es estar dónde debemos estar: en la solidaridad con los indígenas de Chiapas, en la marcha, en la interlocución con el gobierno, en la indignación ante el asesinato de Digna Ochoa, en la defensa de la ley Robles, en las conferencias internacionales, en las redes de la Iglesia progresista y en las del movimiento feminista. Por ejemplo, Lupita Cruz, integrante de comunidades de base durante 20 años, ha abierto el diálogo con los sectores de la Iglesia progresista sobre temas como derechos sexuales y reproductivos y el aborto.

-ƑCuál es la posición de Católicas frente al aborto?

-Una de las razones por las que Católicas surge en nuestro continente es por las altas tasas de mortalidad materna causadas por el aborto clandestino e inseguro en América Latina. Defendemos el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad, y el de las niñas y los niños de venir a este mundo atendidos por una madre que los ama y les puede brindar los mínimos para una vida digna. Por desgracia, las mujeres de hoy no pueden evitar embarazos no deseados, o porque son violentadas por sus esposos a tener relaciones sin protección, o porque no tienen ni la información ni los medios para usar los métodos anticonceptivos, o porque la culpa y la ambigüedad derivadas de las enseñanzas morales de nuestra Iglesia no les permiten usarlos. Una mujer no puede ser obligada a ser madre en contra de su voluntad. La maternidad es una maravillosa realización de quienes la planeamos. Una de mis mayores felicidades hoy son mi hijo Carlos y mi hija Angela.

-ƑLas mujeres tienen derecho a abortar?

-Las mujeres tienen derecho a decidir sobre su maternidad, incluso recurriendo al aborto. Cuando toman esta decisión lo hacen de acuerdo con los dictados de su conciencia. A ninguna mujer le gusta abortar y ninguna de nosotras está a favor del aborto, sino a favor de que todas las mujeres puedan decidir si tienen diez hijos o ninguno. También estamos a favor de que existan las condiciones que les permitan elegir esta maternidad gozosa. Estamos a favor de que las mujeres puedan ejercer siempre su derecho a decidir.

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