La colección de cinco tomos incluye resultados de investigaciones que datan de los sesenta

Una visión del arte y de la historia reúne escritos de Jorge Alberto Manrique

El material del Premio Universidad editado por el IIE de la UNAM se presentará el miércoles; de forma paralela se inaugurará la exposición-homenaje Retratos y autorretratos

MERRY MAC MASTERS

La inquietud de reunir toda la obra escrita de Jorge Alberto Manrique nació a raíz de que el historiador del arte recibiera en 1992 el Premio Universidad Nacional en el área de docencia en humanidades. Si bien su labor docente en cátedra ha sido fundamental para la formación de nuevas generaciones de investigadores y maestros, no lo ha sido menos su trabajo escrito, señalan Martha Fernández, Edgardo Ganado Kim y Margarito Sandoval.

De esta manera, en 1994 surgió el proyecto que ha producido los cinco tomos de Una visión del arte y de la historia (Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM), que comprenden escritos de investigación publicados a partir de 1960 y, en principio, hasta 1995, aunque al final se incluyeron algunos que vieron la luz en 1996, como su discurso de ingreso a la Academia de Artes.

La antología en cuestión será presentada el miércoles 24, a las 18 horas, en la Casa Universitaria del Libro (Puebla y Orizaba, Roma). En la mesa moderada por María Teresa Uriarte, además del autor, estarán Alvaro Matute, Martha Fernández, Elia Espinosa, Patricia Martínez y Gloria Hernández. También será inaugurada la exposición-homenaje Retratos y autorretratos de Jorge Alberto Manrique, con obras de Gilberto Aceves Navarro, Philippe Bragar, Eloy Tarcicio y Reynaldo Velázquez, entre otros, y fotografías de Enrique Bostelmann, Barry Domínguez, Pedro Cuevas, Paulina Lavista, Elsa Medina y Pedro Meyer.

Historia y arte, áreas indisolubles

En principio Manrique no quiso que se hiciera la recopilación, ya que no sabía si todavía le iban a gustar ensayos escritos hace tantos años. Sin embargo, el grupo de discípulos comenzó el proyecto sin decirle nada. Se enteró en una junta del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE), al ver una anotación referente al "proyecto de Manrique". Después de una explicación, le gustó mucho.

Los dos grandes temas son historia y arte porque, para el historiador con especialidad en arte, Ƒcómo ver arte si no sabes historia? En ese contexto Manrique ha hablado de muchos tópicos, desde lo colonial a lo moderno. El material recopilado fue distribuido bajo los siguientes rubros: Ideas para la construcción de la historia (tomo I); La creación y sus artistas (tomo II); La construcción de procesos artísticos, primera parte (tomo III); La construcción de procesos artísticos, segunda parte (tomo IV); y La construcción de procesos artísticos, tercera parte (tomo V). Una segunda etapa del trabajo tomará en cuenta los llamados textos de divulgación.

Ante el corpus reunido, Manrique reitera que "desde los sesenta para acá es mucho tiempo", por lo que se ha impuesto la tarea de "leer todo completo", porque "de algunos textos me acuerdo, pero de otros no". Piensa, sin embargo, que "las ideas generales le dan coherencia" a la recopilación. Por ejemplo, no cree que haya "casi nada" sobre José Chávez Morado o Alfredo Zalce, porque "nunca me interesó y como uno no tiene obligación''.

-ƑPor qué?

-Hay que recordar -explica el entrevistado- que soy de la generación de la ruptura, donde artistas como Manuel Felguérez, Alberto Gironella y José Luis Cuevas dieron la batalla contra la escuela vieja de aquí. Entonces, estoy marcado por eso.

En su presentación al conjunto, María Teresa Uriarte, directora del IIE, afirma que con Manrique "se inaugura una nueva manera de hacer historia del arte en México". El crítico, quien reitera su condición básica de historiador, con influencias de Edmundo O'Gorman, Lucien Tapié y Argan, dice que la manera de "filosofar" la historia es la misma en el arte.

Sobre la diversidad de sus intereses, de ese tránsito del arte colonial a lo contemporáneo, Manrique revela que de hecho comenzó escribiendo sobre derecho, tema que le sigue gustando, mas no el ejercicio de la profesión: "La familia de mi abuelo era de abogados, que les interesa mucho la historia también. Ellos llegaron de Durango, luego se fueron a Tlaxcala cargando con su biblioteca. A mí siempre me interesó la historia; la pintura también. Mi familia tenía cuadros desde Durango y Tlaxcala. La familia se rompió pero en mi casa estaban siempre esos cuadros. Mi madre también pintaba. Y a mi padre, que era maestro, le gustaba mucho la historia y tenía muchos libros sobre el tema".

Manrique piensa retomar un proyecto de alguna manera archivado desde hace más de 20 años en el IIE. Se trata de una guía artística de la ciudad de México que ya estaba casi acabada, pero sucedió el descubrimiento del Templo Mayor y el historiador en su momento dijo: "vamos esperar, a ver qué pasa", en vez de "hacerlo como estaba".