Se cumplen estándares mundiales, dice
Julio Rivarola
Utilizan seis toneladas de equipo de sonido para conciertos
en el Zócalo
GABRIEL LEON ZARAGOZA
Los requerimientos técnicos y humanos para ofrecer
un concierto musical de alto nivel acústico y presencia mundial
en la Plaza de la Constitución de la ciudad de México, requiere
del cumplimiento de estándares internacionales para lograr la sonorización
idónea que satisfaga a los artistas y, sobre todo, al público
asistente.
Por
ello, durante el presente Festival del Centro Histórico por primera
vez se ha montado un megaescenario pocas veces visto en esta plaza, y se
ha instalado equipo de audio capaz de musicalizar nítidamente hasta
el último rincón de los cientos de metros cuadrados que miden
la plancha del Zócalo y la avenida que la circunda, afirmó
el empresario y coordinador de audio de las celebraciones capitalinas en
el Zócalo, Julio Rivarola.
''No podemos dejar contentos a todos''
Entrevistado durante los preparativos técnicos
del concierto de Miguel Ríos, quien trajo para su presentación
"la primera" pantalla tridimensional que se ve en México, el empresario
refiere que el Zócalo capitalino es un escenario abierto que en
las presentaciones acústicas constituye un foro extremadamente difícil
debido a sus características urbanísticas y por los inmuebles
que lo rodean.
Ante ello, agrega, ''no podemos dejar contentos a todos
porque, sobre la calidad del audio, cada uno tiene una opinión diferente
de la que uno desearía. Ofrecemos una presión sonora verdaderamente
fuerte, colosal, de entre cinco y seis toneladas de peso, que permiten
amplia dispersión y cobertura de sonido a través de 160 bocinas
instaladas en cuatro torres ubicadas en el escenario y detrás de
las consolas de control.
"El sistema de sonido que hemos instalado en el Zócalo
para este festival es el más importante y eficiente. No lo decimos
nosotros, sino que ha sido la respuesta del público y, en especial,
la de todos los grupos y artistas del más alto nivel que han tocado
aquí", refiere al citar los parabienes recibidos por los integrantes
de Jaguares y La Maldita Vecindad, de Hernaldo Zúñiga y de
los organizadores del polémico Tecnogeist, así como de los
montajes escénicos de danza y teatro, entre otros.
La empresa que dirige Rivarola, Music Frontiers SA de
CV, explica, ha sonorizado festivales de Acapulco, el del Tajín,
las visitas del Papa, exposiciones y presentaciones en el World Trade Center
y el Hipódromo de las Américas. A otras alturas, añade,
ha trabajado para Luis Miguel, Gloria Estefan, Michael Jackson y el Super
Bowl, por citar sólo algunos.
Tarde lluviosa en el Centro Histórico
-¿Influye en la calidad del sonido la presencia
de personas frente a las bocinas? ¿Sus cuerpos pueden absorber el
sonido?
-En absoluto. El sistema está instalado a una altura
determinada y de forma profesional para que el público no interfiera
con la calidad del sonido. Más bien, quienes están colocados
cerca de las bocinas reciben una presión sonora demasiado alta,
en este caso, de 130 decibeles.
-¿Qué afectaciones pueden tener aquellos
que se colocan a menos de cinco metros de distancia de las bocinas?
-Puede ser daño permanente para el oído,
pero la gente no permanece fija en un mismo lugar porque siempre está
en movimiento.
-¿Hay diferencias entre sonorizar en espacios abiertos
que en cerrados?
-Absolutamente. Para hacer espectáculos internacionales
de este tipo en lugares abiertos, durante casi un mes, tenemos que crear
y armar la infraestructura porque no se cuenta con ninguna. Este lugar
es especialmente difícil porque es un plano que con 100 mil personas
se convierte en una sábana, lo que, sumado a los inmuebles que lo
rodean, son elementos a vencer en el sonido. Tenemos que evitar rebotes
y que no se ensucie la calidad del sonido. Nosotros sabemos el resultado
de la calidad del sonido porque vemos que en la plaza, de punta a punta
y de principio a fin, la gente está brincando y bailando al mismo
tiempo. Normalmente no es así cuando se hacen estos eventos, sólo
se cubre un sector de la plaza y en otros no se oye con suficiencia y entonces
es gente que circula, no se prende con el concierto.
"La infraestructura no es una instalación barata.
Es costosísima en todos los sentidos. Somos más de 100 personas
que trabajamos en la producción de los conciertos del Zócalo".
Al respecto, el jefe de producción de las presentaciones
de la plaza, Héctor Ehrenberg, quien también nos acompaña
en la entrevista, matiza: "La idea es que este festival cumpla con todas
las normas internacionales para atender a cualquier nivel de artista. Aquí
se están presentando eventos muy grandes con altos niveles de requisitos.
"Si a los artistas les gustó tu trabajo te lo dicen
o te mandan cartas de felicitaciones. Y si no les agradó, también
en cartas te rompen la madre. Pero eso nunca nos ha sucedido."