CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Placas: falló la burocracia
TERMINA ABRIL y con él también el plazo que el
jefe de Gobierno le dio a su aparato burocrático para terminar con
el reparto de placas para la identificación vehicular en la ciudad.
SEA CUAL fuere el resultado, bien podríamos decir que
en este asunto, como en muchos otros, falló la burocracia, la federal
y la de esta ciudad, porque por un lado la de la Federación no tuvo
la capacidad -Correos en este caso-, y por el otro, los trabajadores del
gobierno de la ciudad, o cuando menos algunos de ellos, trataron de boicotear
el servicio a la ciudadanía.
PERO EMPECEMOS por el principio, aunque parezca perogrullada.
La burocracia, según el diccionario de la Real Academia Española,
es "la influencia excesiva de los empleados públicos en los negocios
del Estado".
EN ESTA definición cabría casi a la perfección
el reclamo de algunos trabajadores del Gobierno del DF ante las mismas
autoridades por "quererlos forzar" a cumplir una tarea fuera de las obligaciones
que les marca su organización sindical.
SIN DEMERITO del trabajo organizado y las relaciones laborales
establecidas entre el gobierno y sus empleados, en este caso resultaba
urgente la participación de todos cuantos se pudiera en esta tarea
de importancia fundamental para buena parte de la ciudadanía.
SI LAS diferentes organizaciones sindicales, ligadas al PRI en
su mayoría, pretendían llevar al terreno político
la orden del jefe de Gobierno, se olvidaron que es la gente de la ciudad
la que paga sus nóminas y son ellos, los trabajadores y sus organizaciones
sindicales, quienes pierden frente a la ciudadanía.
CONTRARIA A la defensa que hacía Max Weber de la labor
burocrática a la que consideraba la mejor forma de organización
del trabajo en el gobierno, la instancia burocrática en el DF sólo
es sinónimo de pérdida de tiempo, ineficacia y papeleo. Sin
contar, desde luego, al mal de males: la corrupción.
LA MEJOR oportunidad de los trabajadores del gobierno de la capital
para hacer sentir su compromiso con los habitantes del DF, que parecería
casi utópica, se perdió en la torpeza política de
algunos líderes interesados en sangrar al gobierno de López
Obrador sin mirar cuáles serían sus propios costos.
POR ESO ahora decimos que no importa si se logra o no cumplir
la palabra de López Obrador, eso es lo de menos, aquí está
en juego el bienestar de la gente y el cumplimiento de un deber por encima
de cualquier otra cosa. A ver cuándo se entiende.
Cuando los árboles levantan la voz
EN VARIAS partes de la ciudad han empezado a aparecer, pegados
en los árboles, algunos volantes en los que se advierte: ¡Cuidado!
En esta calle hay robo de autopartes.
LOS PEGOTES, en algunas partes se miran de árbol a árbol
y la advertencia pretende señalar a quienes se estacionan en la
calle y pueden sufrir el robo de alguna parte de su automóvil.
PERO MAS que todo eso exhiben de las autoridades, las que sean,
policiacas o delegacionales, toda su ineficiencia y mientras unos organizan
festivales y otros se pelean con los banqueros, los ladrones siguen tan
campantes. Qué tal.