Ningún acuerdo en el Vaticano sobre la propuesta papal de "cero tolerancia"
Retrasa la Iglesia estadunidense una eventual expulsión de curas pederastas
La decisión final sobre el tema será tomada hasta junio, según la Conferencia Episcopal de EU
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Ciudad del Vaticano, 24 de abril. Los cardenales de Estados Unidos que se reunieron en el Vaticano para analizar la crisis provocada en la Iglesia católica por un escándalo de abuso sexual contra menores dijeron que propondrán un "proceso especial" para expulsar a los sacerdotes pederastas.
Sin embargo, no se tomó de inmediato una decisión sobre el asunto en la reunión de dos días en el Vaticano, ordenada por el papa Juan Pablo II para discutir una propuesta de expulsión inmediata de los sacerdotes a quienes se pruebe que cometieron abuso sexual contra menores.
Una decena de cardenales estadunidenses se reunieron con funcionarios de alto rango en una sala de conferencias de la Santa Sede, para tratar de establecer nuevos parámetros sobre el sacerdocio que devuelvan la credibilidad a la Iglesia católica en Estados Unidos.
Al responder a una pregunta sobre si en la reunión se había decidido adoptar la "política de cero tolerancia" contra los sacerdotes pederastas, el obispo Wilton Gregory, presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, dijo que la resolución específica sobre esa cuestión particular será concluida cuando los obispos se reúnan de nuevo en junio.
El prelado agregó: "existe un creciente consenso, ciertamente entre los hombres de fe, de que es un riesgo muy grande reasignar a un sacerdote (pederasta) a otra diócesis, pero no estaba dentro de la competencia de esta reunión particular tomar la determinación final".
El grupo tuvo un almuerzo de trabajo con el Papa antes de concluir el miércoles en la noche su reunión sin precedentes, de dos días, con una declaración final.
El pontífice ofreció el martes sus primeras disculpas específicas a los católicos de Estados Unidos. "A las víctimas y sus familiares, en donde quiera que estén, les expreso mi más profundo sentir de solidaridad y preocupación", dijo.
El escándalo estalló en Boston, donde se acusa al cardenal Bernard Law de haber cambiado de una parroquia a otra a sacerdotes que sabía eran presuntamente culpables de pederastia, en lugar de despedirlos del seno de la Iglesia después de fallidos tratamientos siquiátricos.
El escándalo desató revelaciones sobre otros casos de pederastia en otras diócesis del país.
La Iglesia católica fue sacudida hasta los cimientos por una serie de acusaciones contra prelados de alta jerarquía de haber protegido a una serie de sacerdotes pederastas trasladándolos de una parroquia a otra para evitar los escándalos.
Los cardenales estadunidenses dijeron en su comunicado que lamentaban que errores de los obispos no hayan permitido prevenir la situación.
"Lamentamos que la supervisión del episcopado no hubiera sido capaz de salvaguardar a la Iglesia de este escándalo", se indica en una carta de los cardenales estadunidenses enviada a todos los sacerdotes.
"La Iglesia entera, la esposa de Cristo, está afligida por esta herida -las víctimas y sus familias, en primer lugar, pero también ustedes, quienes han decidido poner sus vidas al servicio del sacerdocio del Evangelio de Dios", agregó la misiva, que alabó la dedicación y sacrificio de los sacerdotes "que no han traicionado su misión".
Una de las decisiones políticas más difíciles que enfrentarán los clérigos será cómo concederle a un sacerdote una audiencia justa si está acusado de abusar sexualmente de menores.
"ƑCómo maneja uno la situación cuando alguien llega y dice que alguien ha hecho algo mal?", preguntó el miércoles uno de los participantes, el cardenal Ed-ward Egan, de Nueva York.
"Bueno, un obispo podría decir: creo que es un compañero muy bueno y quiero examinar esto antes de tomar una decisión. Otro podría decir: quiero enviarlo lejos para someterlo a estudios sicológicos y ver qué dicen los expertos", agregó.
"Esa sería una de las cosas que tenemos que resolver y no creo que uno pueda criticar una de las dos posiciones", dijo Egan, quien es acusado de haber trasladado sacerdotes pederastas de parroquia en parroquia cuando trabajaba en el estado de Connecticut.