En planes de estudio prevalecen prejuicios sexistas: Sagot
Persiste la segregación por género en las universidades de América Latina
ROSA ROJAS CORRESPONSAL
La existencia de estudios feministas en las universidades ha logrado pocos avances en la eliminación de la segregación por sexo en los escalafones universitarios, informó Montserrat Sagot, de la maestría regional en estudios de la mujer de la Universidad de Costa Rica. Mencionó entre los retos de las académicas, la necesidad de combatir la "exclusión discursiva y real" de las experiencias de las mujeres negras, indígenas, ancianas, lesbianas y de las niñas.
Por su parte, Gloria Careaga, del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG), de la UNAM, mencionó entre las áreas temáticas que necesitan más desarrollo: la cuestión del poder político; el estudio de las relaciones de género en la vida cotidiana, profundizar en cómo piensan las mujeres; el tema de las estructuras actuales de la familia y el hogar; la situación de las mujeres en el sector informal, "y la intersección del género con otras dimensiones, como las etnias, la raza y la sexualidad".
En su exposición durante el seminario Feminismos latinoamericanos. Retos y perspectivas, organizado por el PUEG, Sagot afirmó que el desarrollo de estudios sistemáticos, afincados en espacios académicos sobre las mujeres y las relaciones de género, tiene una estrecha relación con el movimiento feminista contemporáneo, así como con la ampliación de los espacios de acción de las mujeres, y con los cambios acaecidos en la división sexual del trabajo y la cultura en los pasados 30 años.
Careaga, a su vez, planteó que "al igual que las mujeres han sido negadas, desvaloradas en el espacio social, los estudios feministas han necesitado también de la organización política para abrirse paso al reconocimiento académico y para su valoración en los espacios de educación superior".
Recordó que en México el primer curso dedicado a analizar los problemas de las mujeres desde un enfoque feminista fue el que impartió, desde inicios de los años 70 hasta que fuera desaparecida por militares guatemaltecos en los 80, la intelectual guatemalteca Alaide Foppa, en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. En 1984, también en esa misma institución, se creó el Centro de Estudios de la Mujer, en la Facultad de Sicología; el PUEG se fundó en 1992. Actualmente se cuenta con centros o programas en aproximadamente 25 universidades del país.
Sagot indicó que en Centroamérica, dada la situación de guerra y violación sistemática de los derechos humanos vivida en la región durante las décadas de los 70 y 80, es en Costa Rica donde las condiciones sociales y económicas permiten un mayor desarrollo de los estudios feministas, con énfasis en áreas de investigación relacionadas con la explotación y reproducción de la fuerza de trabajo, dada la influencia del marxismo en las ciencias sociales.
Añadió que a pesar de las limitaciones, el Programa de Estudios de la Mujer "ha conformado un 'brazo académico' del feminismo como movimiento social amplio, que tiene diferentes manifestaciones y expresiones. A diferencia de otros proyectos académicos, hemos tratado de eludir la separación entre la teoría y la práctica, y hemos mantenido nuestro compromiso con un proceso de transformación social.
"Le hemos presentado un profundo desafío a la universidad al empezar a hacer investigaciones de temas tan variados que van desde las vivencias de la menopausia hasta la participación de las mujeres en los gobiernos locales de Centroamérica, pasando por la elaboración de un sistema de indicadores que midan la capacidad de una sociedad para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, que han trastocado la forma tradicional de hacer investigación, los temas que se abordan y las visiones del mundo que se privilegian", agregó Sagot.
Mencionó que además, el Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad Nacional y el Centro de Investigación en Estudios de la Mujer en la Universidad de Costa Rica, tienen a su cargo la atención y acompañamiento de las víctimas de hostigamiento sexual en la institución de educación superior.
La experta costarricense mencionó "el poco avance logrado en la estrategia final de transformar los planes de estudio tradicionales de todas las carreras, con el propósito de eliminar los sesgos y prejuicios sexistas y misóginos".
En este aspecto coincidió Careaga: "otro reto importante lo constituye el incorporar la perspectiva de género en el currículum, ya que pareciera que los avances son pobres incluso como materias optativas, en las licenciaturas o en los bachilleratos. En general, con excepción de Puerto Rico, no existen cursos obligatorios sobre género o mujer en estos niveles".