Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 27 de abril de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  >

Espectáculos
La Orquesta Aragón puso a bailar al Teatro de la Ciudad

Kasse Mady Diabate rompió la barrera del idioma con su ritmo cubafricano

ERNESTO MARQUEZ ESPECIAL

Fue una gran noche. Que cosa tan chévere: la voz milenaria de Kasse Mady Diabate y el sonido clásico de la Orquesta Aragón. ¡Africa y Cuba en México!

Ha sido la noche más excitante de este 18 Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México. Las cuatro plantas del formidable Teatro de la Ciudad rebosaban de contento con un público receptivo y bailardor.

En punto de la hora anunciada subió la orquesta que acompañaría al griot Kasse Mady Diabate. A simple vista no daban una gran impresión, pero ¡diablos! esa orquesta es una maravilla ¡Qué tremendo sabor! Tocan instrumentos nativos como el balafún, el bolón y el d'jembe, y otros occidentales como la guitarra y la flauta; hacen música de Malí pero también de la hermana Cuba y tienen un compendio de ritmos y sonidos inagotable.

Por su parte Kasse es un volcán en erupción. Posee la rotunda contundencia de un Papa Wemba, el sabor de los buenos soneros y la inteligencia de los grandes del jazz. Este hombre es una sorpresa. Aun cuando ya hemos escuchado una y otra vez su álbum debut Kassi Kasse (producido por Discos CoraSon) nos sigue descubriendo legados de sabiduría ancestral y cotidiana. El es un narrador de historias, oficio que le viene de abolengo, es el depositario de la tradición de su pueblo y está aquí para compartir lo suyo. Lo que viene a decir nos lo dice en lengua bamaná, maninka y el poco castellano que le ha enseñado su amigo Dramane Coulibaly. Así que quien apañó apañó y quien no tendrá que ir al cuadernillo del álbum en el que sabiamente han puesto la traducción.

Vestido con una túnica blanca, zapatillas de tela y un curioso sombrero, Kasse Mady luce graciosísimo, es un tipo vital que goza con su arte y sabe conducirse en escena. La gente que lo está descubriendo por primera vez lo sigue e intenta llevar el compás de la música.

Aunque la presentación de Kasse Mady Diabate es de altos kilates, la sala en pleno está ansiosa por escuchar a la Aragón: la orquesta decana de las charangas modernas.

Luego de un prolognado intermedio, y casi sin avisar, la charanga cubana se aparece en escena. Elegantes en su manera de vestir y de hacer musica abren con el tema icono del cha cha chá, Calculadora, que interpretan con maestría y sobriedad. Siguen con La reina Isabel, aquel hermoso danzón-cha de Electo Rosell, en homenaje a una reina del carnaval habanero, que por coincidencia llevaba el mismo nombre que la soberana de Gran Bretaña.

Todos estamos arrobados con la maestría y frescura de esta banda. Se escuchan como una orquesta sinfónica en miniatura. Y no hay por qué dudarlo. Se trata de una agrupación única, un ensamble como un tutti, que tiene detrás un concepto musical forjado con sabiduría por gentes como el violinista Celso Valdés, único sobreviviente de la orquesta original.

Tras seis décadas de hacer música conservan ese timbre que los caracteriza y que se identifica en la forma de ejecutar el piano, muy percusivo, casi de martilleo; en el bajo soneado, con estabilidad ritmica; el ataque de la paila, de chorreo, irregular y dificil de imitar; en la forma de tocar el güiro, macheteado ?no chorreado, ni maraqueado, sino "aragoneado"? haciendo la onomatopeya del canto "Aragón, Aragón"; en los violines armónicos y precisos, muy ajustados y rítmicos en los montunos; en las voces pastosas y al unísono y en la flauta, que da el toque y el sabor de "guapería", de cierta agresividad, a lo cubano, "quinteado".

Encendida la noche, quién la apaga. La fiesta continúa con el palomazo de Kasse y palomilla. La algarabía es generalizada. Los que no pueden bailar se contienen entre el butaquerío moviendo los pies por debajo del nivel o agitando el caderaje, como lo hace la diputada Beatriz Paredes desde su asiento.

Al final, la lider de la cámara baja nos dice que ha llegado a desfogarse. "En la Cámara de Diputados soy la representante social que tiene responsabilidades políticas. Hoy ha venido la persona a la que le gusta el son."

Contentísmos por la acogida del público, cubanos y malienses se despidieron en un abrazo panafricánico al que todos nos unimos. Fueron tres horas y pico, pudieron ser cuatro, diez, una semana... "Que la rumba no pare", decía nuestro querido maestro y amigo Froylán López Narvaéz, quien tenía un porte como de Aureliano Buendía. Bueno, él fue quien escribió: "Africa, la madre; Cuba, el nido; México, el nicho".

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año